(La Prensa/InfoCatólica) Contra toda previsión, dado el actual contexto de la Iglesia, en los últimos días volvieron a surgir con insistencia las versiones de un inminente acuerdo de reconciliación entre la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX) y la Santa Sede que sería histórico, casi treinta años después de la sanción de excomunión impuesta a su fundador, el obispo francés Marcel Lefebvre.
«No falta más que la firma», aseguró monseñor Bernard Fellay, superior general de la FSSPX, en recientes entrevistas que reprodujo el prestigioso blog tradicionalista Rorate Caeli y que reabrieron las expectativas de un pronto acuerdo para regularizar la situación canónica de la fraternidad.
Desde la Santa Sede no tardó en llegar la confirmación. Monseñor Guido Pozzo, secretario de la comisión Ecclesia Dei, que es su interlocutor en Roma, corroboró que la etapa de la plena comunión con los lefebvristas se avecina.
«En este momento estamos trabajando para perfeccionar algunos aspectos de la figura canónica, que será una prelatura personal», respondió el arzobispo al diario italiano La Stampa. Para él, el acuerdo está a la vista, aún si para esto falte todavía un poco de tiempo.
Las declaraciones convergentes fueron levantadas también por el diario francés Le Figaro, que añadió más precisiones. Bajo la firma de Jean-Marie Guénois, el matutino más antiguo de París indicó que dos fechas simbólicas circulan en Roma para la firma: el 13 de mayo de 2017, en el centenario de las apariciones de Nuestra Señora de Fátima, en Portugal, o el 7 de julio de 2017, décimo aniversario del Motu Proprio de Benedicto XVI que restableció la misa según el ritual de 1962, la llamada misa en latín, como rito extraordinario en la Iglesia católica.
Fellay, en su entrevista con el programa Terre de misión del canal de TV por internet Libertés, insertó sin embargo una condición que pone en duda la inminencia de ese acuerdo. Dijo que aceptará a cambio de «la afirmación clara y neta» de la Santa Sede de que «garantizará» el «respeto» de la autonomía de la vida de la Fraternidad San Pío X.
CONDICION
En este sentido, aclaró ante Le Figaro que «monseñor Lefevbre, nuestro fundador, puso como condición sine qua non a cualquier acuerdo, que seamos recibidos, en la Iglesia, tal como somos: sacerdotes católicos que viven según la disciplina eclesiástica que estaba en vigor antes del Concilio Vaticano II». Esta autonomía pastoral estaría garantizada más allá de un encuadre teórico.
Según una fuente autorizada consultada por Le Figaro, la comisión Ecclesia Dei está verificando ciertos puntos canónicos que permitirán preservar la identidad específica de la fraternidad bajo el cuadro jurídico de una prelatura personal. Esa estructura le permitiría a la fraternidad mantener su independencia en todos los países donde tiene presencia, sin responder a los obispos locales sino directamente al Papa.
El camino de acercamiento, que comenzó en el año 2000 bajo el pontificado de Juan Pablo II, fue relanzado con fuerza por Benedicto XVI pero fracasó en 2012 cuando estaba a punto de rendir frutos.
La FSSPX fue fundada por monseñor Marcel Lefebvre en 1970, y estuvo en desacuerdo con algunas enseñanzas del Concilio Vaticano II, como su enfoque sobre el ecumenismo, la libertad religiosa, la reforma litúrgica o la declaración Nostra Aetate. En 1988 le fue impuesta una excomunión latae sententiae al consagrar sin autorización de Roma a cuatro obispos, entre ellos monseñor Fellay. En el 2009, Benedicto XVI revocó las excomuniones pero señaló que hasta que no se aclararan las cuestiones doctrinales la fraternidad no tendría estado canónico en la Iglesia y sus ministros no podrían ejercer legítimamente ningún ministerio.
Recientemente el Papa Francisco había concedido a los fieles que asistían a las iglesias de la Fraternidad San Pio X la posibilidad de recibir válida y lícitamente el sacramento de la penitencia durante el año de la Misericordia, y posteriormente en su Carta Apostólica «Misericordia Et Misera», extendió indefinidamente dicha posibilidad. A este respecto señaló el Papa en su carta:
«En el Año del Jubileo había concedido a los fieles, que por diversos motivos frecuentan las iglesias donde celebran los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X, la posibilidad de recibir válida y lícitamente la absolución sacramental de sus pecados. Por el bien pastoral de estos fieles, y confiando en la buena voluntad de sus sacerdotes, para que se pueda recuperar con la ayuda de Dios la plena comunión con la Iglesia Católica, establezco por decisión personal que esta facultad se extienda más allá del período jubilar, hasta nueva disposición, de modo que a nadie le falte el signo sacramental de la reconciliación a través del perdón de la Iglesia».
La fraternidad, que cuenta hoy con 613 sacerdotes, 117 frailes, 80 oblatos, 215 seminaristas, está presente también en la Argentina, donde tiene un seminario en la ciudad bonaerense de La Reja.