(Zenit) El Papa recordó que en el Líbano acaba de ser proclamado santo el obispo siro-católico, Flaviano Miguel Melki, quien murió durante el genocidio asirio, defendiendo e invitando a los católicos a ser fieles a su fe.
«Ayer en Harisa, en el Líbano, fue proclamado beato el obispo siro-católico Flaviano Miguel Melki, mártir», dijo, quien «en el contexto de una tremenda presecución contra los cristianos, él fue defensor incansable de los derechos de su pueblo, exhortando a todos a que permanecieran firmes en la fe» dijo.
El Santo Padre recordó a este punto que «también hoy en Oriente Medio y en otras partes del mundo, los cristianos son perseguidos». Y expresó su deseo de que «la beatificación de este obispo martir infunda en ellos consolación, coraje y esperanza».
«Pero sea también –exhortó el Papa– un estímulo a los legisladores y gobernantes para que sea asegurada en todas partes la libertad religiosa; y a la comunidad internacional le pido que haga algo para que se ponga fin a las violencias y abusos».
El Pontífice además recordó que «lamentablemente también en los días pasados, numerosos inmigrantes han perdido la vida en sus terribles viajes. Para todos estos hermanos y hermanas, rezo e invito a rezar».
Y precisó que en particular «me uno al cardenal Schönborn –que hoy está aquí presente– y a toda la Iglesia en Austria, en la oración por las 71 víctimas entre las cuales 4 niños, encontrados en un camión en el autopista Budapest-Viena. Encomendamos cada una de ellas a la misericordia de Dios, y a Él le pedimos de ayudarnos a cooperar con eficacia para impedir estos crímenes que ofenden a toda la familia humana». Y añadió: «Recemos en silencio por estos inmigrantes que sufren y que han perdido la vida».