(EP) En esta línea, Francisco ha precisado que «la Iglesia enseña la senda de la vida a través de los mandamientos, que son una invitación a no hacer ídolos materiales, a recordar a Dios, a tener respeto por los padres, a ser honestos, a estar cerca del prójimo».
Por otro lado, el Papa ha destacado que la Iglesia acompaña a sus hijos en el camino «aunque éstos se equivoquen, los comprende, les protege y les ayuda». Por ello que, define la Iglesia como «una madre misericordiosa, que busca ayudar y nunca cierra las puertas de su casa, sino que ofrece siempre su amor e invita a retomar el camino a quien lo ha perdido».
Al finalizar su catequesis, el Pontífice ha resaltado que la Iglesia como madre confía «en particular a los más débiles o necesitados» y pone en «las manos del Señor todas las situaciones de sus hijos, les confía a la fuerza de la oración, en la que Dios no permanece indiferente».
En su saludo a los peregrinos de lengua árabe ha recordado la presencia de los Obispos de la Iglesia latina provenientes de Tierra Santa, Siria, Jordania, Irak, Líbano, Somalia y otros países del Golfo y les ha invitado a «confiar en la fuerza de la oración, porque el Señor no permanece insensible a las invocaciones de su Iglesia».