El primer conde, Diego Sarmiento de Acuña rescató sus restos

Católicos ingleses honran en Gondomar a tres mártires cuyas reliquias guarda la capilla del pazo desde el siglo XVII

La ruptura del monarca Enrique VIII con la Iglesia católica y romana en el siglo XVI condenó a cientos de religiosos ingleses reticentes a aceptar la nueva confesión anglicana a años de persecución en los que, tratados como a criminales, fueron objeto de torturas y violentas ejecuciones. Darles cristiana sepultura y rendir honores a aquellos mártires fue una práctica clandestina en la que, ya a comienzos del siglo XVII, participó el primer conde de Gondomar, Diego Sarmiento de Acuña, embajador de España en Inglaterra entre 1613 y 1622

(FarodeVigo) Así lo atestiguan dos cajas de reliquias que se conservan todavía hoy en la capilla del pazo condal gondomareño, que albergan restos de tres de aquellos hombres: Saint John Almond y de los beatos Thomas Maxfield y John Forest -este último fue incluso confesor de la primera esposa de Enrique VIII, Catalina de Aragón-.

Como homenaje a estos mártires y al coraje del histórico aristócrata, un grupo católico procedente del Reino Unido visitó el pasado fin de semana Gondomar y celebró una misa en su memoria en la capilla del pazo, donde sus 33 integrantes fueron recibidos por el actual conde, Gonzalo Fernández de Córdoba, y su familia.

Según Patricia González, organizadora de la visita, el acto pretendía reconocer el papel de Diego Sarmiento de Acuña en la historia del catolicismo británico. «Las investigaciones que se han hecho al respecto revelan que él mandó desenterrar a estos mártires y trajo sus restos a Galicia escondidos en su propio equipaje», apuntó.

En el caso del beato Thomas Maxfield, según relatan algunos investigadores, el propio conde de Gondomar, entonces embajador de España, trató sin éxito de interceder ante los jueces para que perdonasen al sacerdote o que al menos le mitigasen la pena. Ahorcado y descuartizado, Diego Sarmiento de Acuña conseguiría más tarde recuperar parte de sus restos, que enviados a España, «fueron escondidos inicialmente, al parecer, en la isla de San Simón», agregó González, que agradeció.

Además de la misa en la capilla, que oficiaron dos sacerdotes británicos en inglés y español, el grupo pudo conocer las instalaciones del pazo gondomareño en compañía de su actual propietario y heredero del título, Gonzalo Fernández de Córdoba. «Nos enseñaron la parte exterior, el patio de armas y también los viñedos», indicó la organizadora de la visita, que concluyó con un vino.

«Ha sido una experiencia muy interesante y para muchos más bonita de lo que incluso esperaban», indicó Patricia González, quien recordó que es la primera vez que este grupo católico procedente de la localidad de Fleetwood, en el noroeste de Inglaterra, acude a Galicia. Además de la visita que realizaron a Gondomar, el grupo aprovechó el fin de semana en la comunidad para conocer Santiago de Compostela, donde acudieron a la misa del peregrino en la catedral.

2 comentarios

María de Betania
Me encuentro en este momento estudiando la persecución a los católicos en tiempos de los Tudor y las leyes contra católicos, algunas de las cuales, "An Act for restraining Popish Recusants", estuvo vigente de 1593 hasta 1824. En este contexto la noticia me resulta muy interesante.
25/08/13 1:29 PM
Jaime Fernández de Córdoba
Gracias por este artículo. El primer conde de Gondomar, sincero católico y hombre cultísimo, modelo de caballeros. Un caso excepcional en una patria nuestra tan rica en grandes soldados como pobre en grandes diplomáticos.
26/08/13 11:35 AM

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