Munilla, el aborto y el progreso

Mons. Munilla

Monseñor Munilla es un obispo valiente, capaz de exponerse a los ataques más furibundos por orientar a sus fieles rompiendo el silencio cómplice. Siempre fiel al Evangelio y al Magisterio, somos muchos quienes nos hemos beneficiado grandemente de sus programas en Radio María. Las contadas ocasiones en las que le he podido escuchar en directo me han confirmado en su solidez, al tiempo que descubría un obispo muy cercano, que escucha y entiende el mundo en que vivimos.

En estos tiempos en que muchos, malinterpretando al Papa, creen que hay que mirar hacia otro lado cuando se trata del asesinato de los no nacidos (a decir verdad, quienes así se excusan nunca se han enfrentado a esta gran lacra), Monseñor Munilla sigue hablando del asunto. Y lo hace con la claridad que los cristianos, y todos los hombres de buena voluntad, nos merecemos. Así, Mons. Munilla recuerda, en una reciente entrevista, que “la vida comienza con la concepción y eso sería importante recordárselo al señor presidente del Gobierno. Es terrible que el amparo de la vida dependa de un consenso.” Por todo ello, creo que hay que estarle agradecido a Mons. Munilla; necesitamos como agua de mayo voces como la suya.

Aclarado esto, me voy a permitir un pequeño matiz, con la esperanza de que haga reflexionar a quienes, como Mons. Munilla, aceptan acríticamente algunos conceptos que nacen del secularismo ilustrado. En concreto, me refiero a la noción de progreso, que Mons. Munilla recoge al afirmar que “pensar que el derecho al aborto es símbolo de una sociedad progresista… me escandaliza“. 

El significado de las palabras es vital y, en este caso, la noción de progreso no es neutra: significa en la modernidad no una mejora cualquiera, sino un avance ineluctable en la senda de la progresiva emancipación de toda limitación exterior a mi yo subjetivo, incluyendo toda clase de autoridad y, por supuesto, la victoria sobre la naturaleza, huella de Dios, que el nuevo hombre-dios es capaz de superar. En este sentido, el sentido real del concepto desde hace más de dos siglos, el aborto es plenamente progresista y símbolo de esa liberación predicada.

Es lo que argumenté hace ya unos años (en 2008, ¡cómo pasa el tiempo!) respondiendo a lo que había escrito, con la mejor de las intenciones y en defensa de los no nacidos, Miguel Delibes. Creo que sigue siendo válido lo que escribí en su día, bajo el título de El progresismo no puede ser otra cosa que abortista, por lo que me permito reproducir aquí mi argumentación:

“El debate sobre el aborto ha retomado muchos de los antiguos argumentos, aunque esta vez el horror de las fotos y los vídeos están influendo lo suyo en una sociedad reacia a la argumentación y con la sensibilidad a flor de piel, y por ello y por desgracia poco constante en sus posturas. Quiero detenerme en una de las afirmaciones más tópicas, con la que he vuelto a encontrarme en un artículo de Miguel Delibes publicado hace cosa de un mes en ABC y titulado “Aborto libre y progresismo”.

Allí, Delibes, después de manifestarse contrario al aborto, se preguntaba cómo se puede ser progresista y al mismo tiempo estar a favor de aquél. A su juicio, se trata de una posición contradictoria. La clave de la cuestión estriba en lo que Delibes entiende por progresista. Veamos qué escribe al respecto:

“Antaño, el progresismo respondía a un esquema muy simple: apoyar al débil, pacifismo y no violencia. Años después, el progresista añadió a este credo la defensa de la Naturaleza. Para el progresista, el débil era el obrero frente al patrono, el niño frente al adulto, el negro frente al blanco. Había que tomar partido por ellos. Para el progresista eran recusables la guerra, la energía nuclear, la pena de muerte, cualquier forma de violencia. En consecuencia, había que oponerse a la carrera de armamentos, a la bomba atómica y al patíbulo. El ideario progresista estaba claro y resultaba bastante sugestivo seguirlo. La vida era lo primero, lo que procedía era procurar mejorar su calidad para los desheredados e indefensos. Había, pues, tarea por delante”.

Si el progresismo consiste en defender a los indefensos, como sugiere Delibes, no ser progresista equivale a ser un canalla, y entonces el progresista aparece como una especie de caballero andante. Con estas reglas es imposible que el progre pierda el partido.

Esto me recuerda a la definición de comunismo que hacían, y hacen, los  compañeros de viaje: se trata de la lucha por la libertad y la dignidad de los más desfavorecidos. Está claro que, si aceptamos esa definición, ser anticomunista equivale ser un monstruo que quiere perpetuar la explotación y la esclavitud. De poco servirá aludir al Gulag y a los millones de muertes causadas por el delirio comunista, pues serán consideradas desviaciones del gran ideal. Pero el caso es que ni el comunismo ha sido nunca la defensa de los más desfavorecidos ni el progresismo ha consistido jamás en la defensa de los indefensos. Sólo la propaganda más cínica ha podido hacernos creer esto, contra todas las evidencias.

Las palabras son importantes, y deformar su significado es uno de los grandes peligros a que nos enfrentamos. El progresismo, como explica Alain Finkielkraut en Nosotros, los modernos, es esa ideología que afirma que la humanidad debe emanciparse, hacer tabla rasa del pasado. Los hombres deben liberarse de los lazos familiares, romper con las tradiciones de su entorno y, finalmente, arrojar lejos de sí a quien les impide su pleno desarrollo autónomo: Dios. Si en este proceso deben pisotear los derechos más sagrados, si deben masacrar a los más indefensos, les trae sin cuidado.

El progreso de la humanidad no puede detenerse ante una injusticia concreta. Es por ello que Ikonnikov, personaje de la novela Vida y destino, de Vassili Grossman, advierte que, cuando se sostiene el discurso del progreso benéfico de la humanidad, “los niños y los viejos perecen, la sangre corre a raudales". Sangre también de niños no nacidos que creían estar seguros en el vientre de sus madres.

Con todos mis respetos, señor Delibes: el progresismo no puede ser otra cosa que abortista, dado que contempla el aborto como un paso más, por doloroso que sea, hacia la emancipación respecto de nuestra naturaleza, un avance en nuestra autonomía, para que podamos decidir por nosotros mismos, sin límite alguno, acerca de lo que nos afecta. El niño muerto será, todo lo más, un efecto colateral, insignificante, del avance del Progreso.

Lo de defender a los indefensos es otra cosa, y yo también me apunto”.

 

 

 

24 comentarios

  
Luis J.
Pues la verdad es que yo he entendido perfectamente a monseñor Munilla. Él habla de progreso en cuanto éste es un perfeccionamiento de algo. El aborto y todas esas cosas tan raras que estamos viendo últimamente contrarias a la ley natural son incompatibles con la idea de progreso, pues en el caso del aborto por ejemplo, ¿qué cosa es la perfeccionada?. Uno progresa tanto más cuanto más se acerca a la perfección. Pero si llamamos perfecto a lo imperfecto, o al mal lo llamamos bien, entonces no es tan solo el término progreso lo que resulta diabólicamente reconstruido, sino todo el armario interior del ser humano. Las sociedades por tanto progresan en cuanto se aproximan al bien, y éste para nosotros los católicos está expuesto en la doctrina de la Iglesia. Monseñor Munilla ha demostrado con sus palabras ser un católico comprometido , al menos para mí que no soy académico de la lengua sino un pobre viandante que pasaba por aquí, aunque ciertamente en el ambiente imperante el término progresismo con todas las connotaciones negativas que conlleva, haya absorbido al concepto general de progreso. Todo no es más que la lucha cansina que mantienen por apropiarse del lenguaje, y monseñor Munilla combate contra eso.
14/07/15 6:48 PM
  
Juan Mariner
A mí tampoco me gusta que se arroguen "palabras" determinados grupos sociales. Lo más progresista, moderno, avanzado... es el Mensaje de Cristo, tanto que, después de 2.000 años, aún no hemos logrado desarrollar todo su contenido íntegro (en eso estamos la Humanidad...). Todo lo que se opone al catolicismo, por muy moderno que se presente, es más antiguo que el demonio: toda acción tienen una reacción que se llama protestantismo, liberalismo, islamismo, marxismo, sionismo, esclavismo, machismo-hembrismo, feudalismo, nuevas religiosidades, césaropapismo ...
14/07/15 7:11 PM
  
Almudena
La verdad es que es una maldición bíblica cuando las palabras se usan con significados diferentes, confunden y no aclaran, hacen del entendimiento entre unos y otros algo imposible. Esto empieza a ser como La Torre de Babel. Progreso es pero no es, solidaridad es la caridad, aborto es interrupción, y así una lista cada vez más inimaginable. Nos lo estamos mereciendo.
14/07/15 7:23 PM
  
Gutierre
Excelente el artículo de Jorge Soley. No hay que ser académico de la lengua para no prestarse a la manipulación del lenguaje.
14/07/15 7:34 PM
  
Quico
De acuerdo en el fondo del artículo, sin embargo hay que puntualizar que la palabra progreso tiene también, o puede tener, un sentido cristiano: el de toda mejora producida por el hombre en su modo de vida lo que evidentemente no tiene porqué estar en contraste con la fe sino todo lo contrario. Sin embargo es cierto que una cosa es progreso y otra "progresismo" que, como tantas ideologias que acaban en "ismo", coge algo que puede ser legítimo y lo convierte en una caricatura espuria. Así por ejemplo no es lo mismo materia que materialismo ni ciencia que cientificismo.
14/07/15 7:47 PM
  
Luis J.
Cuando he escrito que yo no soy académico de la lengua tan solo he pretendido que el sr.Soley entienda que para nosotros los que constituimos el grueso del catolicismo, gente normal de la calle, el término progreso es sinónimo de mejora. Me alegra sobremanera ver que el sr. Gutierre no se presta a la manipulación del lenguaje. Le felicito, cada vez somos menos. Un saludo.
14/07/15 8:54 PM
  
Luis J.
Por consiguiente, y puesto que la palabra "progreso" es mayoritariamente admitida como positiva, quizá de lo que se trataría es de rellenar esa palabra con cosas que constituyan un verdadero progreso. No combatir contra ella, sino dotarla de verdadero sentido. Eso es lo que me pareció a mí es lo que pretendía el sr. Munilla. Aunque puedo equivocarme.
14/07/15 8:57 PM
  
JOSÉ IGNACIO LESACA ESEVERRI
Me parece que ambas posturas tienen razón, en cuanto al concepto y la palabra "progresista". Está claro que, desde un punto de vista cristiano (e incluso solo humanamente honrado, aunque no sea específicamente cristiano), lo VERDADERAMENTE progresista es hacer el bien, de acuerdo con la ley moral; buscar la perfección moral y humana integral; en fin, acercarse, cada vez más, al designio de Dios para con nosotros. Lo que no sea eso, será retroceder, será lo contrario de "progresista", será retrógrado, destructivo. Pero, a la vez, entiendo lo que dice Jorge Soley. También él tiene razón. En efecto, para quienes se llaman "progresistas", que son abortistas, partidarios de la "ideología de género" y demás abominaciones, la única postura digna de ser llamada "progresista" es la suya, la de ellos. Es decir, para ellos la palabra "progresista" es una etiqueta, sin más. Hoy se ponen esa etiqueta como, antesdeayer, se ponían la de "liberal", digamos. Es decir, para ellos la palabra "progresista" es el nombre que han puesto a todo el lote de productos, el cual incluye aborto y lo demás. Cuando dicen que son "progresistas" tan solo quieren decir QUE SON PARTIDARIOS DE ESAS COSAS, DE ESAS Y NO DE OTRAS: pues es a esas cosas a las únicas que ellos llaman y consideran "progresistas". Y si tú les dices que el verdadero progresista eres tú, porque defiendes el matrimonio y la familia, el derecho a la vida del no nacido, etc., ellos te dirán que eso es una contradicción: te dirán que ser progresista es, precisamente, defender el asesinato de niños no nacidos (aunque no lo llamen así) y otras aberraciones (aunque tampoco las llamen así). Es decir, que esta es una discusión "trucada", en cierta manera. Está viciada. Mientras la palabra "progresista" siga de moda, ellos no dejarán de llamarse "progresistas" y de llamar a los demás "reaccionarios" o "fascistas" o lo que sea. Cuando esa palabra pase de moda, otra la sustituirá, y se usará para lo mismo. En resumen, sabiendo lo anterior, uno siempre puede intentar purificar el lenguaje y usar una palabra, como "progresista", con otro significado que no sea el más frecuente. Así que me parece correcto que haya gente que use la palabra "progresista" para calificar los actos buenos y virtuosos. Pero siendo consciente de que podría prestarse a malentendidos, ese uso. Un saludo cordial y digital.
14/07/15 9:28 PM
  
Juan Mariner
Yo creo que fue muy bien traído el término "PROGRE" para identificar a este grupo social que se autocalifica de "progresista", arrogándose la palabra para uso y disfrute exclusivo, y situándonos a los demás que no somos como ellos en el término "conservadores" (encasillándonos al lado de los derechistas liberal-conservadores y democristianos). A mí no me gusta "conservar" lo malo, los vicios y los comportamientos anticristianos, y desde luego ser católico no significa ser del PP-CIU-PNV (o postfranquista) en España en absoluto por mucho que una gran parte del a jerarquía se empecine en ello machaconamente a lo largo de decenios.
15/07/15 11:27 AM
  
gringo
Ahora me entero gracias a Juan Mariner que el feudalismo se opuso al catolicismo.
Y la esclavitud (si acaso a partir del s. XIX, no?).
Y el sionismo (que yo sepa es el movimiento favorable a que exista un estado judío en Palestina, eso es anti católico? ).
15/07/15 1:53 PM
  
Enrique G. B. A.
No creo que antes el escritor Delibes, ni ahora monseñor Munilla, sean acríticos.
Se dirigen a quienes se consideran progresistas, y les pide reflexionar que vean los argumentos de su filosofía, y que no es coherente con ellos ser abortistas.
De lo contrario el único camino para que alguien en alguna cuestión no proceda mal, sería decirle que se haga católico para no ser malo.
El díalogo, si hay lugar, es decirle que si dice amar la verdad, la justicia, la lucha por la libertad o lo que fuere, pues que examine como puede justificar el mal o no reconocerlo, o que lo termine justificando, o siendo indiferente a el.
Lo que no quita mostrar que uno dialoga desde Cristo como la plena verdad, con quien no asume o no llega a esa conversión, o incluso la combate.
Que incluye que los cristianos, cuando somo malos, queda evidente el contraste entre lo que proponemos y hacemos, a diferencia de ellos que en temas como el aborto andan perdidos en ver la diferencia entre lo malo y lo bueno.
15/07/15 4:31 PM
  
Juan Mariner
Sí, Gringo, se opuso al "catolicismo", no a la "jerarquía" infiltrada de todos estos males destructivos y perniciosos, No confunda una y otra cosa. Y lo que vemos en 13TV y COPE de la Conferencia Episcopal Española es lo más contrario al catolicismo que en estos momentos puedas echarte a la cara por tierras españolas porque actúa bajo disfraz. Se me olvidó "la democracia cristiana" como un movimiento político contrario al catolicismo, quizás porque aún pervive, desgraciadamente.
15/07/15 6:07 PM
  
gringo
Juan Mariner, que 13tv es lo más opuesto al catolicismo se lo aplaudirian en Religión Digital.
No cree que el calor le está afectando?.
Por cierto, de qué manera el sionismo se opone al catolicismo?.
15/07/15 10:19 PM
  
Juan Mariner
Amigo Gringo, el sionismo (o la Knesset, que es lo mismo hoy en día) es el dueño del "mundo" (el gran satán ianqui está arrojado a sus pies), y el "mundo" está contra los católicos; si pudiesen, nos exterminarían a los católicos sinceros uno a uno, pero como son muy inteligentes, saben que no pueden hacerlo y nos atacan de lado, colateralmente (algo es algo). Los sionistas son los sucesores de los que iban con el "traidor" Saulo masacrando a los evangelizadores (Pablo de Tarso se pasó a nuestro bando: como buen intelectual, supo ver dónde estaba la Verdad).

No se confunda conmigo, como católico es mi deber denunciar las tropelías de las emisoras peperas de la CEE, me importa un bledo el rojerío de Religión Digital (PPSOE y el Borbón, con sus tejemanejes, con su pan se lo coman).
16/07/15 10:19 AM
  
gringo
Juan Mariner, y no se referirá más bien a la "sinagoga de Satanás"?.
Porque el sionismo es el movimiento a favor de la existencia del estado de Israel. Y la Knesset es simplemente el parlamento israelí.
Yo no creo que haya un grupo de judíos empeñados en matar a todos los católicos, pero si ud es de esos que todavía cree en contubernios igual debería usar el término correcto.
A no ser que piense que todos los judíos o el propio estado de Israel tengan deseos de exterminar a los católicos.
16/07/15 2:02 PM
  
silversurfer


Los verdaderos retrógrados son los abortistas, que intentan volver a tiempos en que se sacrificaba a niños en honor a dioses.
16/07/15 4:44 PM
  
Gutierre
El gran satán yanqui actúa al margen de Israel cuando le interesa, lo que se ha visto con el reciente pacto con Irán. Luego el que de verdad gobierna el mundo es el gran satán yanqui.
16/07/15 9:12 PM
  
gringo
¿El gran satán yanqui?
¿Por qué usan retórica de los ayatolas iraníes?.
17/07/15 2:39 PM
  
Carlos López Díaz
Lúcido artículo. El término progresismo hace mucho tiempo que resulta inservible para cualquier persona que no quiera chapotear en vaciedades y tópicos. Progresista es esa doctora Frankenstein de Planned Parenthood que habla de vender órganos de bebés abortados mientras engulle una ensalada. (Vean, si tienen estómago, el vídeo con cámara oculta en Youtube.) El progresismo es exactamente como lo define Soley: una ruptura destructiva con el pasado, con nuestra naturaleza y con Dios. Ni siquiera debemos escribirlo entre comillas cuando lo criticamos. Acabemos con ese último complejo y digamos: yo no soy progresista, gracias a Dios.
19/07/15 10:44 AM
  
La caida de Pablo
Progressus es el participio del verbo latino progredior que significa avanzar,marchar, ir hacia adelante. Progreso es uno de los mantras mágicos del iluminismo, de la masonería, de la Ilustración y de la Revolución Francesa; entre todos ellos parieron el liberalismo, el capitalismo y el marxismo, ideologías nefastas para las personas, su dignidad y libertad, y que portan como estandarte el progreso y el progresismo que han traído el mayor grado de deshumanización, miseria y degradación moral que hayan visto muchos siglos. ¿Progresar, avanzar, hacia qué? ¿Hacia la mayor distancia que haya existido entre el hombre y Dios? ¿Hacia la deificación del ser humano? Esto es precisamente lo que llevan buscando esas ideologías y organizaciones desde hace casi tres siglos. Este es el verdadero contenido semántico que han querido y han conseguido conferirle a la palabra progreso.
20/07/15 4:01 PM
  
gringo
Igual a la caída de Pablo el feudalismo le parece mejor que el marxismo o el capitalismo.
Hacia dónde avanzamos?
Hacia la dignidad en el trabajo con jornada de ocho horas, vacaciones pagadas, sindicatos, bajas médicas, medidas de seguridad, permiso de lactancia y demás.
Hacia una mejor salud, con vacunaciones gratuitas que han desterrado las epidemias del pasado, una sanidad pública que permite vivir más de ochenta años, la promoción del deporte, el control sanitario de los alimentos y demás.
Hacia los derechos individuales con las garantías procesales ante los abusos, el habeas corpus, la limitación de la prisión preventiva, la asistencia letrada y demás.
Hacia la participación del pueblo en la vida pública, el sufragio universal, democracia directa y la representativa, la separación de poderes, la prensa libre, y demás.
Que solo veis lo malo.
Pero bueno alguno sería más feliz como siervo en la Rusia de Alejandro II.
20/07/15 4:30 PM
  
La caida de Pablo
Gringo: ya te he dicho en otras ocasiones que dejes de enredar por aquí, que se te ve demasiado el plumero de troll, de orco, de topo, de infiltrado o como quieras llamarlo, que el reino de Mordor está llamado a caer. No pierdas el tiempo, no engañas a nadie, ni a las viejas.
20/07/15 6:51 PM
  
gringo
Creo que al caer te diste demasiado fuerte en la cabeza.
20/07/15 11:06 PM
  
La caida de Pablo
Seguramente Gringo, pero a mi no se me dañaron las neuronas como les sucedió a otros. Las caídas si se saben entender, enseñan mucho como le sucedió a Pablo. Otros caen y caen, como le sucedió a Lucifer, y además de cabeza al abismo.
20/07/15 11:27 PM

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