(Zenit/InfoCatólica) Tal y como indican las cifras del informe publicado por Ayuda a la Iglesia Necesitada, «durante el siglo XX murieron 45 millones de cristianos en las persecuciones llevadas a cabo por los comunistas y por los musulmanes. Asesinatos, torturas, secuestros, esclavitud, tráfico de mujeres y niños. Cosas que se repiten hoy en países como Irak, Sudán, Arabia Saudita, Indonesia, China, Vietnam, Egipto, Norcorea y otros. Así lo dice esta institución internacional. Se obliga a los cristianos a apostatar: si no se hacen musulmanes se los condena a muerte», observó el arzobispo.
A propósito, habló de lo que en este momento está sucediendo en Oriente Medio por culpa del Estado Islámico, que «pretende erigir un califato o sea una especie de país independiente donde solo puedan vivir los musulmanes y los musulmanes de una fracción extremista que hace poco también ha matado a una cantidad de sunitas porque la lucha es también interna entre sunitas y chiítas».
Volviendo a la persecución de los cristianos, monseñor Aguer señaló que «según la agencia ZENIT, que es bien conocida por su carácter internacional en la difusión de noticias, en el siglo actual cada cinco minutos un cristiano muere asesinado por su fe y también se ha llegado a decir que es extraño que nadie hable de esto». Se habla de cualquier cosa -observó- cualquier pequeño incidente que ocurre en un rincón del mundo aparece en las primeras páginas, pero de esto no se habla. «Algo raro ocurre verdaderamente. Todo esto es una especie de conspiración de silencio», advirtió.
El prelado exhortó a no «quedarnos silenciosos», porque «existe una realidad fundamental y es que todos somos miembros del pueblo de Dios, de la Iglesia. Somos miembros del Cuerpo Místico de Cristo y si un miembro sufre, como dice San Pablo, todos los demás sufren con él».
Tenemos que informarnos y difundirlo
El arzobispo de La Plata reconoció que habla de estas cosas «para que veamos lo que pasa en realidad», aún «cuando no se informe de ello», porque «nosotros tenemos que saberlo, que informarnos y que difundirlo para que se sepa efectivamente: los cristianos son perseguidos en el mundo. No solo los católicos sino también cristianos de otras confesiones».
De este modo, el prelado recordó que «debemos sentirnos unidos espiritualmente a ellos» y «rezar por ellos así como rezamos por tantas otras intenciones o tantas otras necesidades». Esto responde -añadió- a la participación en la fe, a la fe común que profesamos y al amor común que nos debemos aunque estemos unos lejos de los otros.
Finalmente, el arzobispo invitó a los espectadores de «Claves» a unirse todos en la oración por la Iglesia perseguida, por los cristianos que sufren, especialmente en este momento a manos del extremismo islámico. Esto es también una expresión de nuestra fe cristiana. Quedémonos con estas ideas porque, como digo, tenemos que subrayar aquello de lo cual no se informa y de esta persecución, efectivamente, se ha hecho un silencio casi absoluto».