(ACI Prensa/InfoCatólica) El cardenal Rylko, durante su intervención, recordó el rico magisterio de los tres últimos Pontífices sobre lo que San Juan Pablo II definió como «la nueva estación de agregación de los fieles laicos». El Purpurado subrayó que el Papa peregrino siguió muy de cerca el rápido desarrollo de los movimientos eclesiales y de las nuevas comunidades, acompañándolo con su palabra clara e iluminadora.
Para Benedicto XVI, dijo, «las múltiples formas y la unidad de los carismas y ministerios eran inseparables de la vida de la Iglesia. El Espíritu Santo quiere la multiplicidad de movimientos al servicio del único Cuerpo que es la Iglesia». Y el Papa Francisco «que conoce muy bien la realidad de los movimientos eclesiales», afirmó.
El Cardenal Rylko, no ha vacilado en afirmar «que los nuevos carismas no son un patrimonio cerrado, entregado a un grupo para que lo guarde; se trata, en cambio, de regalos del Espíritu integrados en el cuerpo eclesial, atraídos hacia el centro que es Cristo, desde donde se encadenan en un impulso evangelizador».
Entre los participantes se encuentran algunos de los fundadores, moderadores y delegados generales de estos carismas de la Iglesia repartidos por todo el mundo y que nacieron gracias al impulso del Concilio Vaticano II.