El Dr. Matabosch necesita clases de castellano
Hace unas semanas nuestro querido Prudentius de Bárcino nos reproducía en su artículo semanal la poesía que el niño Antoñito Matabosch presentó a concurso titulada “La mona". En aquellos años lógicamente la poesía tuvo que presentarse en castellano, como el resto de los estudios primarios, pero parece que nuestro actual ecónomo diocesano ha olvidado bastante la lengua de Cervantes. Sólo hace falta mirar la información que nos ha remitido la Delegación Diocesana de Economía con motivo de la Jornada de “Germanor” (Día de la Iglesia Diocesana, en el resto de España) para darnos cuenta de que en esa Delegación el castellano no lo dominan muy bien.
Y es que cuando se detallan los gastos del arzobispado del año 2008 hay una partida importante en la que pone “Personal Preberos y religiosos” y un poco más abajo también se lee otra partida con el título “Seguros sociales preberos". Para los que no dominen nada el catalán, les sorprenderá la palabra “preberos” porque de entrada no deducirán que se está refiriendo a los presbíteros, algo más fácil lo tenemos los que hablamos el catalán y que llamamos también a los sacerdotes “preveres". Pues nuestros ecónomos ni cortos ni perezosos han dicho: el castellano de “preveres” pues “preberos", y se han quedado tan anchos.