(Portaluz/InfoCatólica) Al mismo tiempo, comenzó a realizar búsquedas en Internet para «reversión de aborto» en su teléfono inteligente. Esa búsqueda la aterrizó en www.abortionpillreversal.com y su teléfono directo. Su llamado, que era la última esperanza, la conectó con el Dr. Edwin Anselmi, un médico devoto de Nuestra Señora de la Esperanza en la Clínica Médica Centenario.
Anselmi le aconsejó que viniera de inmediato a la clínica. Alrededor de dos horas habían transcurrido desde el momento en que había tomado la píldora hasta que llegó donde el médico pro vida. La examinó, hizo un ultrasonido donde logró escuchar los acelerados latidos del corazón del bebé y de inmediato comenzó un protocolo para revertir los efectos de la droga.
¿Cómo funciona?
Kim, con casi nueve semanas de embarazo, había tomado la mifepristona, también conocida como píldora del aborto, que lo induce contrarrestando la hormona progesterona necesaria para mantener un embarazo. Sin la progesterona, la placenta -una estructura que se desarrolla en el útero durante el embarazo- falla, cortando el oxígeno y nutrición al embrión.
«Cuando fui todavía me estaban dando la opción de la píldora o de la máquina», dice. «Estaban realmente empujándome a la máquina diciendo… todos estamos de acuerdo que nos gustaría que optaras por la máquina, es menos emocional».
«La máquina» es un dispositivo de succión que vacía el útero, comúnmente llamado aspiración o aspiración al vacío. El personal de Planned Parenthood lo recomienda como una forma de «acabar de una vez» y «lograr que se haga rápido», dice Kim.
Sin embargo, ella eligió la píldora, convenciéndose que así su acto no era realmente un aborto. «Parecerá un aborto involuntario», se dijo. «Sabía en mi corazón que estaba mal. ...Yo estaba rezando todo el tiempo».
Justo a tiempo
Y Dios respondió a sus oraciones llevándola hasta el doctor Anselmi, antes de continuar con el siguiente paso del proceso abortivo que involucra ingerir otro fármaco para acabar de matar al bebé, 36 a 72 horas más tarde. Esta última droga produce contracciones para expulsar el feto, un proceso que puede variar desde unas pocas horas hasta varios días.
Para bloquear los efectos de la mifepristona, Anselmi puso en marcha un protocolo desarrollado por los doctores George Delgado y María Davenport que describen en su estudio de caso «La progesterona y su uso para revertir los efectos de la mifepristona», publicado en «Los Anales de Farmacoterapia» en Diciembre de 2012. Se trata de inyectar progesterona por tres días consecutivos, seguido por una inyección cada dos días durante dos semanas, y luego continuar la progesterona dos veces a la semana hasta el final del primer trimestre.
«Fue increíble», dice Kim, de Anselmi… «Él fue muy amable, cariñoso y gentil. Él es realmente una persona excepcional».
Anselmi, feligrés de la iglesia Nuestra Señora del Carmen en Littleton, ha estado practicando medicina familiar pro-vida durante 20 años desde que se graduó de la Universidad de Columbia en Nueva York en 1994. En la actualidad es el único médico en el área metropolitana de Denver que proporciona el protocolo de progesterona para revertir la píldora del abortoy le gustaría ver unirse a la red a nuevos médicos del país y el mundo que sean fieles al juramento por la defensa de la vida. «Si usted es pro-vida», dice, «aquí hay algo que usted puede hacer directamente».
Kim, hoy con 32 semanas de embarazo, se complace en dar la bienvenida a su hijo a principios de mayo de 2014, junto con su padre. «He tenido mucha ansiedad», dice. «Pero al mismo tiempo, sé que Dios es el que tiene la última palabra aquí. Hasta ahora, él me lleva y también al bebé. ... Me tomó un tiempo para llegar aquí, pero ahora estoy muy emocionada, estoy muy feliz».