(Gaudium Press/Fides) La versión oficial de la tragedia es que el masivo ataque anticristiano fue la reacción popular al asesinato de un líder hindú por parte de un grupo de creyentes.
«Es una vergüenza para la nación y para el poder judicial que siete cristianos inocentes languidezcan en la cárcel por un crimen que no cometieron», indicó Akkara en la presentación del texto, según informó la agencia Fides. Para el autor, la acusación es falsa y simplemente fue usada como pretexto para incitar la violencia que afectó gravemente la comunidad cristiana. En los ataques fallecieron casi 100 creyentes, se saquearon y destruyeron 300 templos y seis mil casas y más de 56 mil personas debieron huir a los bosques a causa de la violencia.
Para el investigador, las masas analfabetas fueron incitadas al odio cuando siete cristianos fueron detenidos «a pesar de la falta de pruebas», y acusados del homicidio. El proceso en su contra fue calificado como «una parodia de la justicia» y los creyentes fueron condenados a cadena perpetua en 2013 sin que se les haya concedido aún una apelación. El autor reclamó que a pesar de las dimensiones de los ataques «la Comisión Nacional de Derechos Humanos ni siquiera ha emitido un comunicado de prensa sobre Kandhamal en ocho años» y afirmó que «siete cristianos inocentes en prisión son una mancha en el sistema judicial del país».
El asesinato que desencadenó los ataques fue reivindicado en septiembre de 2008 por miembros del grupo guerrillero Maoist People's Liberation Guerrilla Army, e incluso una pareja de guerrilleros se entregó a las autoridades en 2009 y confesó haber tomado parte en el crimen, sin que cambiara esto el destino de los cristianos capturados por las autoridades.