(Gaudium Press) Según el Obispo de Maroua-Mokolo, Mons. Bruno Ateba Edo, las Eucaristías presididas por el prelado suelen reunir a unos tres mil fieles, por lo cual podrían ser blanco de los terroristas. Para evitar una tragedia de este tipo los cristianos organizan cadenas humanas en torno al lugar de celebración y los fieles deben atravesar estrictos controles de seguridad, según informó Catholic World News.
La situación de los creyentes de Camerún es delicada, ya el país está rodeado de dos graves realidades: la influencia del grupo terrorista Boko Haram, que actúa especialmente en Nigeria, y la grave situación de anarquía vivida en República Centroafricana. Según declaraciones del prelado divulgadas por Cameroon Concord, los grupos radicales están reclutando jóvenes en este país debido a las condiciones sociales. «La extrema pobreza hace que el área sea una gran reserva de dónde sacar nuevos reclutas. Los jóvenes cameruneses no tienen esperanzas y son presa fácil para la secta».
Los actos de violencia que se producen en el país ya están causando una crisis humanitaria a la cual no se ha prestado suficiente atención. «Nuestra Diócesis es hogar para al menos 55 mil personas desplazadas, en adición a los muchos refugiados de Nigeria», describió el prelado. La influencia del grupo terrorista en la región de Amchidé motivó la huida de la totalidad de la población local y la suspensión del apostolado de la Iglesia, así como el cierre de 110 escuelas y 13 centros de salud en una de las regiones más pobres del país.