(Efe) La polémica estalló en la India hace unos días cuando la prensa local reveló que las Misioneras de la Caridad, según confirmó luego la propia orden religiosa en un comunicado, decidió «suspender todo proceso de adopción en la India en agosto» tras recibir las nuevas directrices de adopciones del Gobierno indio. «Cumplir con todos los requisitos hubiera sido muy difícil para nosotras», explicó la Orden, que anotó que su trabajo de adopción iniciado por la madre Teresa «ha cambiado la vida de miles de personas», pero «está claro que es el deseo de Dios suspenderlo».
Una portavoz de las Misioneras de la Caridad, Sunita Kumar, basó la decisión en que no pueden «arriesgarse cuando es algo que concierne a los niños. Cuando se trata de padres solteros, no podemos saber con seguridad si les importan realmente los niños. ¿Qué pasaría si nuestros niños son maltratados?», se preguntó Kumar.
India prohíbe a los varones adoptar a niñas
Las nuevas directrices del Gobierno indio son claras sobre el estatus matrimonial de los padres: «una mujer soltera puede adoptar a un menor de cualquier género», mientras que «un hombre soltero no puede adoptar una niña», pero sí un niño.
Ante la controversia generada, el Ministerio de Desarrollo de la Mujer y el Niño de la India, del que dependen los procesos de adopción, indicó ayer en un comunicado que las nuevas normas deben ser seguidas por todas las instituciones sin excepción. «El Ministerio reconoce el buen trabajo hecho por organizaciones como las Misioneras de la Caridad. Sin embargo, reiteramos que las nuevas directrices, elaboradas después de un intenso proceso de consulta, tienen que ser seguidas por todas las instituciones involucradas en el proceso de adopción», remarcó la nota.
Según datos del Gobierno indio, en el gigante asiático se adoptaron entre abril de 2014 y el pasado marzo 4.362 menores, 374 de ellos por padres extranjeros. Además, estimaciones no oficiales calculan que hay unos 50.000 niños en orfanatos indios.
La madre Teresa, de origen albanés, nacida en 1910, fundó en 1950 las Misioneras de la Caridad en la ciudad de Calcuta, con la que comenzó a ayudar a los enfermos de lepra. Quince años después, cuando el papa Pablo VI la autorizó a expandir su orden religiosa en otros países, se abrieron centros para atender leprosos, ancianos, ciegos y enfermos de sida, y se fundaron escuelas y orfanatos para los pobres y niños abandonados.