(Aci/RV/InfoCatólica) El cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, ha dirigido una carta a todos los obispos del mundo en vista de la colecta a favor de Tierra Santa, que tradicionalmente tiene lugar el Viernes Santo. El llamamiento de este año “se inspira en la peregrinación realizada sobre las huellas históricas de Jesús” por Benedicto XVI en mayo del pasado año. “El año sacerdotal insta a obispos, sacerdotes y seminaristas de toda la Iglesia", escribe el cardenal, a prodigarse “incansablemente para garantizar un futuro a los cristianos allí donde aparecieron la benignidad y la humanidad de nuestro Dios y Padre”.
El Cardenal explicó que cuando se refiere a Tierra Santa no se habla solamente de Israel y Palestina sino que comprende también “Jordania, Siria, el Líbano, Egipto, las islas de Chipre y Rodas. Pienso también en Irak, donde se encuentra la antigua Ur, que Abraham dejó siguiendo el mandato de Dios”.
“El Papa ha confiado a la Congregación para las Iglesias Orientales el encargo de mantener vivo el interés por aquella Tierra bendita. Los cristianos de Oriente tienen la responsabilidad de custodiar los orígenes cristianos, para sean siempre la referencia de la misión cristiana, la medida del futuro eclesial y su seguridad”
En un documento de la Custodia de Tierra Santa se detallan las obras realizadas gracias a la colecta del año pasado. Además de proporcionar becas a sacerdotes y seminaristas locales que estudian en las Universidades Pontificias, se llevaron a cabo restauraciones en varios lugares: Jerusalén, Betania, Belén, Jaifa, Magdala, Nazaret, Monte Nebo, Monte Tabor y Nain. También se distribuyeron fondos para sostener parroquias, familias, escuelas, universidades y obras culturales.
Al hablar del “martirio” de los cristianos en Tierra Santa, el Purpurado señaló que “debemos reconocer con dolor y denunciar con la fuerza del Evangelio las discriminaciones que en Medio Oriente sufren los cristianos. Ellos han conocido niveles de masiva preocupación, especialmente en Irak”.
“El 24 de marzo de cada año la Iglesia reza por los misioneros mártires de nuestro tiempo. Es una intención que compartimos con agrado. Pero son verdaderamente innumerables los mártires cristianos, católicos y hermanos y hermanas de otras iglesias cristianas, que se convierten en auténticos misioneros de Cristo con su fidelidad al bautismo hasta el testimonio supremo”.
Para el Cardenal, ante esta situación, los cristianos de todo el mundo deben “hacer su parte en la denuncia y en la solidaridad para que la mayor cantidad de cristianos permanezcan en Oriente, como es su derecho y deber, así como también acogiéndolos cuando son obligados a buscar una patria”.