Barcelona: Una solución urgente
Son innumerables las ocasiones en las que amigos sacerdotes o laicos no catalanes, ajenos a nuestra realidad diocesana, se muestran interesados por el devenir de nuestra Iglesia barcelonesa. Nos interrogan sobre la razón de todo. Sobre el alcance de esta profunda crisis eclesial que se prolonga ya demasiado y por las perspectivas de solución que pueden plantearse.
En la mayoría de los casos quedan admirados por la situación catastrófica en la que estamos. Les digo: “Aquí estamos aún en la etapa sesentayochera”. Se impresionan porque la liturgia es celebrada a menudo en muchos lugares sin los ornamentos prescritos. ¡Si fuese sólo eso! Les cuesta más llegar a descubrir como en la Facultad de Teología muchos alumnos tienen la impresión que la teología y la moral no son verdaderamente católicas. Cómo tenemos un Seminario sin ni siquiera dos docenas de seminaristas y cómo al mismo tiempo muchas vocaciones o se pierden o son enviadas por sus párrocos a centros de formación de probada rectitud y conformidad con el espíritu y la voluntad de la Iglesia, pero fuera de Cataluña.