(ACI/InfoCatólica) El Arzobispo Metropolitano de Piura en Perú, monseñor José Antonio Eguren, hizo un «llamado a la solidaridad cristiana» en medio de las intensas lluvias e inundaciones que afectan el norte del país.
En un mensaje difundido el día de ayer, Mons. Eguren lamentó que Piura y Tumbes «sufren en estos días las consecuencias de las lluvias y las inundaciones, las cuales se prevén continuarán en los próximos meses».
«Esta situación conlleva un momento difícil para muchas familias. El agua ha entrado en sus casas, hay pérdidas materiales y algunos deberán afrontar en los próximos días situaciones de precariedad e incluso de evacuación».
El Arzobispo señaló que «si bien es cierto que situaciones como ésta deben activar los mecanismos de ayuda desde las instancias responsables del Estado, no es menos cierto que circunstancias como éstas son también un fuerte llamado a la solidaridad cristiana en donde todos debemos sentirnos responsables de todos, porque el otro es un don para mí».
«Que el actual momento de emergencia que estamos viviendo sea ocasión propicia para abrir la puerta de nuestro corazón a cualquier necesitado, sea éste un vecino nuestro o un pobre desconocido, reconociendo en él o en ella el rostro de Jesús», alentó.
Mons. Eguren indicó además que «junto con esta exhortación a la solidaridad y a la caridad cristiana hago un llamado urgente a edificar entre nosotros una “cultura de la prevención”».
Esta cultura de la prevención, dijo, se debe entender «como la actitud proactiva de todos los ciudadanos, del gobierno, las familias, las escuelas, las instituciones, las empresas y las comunidades, para emprender acciones de previsión, independientemente de que exista o no el peligro del desastre inminente».
«Hace falta que anualmente el Gobierno central asigne un presupuesto establecido, sin esperar a que la emergencia se declare para recién autorizar los fondos necesarios».
El Arzobispo peruano indicó que Cáritas Piura y Tumbes trabaja en estos días «en un diagnóstico de la situación para identificar aquellos lugares donde más se necesita ayuda y así poder llevar alivio y consuelo».
Al finalizar su mensaje, Mons. Eguren pidió «que la luz de la fe nos haga ver más allá de las sombras de los males inmediatos. Que la esperanza nos sostenga y levante nuestro ánimo en medio de las dificultades, y la caridad nos anime a trabajar unidos para superar cualquier mal y contratiempo».
«Pido al Señor en mi oración que consuele a los damnificados, que no les falte el apoyo en la dificultad y la solidaridad de todos. A María Santísima, Nuestra Señora de las Mercedes, encomendamos nuestra seguridad, nuestra vida y la de nuestros hermanos», concluyó.