(EP/InfoCatólica) El obispo ha anunciado que «estamos a punto de comenzar las obras de habilitación de la ‘L’ del Palacio Episcopal», que rodea al patio donde se situó el antiguo alcázar Omeya, dentro del proyecto de remodelación y ampliación del Museo Diocesano, en el que el Obispado lleva años embarcado, pues, no en vano, solo para poder intervenir ahora en esta zona del Palacio Episcopal se requirió que el Ayuntamiento aprobase la modificación del catálogo referido al Museo Diocesano en el Plan Especial de Protección de Conjunto Histórico de Córdoba (Pepch).
Se actuará, desde el respeto a las edificaciones existentes, para conformar un nuevo y mayor Museo Diocesano, que contará, según ha precisado Demetrio Fernández, con «una exposición de piezas permanente, además de exposiciones temporales y un Aula de Interpretación», para le mejor comprensión de «la historia y de los monumentos de la ciudad, en particular de la Catedral y antigua mezquita».
Esta Aula de Interpretación en el ampliado Museo Diocesano «será el pórtico de entrada a la Catedral y para la visita a la ciudad, sobre todo a las iglesias fernandinas», es decir, «será como un lugar de acogida para ofrecer una visión de conjunto de la ciudad en su expresión cristiana, que es larga y jugosa, en la época romana, en la época visigótica e incluso durante la época musulmana, y después, en la época fernandina y posterior, hasta nuestros días».
El objetivo, según ha subrayado el obispo, es «explicar al turista que viene de lejos que la ciudad de Córdoba es cristiana, a lo largo de 20 siglos, y que ahí están sus monumentos, que lo certifican», siendo ello un atractivo extra para el turista, que «hace que el visitante se quede más tiempo en la ciudad», como ocurre con los que hacen la ruta de las iglesias fernandinas de Córdoba, de estilo gótico y con posteriores añadidos barrocos, que se edificaron tras la conquista de la ciudad por el rey Fernando III ‘El Santo’ en 1236.
En este sentido, el obispo ha argumentado que los turistas llegan a Córdoba para visitar «la Catedral y antigua mezquita, y quedan deslumbrados, pero Córdoba no es solo» este monumento singular, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, sino que «a Córdoba merece la pena venir un fin de semana o dos o tres días durante unas vacaciones, porque hay mucho que ver».
A ello pretende ayudar el nuevo y ampliado Museo Diocesano que surgirá tras las obras, que cuenta con un presupuesto que «no llega al millón y medio de euros» y que «tendrá ese estilo más moderno y ágil que tienen los museos actualmente», en cuanto a que «no será un lugar donde se depositan las piezas, de una manera casi inerte», sino que dispondrá de una exposición permanente, puesta en valor, además de acoger muestras temporales y la citada «Aula de Interpretación, que enseñará y mostrará al turista, con los medios audiovisuales de los que hoy disponemos, la ciudad y una visión de la Córdoba cristiana».