Algo huele a podrido en Chile
Esto de ser un cavernícola tiene sus desventajas. Además de carecer de luz eléctrica y de tener compañeros que no usan mucho el jabón, mi cerebro rupestre no alcanza a comprender cosas que los seres humanos de otras épocas más avanzadas parecen entender perfectamente.
Entiendo que un sacerdote pueda dejar el sacerdocio. Es triste, pero lo entiendo. Comprendo también que pueda dejarlo porque su fe no es la fe de la Iglesia. Esto, además de entenderlo, me parece muy bien. Así queda muy claro que sus opiniones son eso, simples opiniones, y no la enseñanza de la Iglesia.
Lo que no cabe en mi cerebro de cavernícola es que, cuando un sacerdote es amonestado varias veces por tener opiniones heréticas sobre cuestiones tan importantes como la resurrección de Cristo, el pecado original, la virginidad de Nuestra Señora o la historicidad de los Evangelios o el sacerdocio, cuando ese sacerdote mantiene a capa y espada sus posturas heréticas y, finalmente, deja el sacerdocio para poder seguir enseñando sus herejías sin cortapisas de la Iglesia… le publique sus artículos una revista de los jesuitas de Chile.
Me refiero, claro está, al ex-P. Ariel Álvarez, de la diócesis de Santiago del Estero, en Argentina, que pidió hace meses su reducción al estado laical, tras varias amonestaciones vaticanas y de su obispo y tras la prohibición de seguir enseñando como sacerdote católico. Él mismo Álvarez dijo que dejaba el sacerdocio para poder seguir defendiendo públicamente sus opiniones: “Renuncio porque a partir de ahora quiero dedicarme a divulgar la Palabra de Dios, tal como me enseñaron en las universidades católicas y pontificas donde estudié, en Jerusalén donde hice la licenciatura, y en Salamanca donde hice el doctorado, y que siendo sacerdote diocesano me resulta imposible hacer por una prohibición”.
Es decir, el Sr. Álvarez dice que piensa seguir enseñando sus opiniones contrarias a la doctrina de la Iglesia y, a pesar de ello, la Revista Mensaje, de los jesuitas, le sigue publicando los artículos en los que defiende esas opiniones. Sin duda, a los sesudos jesuitas chilenos del S. XXI les parecerá algo normal, pero confieso que, como cavernícola y bruto que soy, me resulta imposible entenderlo. Y yo diría que al fundador de la revista en cuestión, San Alberto Hurtado, le habría resultado tan difícil entenderlo como a mí. Quizás él también fuera un cavernícola.
Admito que los cavernícolas somos incapaces de distinguir una pastilla de jabón de un coprolito y, en consecuencia, nuestro olor corporal deja bastante que desear. Sin embargo, ese mal olor apenas es nada al lado del olor a podrido que emanan algunas revistas pretendidamente católicas.
Arqueológico Brutote
15 comentarios
A fin de cuentas, Ariel ha recibido un llamado, y sus padres se han gastado un pastón en la mejor formación teológica del chaval, entre Jerusalén, Salamanca, Roma y tal. No es cosa de desprediciar los talentos. O qué.
¡Ung! Es verdad. Lo cambio.
Es una pena, porque a Chile le falta una sílaba para que el título suene bien.
En este caso, en Argentina hay que elogiar que el Obispo de Santiago del Estero solucionase el problema inicial contundentemente.
Si es que... no se puede uno fiar de estos primitivos.
Una revista que afirma ser "un medio de comunicación católico de orientación y opinión" no pinta nada publicando los artículos de un señor que ha dejado de ser sacerdote precisamente para poder publicar cosas que no son católicas.
Claro que sus opiniones también dicen mucho de las universidades en las que estudió y que me da la impresión de que tampoco deben de oler a rosas precisamente.
Y sí, es el amigo de Pikaza.
Obviamente gracias a esas especies ebolucionadas, nos hemos concienciado de que Adán y Eva no existieron, el infierno no es un lugar sino un estado y Cristo no resucitó, salvo en sentido metafórico que no cabernícola ¿o cavernícola?
Saludos
No hay duda, Adán y Eva no existieron. Sostener que si existieron como dos personas históricas y con esos nombres es una herejía, y va contra el magisterio. Lo del infierno, donde está? Si me lo podes contestar te diré que no es un estado sino un lugar. Por favor, dame la dirección. Con respecto a la resurrección de Jesús, allí se plantea una cuestión de vocabulario, es verdad que esta gente con un grado de evolución diferente usa un lenguaje no muy comprensible, sin embargo hay que ver que es lo que realmente se está afirmando. Y no hay ninguna masacre o empanada mental, simplemente que es necesario hacer llegar el mensaje del evangelio con el lenguaje que la gente hoy lo comprende. Es bueno pensar las cosas de un modo diverso y no es que se atente contra el magisterio o la verdad revelada, hace falta sólo un poquito de lucidez.
Les recomiendo que lean la exégesis que el P. Ariel hiso sobre el relato de la Navidad, es realmente iluminador y hace ver un acontecimiento aun más significativo que el que nos fue pintado a través de S. Francisco. Con todo lo que yo valoro a S. Francisco, sin embargo nos condicionó un poco en la lectura de tan gran texto. El P. Ariel hace un significativo aporte para aclarar el texto.
Por favor...
Además, apela a un tal Pío XII.
Sin embargo, en los anales escritos en pedernal de nuestra caverna, encontramos la siguiente afirmación de ese jefe supremo de los grandes chamanes. Dice así:
Mas, cuando ya se trata de la otra hipótesis, es a saber, la del poligenismo, los hijos de la Iglesia no gozan de la misma libertad, porque los fieles cristianos no pueden abrazar la teoría de que después de Adán hubo en la tierra verdaderos hombres no procedentes del mismo protoparente por natural generación, o bien de que Adán significa el conjunto de muchos primeros padres, pues no se ve claro cómo tal sentencia pueda compaginarse con cuanto las fuentes de la verdad revelada y los documentos del Magisterio de la Iglesia enseñan sobre el pecado original, que procede de un pecado en verdad cometido por un solo Adán individual y moralmente, y que, transmitido a todos los hombres por la generación, es inherente a cada uno de ellos como suyo propio (Humani Generis, 30).
Es por ello, que Ariel y Juan, Juan y Ariel, no merecen ser miembros de nuestro clan cavernario. Que se busquen cobijo con los galeuscas si quieren.
Sobre la creación, pecado original, demonio, paraíso, quizás deberías leer el Catecismo: 374-379, 390, 391-395.
Y eso hace que me pregunte ¿por qué son tan malas o, al menos, tan poco interesantes? No creo que sea algo necesario, porque, por ejemplo, mis abuelos estaban suscritos hace muchísimos años al "Mensajero del Corazón de Jesús" y no sólo se leía la revista de arriba abajo, sino que luego lo encuadernaban y la hemos leído hijos y nietos con gran interés, cincuenta años después. En cambio, la mayoría de las revistas actuales carecen totalmente de interés al mes siguiente a su publicación (incluido el antiguo Mensajero del Corazón de Jesús español, que perdió al Corazón de Jesús por el camino, además del interés que podía tener, y se quedó en El Mensajero).
si es que leyendo estas cosas desde niños... así hemos salido de cavernícolas algunos.
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