(Agencias) En el curso de las conversaciones, que se han desarrollado en una atmósfera de cordialidad, se ha hablado de las buenas relaciones bilaterales y se ha manifestado el deseo de que se refuercen todavía más en el marco de los instrumentos jurídicos previstos del derecho internacional.
Sucesivamente se han analizado temas de interés común, como la salvaguardia de la vida humana, la educación y la paz social.
En ese contexto, se ha reafirmado el papel de las instituciones católicas en la sociedad chilena y su contribución positiva, especialmente en la promoción humana, en la formación y en la asistencia a los más necesitados.
No ha faltado un análisis de las diversas situaciones en Iberoamérica, con referencia particular a algunos retos que enfrenta el Continente.
Bachelet, muy contenta
Bachelet calificó como «espléndida» la reunión con el Santo Padre «por la gran acogida que he sentido por parte de él como pastor».
Y añadió: «En la reunión él ha sido extraordinariamente cariñoso, bien informado y, en ese sentido, apoya todo proceso que permita hacer de Chile una patria más justa, más solidaria, donde se pueda salir de la desigualdad y vivir una vida más feliz».
La mandataria informó que también se abordaron otros asuntos como la crisis de confianza y representatividad que sufre no solamente en Chile, sino también muchos países incluso europeos.
Bachelet añadió que con el Santo Padre analizaron de qué manera los gobernantes pueden «contribuir para lograr sociedades más cohesionadas, unificadas y convencidas de que los valores colectivos son importantes». Indicó también que entre los temas se habló de la defensa de la vida, sin entrar en detalles.