(HO) Según el cardenal, tuvo ocasión de agradecer personalmente al Papa Francisco en Roma su encíclica el pasado lunes durante la entrega del palio de arzobispo metropolitano de Valencia. «"¿Te ha gustado?", me preguntó. Yo le dije que no solo me ha gustado, sino que nos pone a todos ante un desafío muy grande, ante una gran revolución. Eso es lo que pretende, que cambien las cosas, me dijo».
Para el purpurado, esta encíclica «es una llamada a la conciencia de todos los hombres creyentes y no creyentes para que cambien las cosas porque, en expresión de Francisco, las cosas tal y como están no van». Por ello, lamenta el «interés de algunos grupos ideológicos de eliminar a Dios del horizonte de los hombres y también de ponerle sordina a esta encíclica, que ha desaparecido ahora ya como por arte de magia, no se habla de la encíclica».
Así, se ha preguntado el «porqué de este silencio impuesto a la encíclica más importante, sin duda del Papa y que tan espléndidamente resume todo su pensamiento». A su juicio, «vivimos en una sociedad en la que el olvido de Dios en la vida pública es total», y la encíclica «es una llamada de atención muy grande al poder político, un torpedo en la línea de flotación de tener el poder por el poder».
Ideología de género y aborto
En el transcurso de su conferencia, el cardenal Cañizares subrayó la incompatibilidad de la ideología de género y el aborto con la ecología integral que defiende el papa Francisco: «la ideología de género está en todos los programas políticos, pero es incompatible con la naturaleza, porque dice que la persona elige ser hombre o mujer».
De igual manera, «el aborto tampoco cabe», indicó el cardenal, que aseguró que «si los gobiernos quieren ser progresistas, de una vez por todas, hagan desaparecer las leyes del aborto; no es cuestión de beatos o radicales de la Iglesia, es una cuestión del ser o no ser del hombre o del ser o no ser de la creación. Y es otra de las causas por las que la encíclica ha querido ser silenciada».