(12) ¡Morir antes que cansarnos!

El nombre de María vivas mieles
Que significa el MAR solemne y santo
Rompió como un mar bravo allá en Lepanto
Y destrozó el poder de los infieles.

Un relente de rosas y claveles
Azulceleste veste y blanco manto,
Pero también el ímpetu y espanto
Contra los viles, contra los luzbeles.

Porque Ella es reina y madre todo junto,
Del poder del amor vivo prasunto,
Y como Reina tiene sus cuarteles.

Como una flor camuflada en flores
Y como Madre tiene sus furores
Cuando le tocan sus hijitos fieles.

("Auxilium Chistianorum", por el Padre Leonardo Castellani)

No quería dejar pasar este día sin compartir al menos, esta imagen que es puro bálsamo, en medio de las fatigas de nuestros días, y en que el peligro supremo es perder la “perspectiva”, creyendo que es todo tan tremendo, que a muchos se les nubla la esperanza y allí es donde se dan cita tantos desvaríos…

Porque seguimos siendo la pequeña grey, David frente a Goliat, y el mar embravecido, como entonces, en Lepanto.

Pero la Reina es nuestro Alcázar, un regazo hecho Madre, y aplasta a la Serpiente.

Ante Nuestra Señora del Rosario, Auxiliadora, no caben los desánimos, y creo que es agravio y espada renovada que nos vean sus ojos cediendo ante el cansancio.

Pienso que incluso es éste el más fiero y sibilino enemigo en esta hora, y por eso recuerdo y comparto esa elocuente plegaria del Beato Manuel González García dirigiéndosela hoy a Nuestra Señora del Rosario:

MADRE Inmaculada! Que no nos cansemos! Madre nuestra! Una petición! Que no nos cansemos!
Si, aunque el desaliento por el poco fruto o por la ingratitud nos asalte, aunque la flaqueza nos ablande, aunque el furor del enemigo nos persiga y nos calumnie, aunque nos falten el dinero y los auxilios humanos, aunque vinieran al suelo nuestras obras y tuviéramos que empezar de nuevo… Madre querida!… Que no nos cansemos!
Firmes, decididos, alentados, sonrientes siempre, con los ojos de la cara fijos en el prójimo y en sus necesidades, para socorrerlos, y con los ojos del alma fijos en el Corazón de Jesús, que está en el Sagrario, ocupemos nuestro puesto, el que a cada uno nos ha señalado Dios.
Nada de volver la cara atrás! ¡Nada de cruzarse de brazos! ¡Nada de estériles lamentos!.
Mientras nos quede una gota de sangre que derramar, unas monedas que repartir, un poco de energía que gastar, una palabra que decir, un aliento de nuestro corazón, un poco de fuerza de nuestras manos o en nuestros pies, que pueden servir para dar gloria a Él y a Tí, y para hacer un poco de bien a nuestros hermanos…
Madre mía, por última vez! Morir, antes que cansarnos!

6 comentarios

  
José María Iraburu
Bien por Virginia.
Ése lema tratamos de vivirlo en InfoCatólica.

Si Dios no se cansa de querernos y de darnos su gracia para amarle y servirle, no podemos nosotros autorizarnos ni al desánimo ni al cansancio inoperante. Todo lo podemos en Aquél que nos conforta.
Bendición +
07/10/13 9:45 AM
  
Antonio
Bellísima oración Virginia. Me acompañará toda mi vida.
07/10/13 11:41 AM
  
Maria-Ar
Gracias Ma Virginia, muy alentador el artículo,nos motiva a seguir.
Bendiciones!
07/10/13 3:31 PM
  
M Carmen
Muy cierto Virginia y adecuado para los tiempos que vivimos.
Arriba los corazones.
08/10/13 3:10 PM
  
José Luis
Lo más importante, siempre es preferible la muerte, antes que consentir un pecado, por pequeño que sea, pero por desgracia, tengo muchos pecados, pero no me ha llegado la muerte, sin embargo, cuando me llegue la muerte, para mí será un descanso, ya habré dejado de ofender al Señor, y preferiblemente el Purgatorio, para seguir amando al Señor nuestro Dios.
Os ruego que recéis por mi conversión, pues nadie crea que estoy convertido. Todo lo espero en Dios nuestro amado Padre.
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V.G.: rezamos unos por otros, José Luis, por supuesto; ¿quién puede decir que ya esté realmente convertido? Un fraterno saludo.
12/10/13 6:09 PM
  
José Luis
Perdón por el despiste: Feliz fiesta de Nuestra Señora del Pilar.
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V.G.:¡Felíz y Santa fiesta de la Hispanidad!
12/10/13 6:10 PM

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