(RV/SIC) En su discurso el Pontífice destacó el «papel de gran importancia y de gran responsabilidad que recubre el periodista en la sociedad», ya que de alguna manera, dijo, «ustedes escriben el primer ‘borrador’ de la historia, a través de la construcción de la agenda de las noticias e introduciendo a las personas en la interpretación de los eventos».
Por ello, el Obispo de Roma aseguró que no obstante los tiempos cambian y cambia también el modo de hacer periodismo, «los periodistas, cuando tienen profesionalidad son siempre un columna portante, elemento fundamental para la vitalidad de una sociedad libre y pluralista». Y recordó que también la Santa Sede ante estos cambios en los medios de comunicación, «está viviendo un proceso de renovación del sistema comunicativo».
«Hoy, – les dijo – quisiera compartir con ustedes una reflexión sobre algunos aspectos de la profesión periodística, porque «para todos nosotros es indispensable detenernos a reflexionar sobre lo que estamos haciendo y sobre cómo lo estamos haciendo».
Centrándose en tres elementos fundamentales de reflexión, Amar la verdad, vivir con profesionalidad y respetar la dignidad humana, Francisco explicó que amar la verdad, significa vivir la verdad y dar testimonio con el propio trabajo; «y aquí – remarcó – la cuestión no es ser o no ser creyente sino se honesto con sí mismo y con los demás».
Vivir con profesionalidad, significa, en primer lugar,«comprender el sentido profundo del proprio trabajo» y «no someter la propia profesión a las lógicas de los intereses partidarios, económicos o políticos». «Vocación del periodismo», afirmó el Papa, es «hacer crecer la dimensión social del hombre y construir una verdadera ciudadanía». De ahí su llamado a «cuidar uno de los arquitrabes de la estructura de una sociedad democrática».
Por último, respetar la dignidad humana, porque detrás de un simple relato, «está siempre la vida de las personas». Y la voz de los periodistas puede alcanzar a todos y ésta, aseguró, es un arma muy potente. «El periodismo – concluyó el Papa – no puede transformarse en un arma de destrucción de personas e incluso de pueblos».
Finalmente, de los labios del Santo Padre el deseo de que cada vez más y por todos lados, «el periodismo sea un instrumento de construcción, un factor de bien común, un acelerador de procesos de reconciliación que sepa rechazar la tentación de fomentar el choque, con un lenguaje que sople sobre el fuego de las divisiones, y más bien favorezca la cultura del encuentro».