2.09.08

Los Seminarios españoles

Con septiembre van abriendo sus puertas los Seminarios Diocesanos, esos inmensos edificios, donde cursan sus estudios los futuros curas de nuestras diócesis. El número de alumnos es bastante bajo. Con todo no hay que perder la esperanza en que Dios continúa llamando a nuestros jóvenes al sacerdocio.

Dentro de la programación de la Conferencia Episcopal Española se encuentran unas sesiones de trabajo de delegados de pastoral vocacional y de rectores y formadores de los Seminarios de España. El intercambio de experiencias, las orientaciones comunes y el diálogo entre los presentes siempre convierte este tipo de jornadas en absolutamente necesarias para la promoción y funcionamiento de nuestro centros de preparacion de los curas del mañana.
Seminario de Madrid

La preocupación pastoral de la Iglesia española por el aumento de las vocaciones al sacerdocio ministerial es muy grande. Cada obispo diocesano tiene como punto primario en su agenda disponer de un Seminario fisicamente apto, intelectualmente disciplinado, espiritualmente enriquecido y formalmente pedagógico, para que los futuros pastores de la diócesis sepan donde pisan, conozcan las ovejas que se les va a encomendar, puedan dialogar con una sociedad vuelta de espaldas a lo sagrado, atiendan con dedicación pastoral a los más necesitados, a los enfermos, a los ancianos, a los niños, a los jóvenes, a las familias……y le hablen al Señor de todos para que el Señor les inspire palabras de consuelo, de alegría, de ilusión, de esperanza y de amor a Dios y la Iglesia.

Y todo esto lo lleven al momento cumbre de la vida cristiana: a la celebración de la Eucaristía en el Día del Señor, donde todos se alimentan del Cuerpo y la Sangre del Señor para ser fuertes en el papel que cada uno ejerza en la sociedad actual.

Dios sigue llamando a nuestros jóvenes a ser curas. Pero ¿encuentran silencio, testimonio, alegria, dedicación plena…..en los demás padres, profesores, sacerdotes, religiosos y laicos, para decir sí con todas las consecuencias?.

Tomás de la Torre Lendínez

1.09.08

Los grupos de laicos

Con agosto ha terminado el Meeting de Rimini con más de setecientas mil personas. En el comunicado de conclusión aseguran que el encuentro ha sido el intento de responder, de forma positiva, a la pregunta que se hacia el poeta Eliot: ¿Es la Iglesia la que ha abandonado a la humanidad, o la humanidad la que ha abandonado a la Iglesia?. Todo ha estado organizado por personas vinculadas a Comunión y Liberación.

Durante los dias agosteños, en Cazorla y en Loyola, el movimiento de los Focolares ha celebrado sendas Mariápolis, donde tambien han acudido muchas personas. El lema central ha sido: Una ciudad para todos.

La Iglesia actual goza de varios grupos eclesiales que han dado mucha vitalidad a la inmensa fuerza del laicado, que es mayoritario en el seno de la comunidad de los hijos de Dios. El Papa Juan Pablo II el Grande alentó la vida jurídica, espiritual y pastoral de estos movimientos nacidos en el siglo XX.

La libre adscripción de los laicos a la vertiente que más le llene su espiritu apostólico nace de la propia libertad de los hijos de Dios, nacida con el sacramento del bautismo que hemos recibido.

Y la creación de estos y otros movimientos que puedan nacer está en la base de la presencia del Espíritu Santo, que guia a la Iglesia, Madre y Maestra.

Es verdad que algunos grupos, que todos conocemos en las páginas de la actualidad eclesial, se han perdido en alguna curva del camino, y la Iglesia ha tenido que enviar una autoridad episcopal, de modo especial, para poner en orden la situación y no se termine por hacer mangas y capirotes en el seno de esa institución.

Y es que no debemos perder de vista que una cosa es la autonomía jurídica de cada movimiento apostólico, y otra que la Iglesia, Madre y Maestra, haga dejación de sus funciones de gobierno pastoral sobre las ovejas que el Señor le encomedó a Pedro y sus sucesores en la sede de Roma.

Tomás de la Torre Lendínez

31.08.08

Los curas y la política

Durante los últimos doscientos años de la historia de España hemos asistido a la entrada del clero en muchas camisas de once varas. Ahora cumplimos los dos siglos del levantamiento del pueblo español contra el invasor francés y el inicio de la Guerra de la Independencia, donde el clero regular, religiosos, y el secular, diocesanos, se metieron con un trabuco al hombro en las pandillas de guerrilleros que asolaban los transportes militares de los vecinos de más allá de los Pirineos. Los obispos lo consentían con el silencio, o con el ánimo ardoroso.

En las Cortes de Cádiz la presencia del clero medio y alto consta en la lista de los asistentes a la proclamación de la primera Constitución Española. Cuando el absolutismo vuelve al poder determinados clérigos apoyaron el movimiento auspiciado por la monarquia y la nobleza.

La desamortización de los bienes eclesiásticos impulsada por Mendizábal y otros políticos supuso la exclaustración de un motón de religiosos echados de sus monasterios. Muchos fueron acogidos en las diversas diócesis. La llegada de la I República, fruto de la revolución de 1868, lanzó al ruedo de la polémica y de la tribuna social y política a mucbos sacerdotes, enérgicos defensores, de la monarquía, que llegó en la persona de Alfonso XII.

Durante los años de la Restauración borbónica la novela realista española nos describe un clero metido en micropolitica local, o en los escaños de las Cortes Españolas, donde varios obispos ocuparon asiento por designación o elección del dedo caciquil de turno.

La incivil guerra civil produjo tal matanza de sacerdotes, religiosos y laicos, que la Iglesia ha sabido elevar a los altares como mártires de la fe en Jesús de Nazaret. No es extraño que el régimen de Franco albergara en su interior a sacerdotes convencidos de la bondad de aquella dictadura. Algunos, pocos, se dieron cuenta tarde de su error y se salieron nadando a la orilla contraria.

Con la instauración de la monarquia y el sistema democrático, la postura de la jerarquía de la Iglesia fue la de impedir la militancia abierta del clero en ningún grupo politico. Algunos lo cumplieron y otros hicieron de su capa un sayo.

Y en estos dias vemos de todo. Algunos clérigos y religiosos en el silencio favorecen tales o cuales maneras de hacer politica. Otros no se cortan un pelo en trabajar, incluso por escrito publicado, para la causa que sea. Y existe una gran mayoría perdida en el bosque de opciones. Una veces se acierta y otras no. Entre estos me cuento yo mismo.

30.08.08

La Iglesia a mi manera

Durante todo el siglo XX la Iglesia Católica caminaba a una honda renovación. Las dos guerras mundiales, el régimen nazi y su holocausto, el régimen sovietico y sus crímenes, la guera fría entre los dos bloques, la independencia de las viejas colonias, el nacimiento de los países no alineados, la crisis del petróleo, el mayo del 68……

Los grandes Papas del siglo iban poniendo la cimentación. La ayuda de teólogos de gran categoria ponian el horizonte: Rhaner, Congar, Theillard, Chenu…..Solamente llegó un hombre provindencial a la silla de Pedro: Juan XXIII. Y convocó el Concilio Vaticano II.

El tiempo posconciliar fue duro. De modo especial para España, donde coincidió con el final de un régimen político y la llegada de otro democrático. La Iglesia española sirvió al cambio como mejor pudo hacerlo. No todo fue de color de rosa.

Desde aquellos años comenzaron dos grupos a estar opuestos: los deseosos de hacer una Iglesia a su manera; y los ansiosos de hacer una Iglesia a su otra manera. En estos grupos habia que meter a todos: obispos, sacerdotes, religiosos y laicos. Cada uno se adscribía a donde quería.

El Papa Juan Pablo II, el Magno, en sus diversas visitas a España fue encauzando las fuerzas de ambas maneras de concebir la Iglesia. Si lo consiguió o no, aún no tenemos perspectiva histórica para decirlo.

Pero, cuando el laicismo se quitó la careta del todo, y el espiritu de la Transición se fue por los sumideros nacionales, volvieron los grupos de una y otra manera de concebir la Iglesia a mi manera a tomar fuerza, algunos apoyados por varios medios de comunicación.

Y, ahora, estamos en estas tiranteces. Cuando se intenta conseguir cuadrar el circulo se nota rapidamente un olor especial. Cuando se procura defender un cierto equilibrio de centro, que es donde la Iglesia siempre se ha movido en su historia desde los debates de Pedro y Pablo en el concilio de Jerusalén, contado en los Hechos de los Apóstoles, entonces los altavoces de los otros, siempre más fuertes y más presentes en la sociedad parecen que ganan el pulso.

Como no soy adivino, dejo al lector que saque sus propias consecuencias de este pensamiento en voz alta bajo el olivo sureño.

Tomás de la Torre Lendínez

29.08.08

Violencia contra la Iglesia

Malos tiempos para la lírica. Vientos de violencia llegan por el Este, desde la India, donde han matado a varios cristianos. Han destruido edificios religiosos. Han amenazado con seguir con su persecución. Los obispos locales han unido sus voces clamando a la paz y la calma. El mismo Benedicto XVI ha condenado estos acontecimientos.

El fanatismo hunduísta es el motor de la situación. Les molesta que el cristiano llame a la igualdad entre las personas. A ellos les quita el establecimiento de castas amparadas por su religión. El domingo habrá una jornada de reflexión y oración en toda la Iglesia implantada en el subcontinente indio. Más de quince mil colegios cristianos están cerrados.

Tambien por el Este, desde Italia, una exposicion en un museo tiene todos los bemoles de colocar la “obra” de un escultor muerto el siglo pasado, donde se clava a una rana en una cruz, con un vaso en un lado y un huevo en la otra y la lengua se la saca a cualquier espectador. Desde el Vaticano han pedido retirar tal ofensa a la fe cristiana y han obtenido el silencio por respuesta.

Igualmente en Italia, situada al Este de España, un convento de franciscanos es atacado por unos encapuchados y dejan a uno en estado de coma, depues de propinar una solemne paliza al resto de hermanos, que estaban comenzando la cena. El más joven de los frailes, identificado como fray Segio Baldin, de 49 años, recibió un fuerte golpe en la cabeza y se atragantó la comida, lo que bloqueó las vias respiratorias. Está internado en el hospital de Turin en estado de coma. El arzobispo visitó a las victimas y consideró que este ataque va “más allá del entendimiento".

En las cercanias españolas, entre tanto, se introduce en unas oposiciones dentro del ministerio de Defensa, unas preguntas sobre la Alianza de Civilizaciones, ese sueño de un soñador empedernido, que gasta millones de euros para crear un mundo feliz, donde no pase nada. Los participantes en los exámenes han protestado por esta jugada.

Pero cualquier dia, para aislar al español medio de la crisis económica tan profunda que tenemos, nos volverán a dar la cantinela de la Alianza de Civilizaciones.

Tomás de la Torre Lendínez