(ACI Prensa/InfoCatólica) El cardenal Joseph Zen Ze-kiun explicó que en su intervención en el evento se refirió a que «el camino de la Iglesia es el hombre, el ser humano. Por ello creo que la batalla ahora está en el terreno. En realidad lo que amenaza a Asia es un ateísmo humanista, en donde la gente opone Dios al hombre y el hombre a Dios. Tenemos que predicar a Dios porque solo Dios puede salvar al hombre».
El prelado aseveró que «podemos ver especialmente desde la historia de China que el comunismo ha destruido los valores humanos. Entonces para salvar a los valores humanos tenemos que trabajar mucho para difundir la buena nueva de Jesucristo».
Quieren democracia real
El obispo emérito de Hong Kong afirmó que «estamos luchando para lograr una elección realmente democráticas, pero las autoridades de Beijing han decidido no darnos eso. Ellos dicen ‘ok, le damos un voto a cada uno’, pero dicen que ellos eligen a los candidatos. Eso no es una elección real y entonces estamos peleando contra eso».
El cardenal se refirió luego a las recientes protestas en Hong Kong para reclamar la libertad y la democracia en la sociedad china: «el movimiento comenzó muy racionalmente. No esperamos el éxito inmediato, pero tenemos que ir a paso a paso manteniendo el movimiento».
Sin embargo, prosiguió, «los estudiantes han tomado el asunto entre sus manos y están impacientes. Entonces ellos avanzan rápido pero sin mucha planificación y obviamente quieren tener éxito inmediato y eso no es posible. Eso hace que cometan errores».
Sobre el reciente viaje del papa Francisco a Corea, realizado en agosto de este año, el Cardenal Zen Ze-kiun comentó a ACI Prensa que realmente lo disfrutó y señaló que en su visita el Santo Padre dijo «algo muy importante». En la Misa con los obispos de Asia, el Papa «habló sobre el diálogo y dijo que el diálogo tiene dos condiciones esenciales. Uno es enseñar que uno debe ser coherente con su propia identidad, el segundo punto es tener esta empatía y esto es un corazón abierto para escuchar».
«Entonces la coherencia con la propia identidad y la apertura de corazón son importantes. Creo que es muy sabio», concluyó.
China y la Iglesia Católica
China permite el culto católico únicamente a la Asociación Patriótica Católica China, subalterna del Partido Comunista de China, y rechaza la autoridad del Vaticano para nombrar obispos o gobernarlos. La Iglesia Católica fiel al Papa no es completamente clandestina; aunque es asediada constantemente.
Las relaciones diplomáticas entre China y el Vaticano se rompieron en 1951, dos años después de la llegada al poder de los comunistas que expulsaron a los clérigos extranjeros.
En el año 2007 el entonces Papa Benedicto XVI escribió una carta a los católicos de China en la que los alentaba a los fieles a defender la fe, aún a costa de sacrificios, para promover la unidad y la comunión.
En diciembre de 2010, el nombramiento de un obispo legítimamente ordenado como Presidente de la asociación, durante una asamblea que sacerdotes y obispos fieles a Roma debieron atender a la fuerza, generó un distanciamiento entre el Vaticano y China.
El viaje del Papa Francisco a Corea permitió un ligero acercamiento tras el telegrama enviado por el Santo Padre al líder de China, que además permitió que el avión papal sobrevolara el territorio chino.