(Eurosport/InfoCatólica) Su nombre es Jay Beatty, conoció a Samaras la pasada temporada al defender el jugador heleno la camiseta del Celtic y desde entonces ambos son grandes amigos. La primera vez que coincidieron fue en el autobús del equipo al compartir el futbolista su asiento con el joven seguidor, pero la imagen que dio la vuelta al mundo con ambos involucrados fue la que mostraba a Samaras con el niño en brazos celebrando el triunfo del Celtic en la Premier League escocesa ante 52.000 espectadores en Celtic Park.
Compartida una experiencia de vida única, el joven Jay tenía muy claro que en este Mundial de Brasil 2014 sus colores iban a ser los mismos que los del jugador que le hizo disfrutar como nunca lo ha había hecho. Martin, el padre del niño, de hecho, quiso también trasladar al mundo la alegría de su hijo en el momento en el que Samaras convertía el histórico penalti que ponía a Grecia en los octavos,grabando en un vídeo la efusiva reacción de Jay.
Las imágenes, como era de esperar, traspasaron rápidamente mares y océanos para acabar llegando al propio Samaras en Brasil. El jugador, emocionado, se mostró orgulloso de tener al joven seguidor como amigo y deseó volver a verle pronto.
Las reacciones no se quedaron ahí, ya que fue pocos minutos después cuando la afición helena se movilizó en las redes sociales para pedir a la Federación de Fútbol de Grecia que facilitara el desplazamiento a Jay para que pudiera vivir en directo el histórico partido de cuartos de final que enfrentaría a los griegos contra Costa Rica.
El medio británico The Guardian explicaba que la campaña alcanzó en apenas unas horas más de 80.000 'likes' en Facebook, una repercusión que llevó a la Federación helena a ofrecer el pago del viaje a Brasil al joven seguidor, que sin embargo, no pudo aceptar al tener ya planeadas unas vacaciones familiares con su familia en Estados Unidos.
«Hemos recibido un fantástico ofrecimiento para ver a Grecia y a Samaras, el héroe de Jay», escribía el padre del niño. «Desgraciadamente, nosotros estábamos en el aeropuerto dispuestos a emprender nuestras vacaciones familiares cuando recibimos la llamada. Así que, no podemos aceptar esta oferta pero estamos totalmente agradecidos por todo lo que la gente hace por Jay», continuaba.
A pesar de no haber podido acudir a ver a su amigo, el niño de 11 años no quiso eludir su responsabilidad de hablar con Samaras, a quien grabó un vídeo mostrándole su cariño y agradecimiento. Una historia de una bonita amistad en torno a un balón de fútbol.