(Fides/InfoCatólica) “La nación del Líbano ha sido ocupada por Siria durante 28 años. Todavía hay signos de este padecimiento. Conociendo la situación interna, es posible que, dado el crecimiento del fundamentalismo sunita y del fanatismo, si el marco político cambiase radicalmente, los cristianos podrían convertirse en un objetivo y sufrir mucho. Toca plantear una pregunta fundamental sobre el futuro de las comunidades cristianas en Siria y en los países donde está en marcha la transición de la llamada primavera árabe”, señala el P. Paul.
Según el sacerdote, un mensaje y un ejemplo para la región lo constituye el Líbano, “un país donde conviven 18 confesiones religiosas y donde la libertad religiosa posee un espacio reconocido. Esperamos y deseamos que en el mundo árabe pueda crecer el principio y el valor de la libertad religiosa. Para nosotros los cristianos libaneses el reto es ser testigos del diálogo, de la convivencia y del amor, de manera que sea un mensaje para todos los pueblos de Oriente Medio”. “La misión de la Iglesia en Oriente Medio - concluye - trae consigo esta esperanza y este desafío”.
Los cristianos en Siria son un 5% de la población, un millón de personas de los 21 millones de habitantes, con un 90% de musulmanes.