(Efe) El magistrado asegura desconocer «lo que va a hacer el Gobierno ni lo que puede decidir el Tribunal Constitucional». Andres Ollero, que fue elegido magistrado del TC en 2012 por el Congreso a propuesta del PP, ha afirmado que no hay motivos «en absoluto» para que sea recusado para formar parte del tribunal que decidirá dicha sentencia en atención a las opiniones que haya podido expresar sobre el aborto y ha sostenido que si él mismo los hubiera encontrado ya se habría abstenido.
«Lo que yo haya podido opinar como ciudadano de qué es lo que más me gusta no tiene nada que ver con los mínimos constitucionales y ahora no me condiciona lo más mínimo», ha explicado a Efe en una entrevista con motivo de la publicación de su último libro, titulado «Religión, racionalidad y política» (Editorial Comares).
Pascual Sala y el retraso del recurso contra la Ley de Aborto de 2010
Según Ollero, el anterior presidente del TC, Pascual Sala, habiéndose anunciado por el actual Gobierno la reforma de la ley del aborto aprobada en 2010, estimaba que «quizá no parecía oportuno entrar en la cuestión de inmediato».
Primero, ha afirmado, porque con la ley «podría perder objeto el recurso; segundo, porque la ley podría llevar al Gobierno a retirarlo, y tercero, porque incluso podría interpretarse como una cierta intromisión del tribunal en una iniciativa legislativa ya anunciada». «Pero como la ley no acaba de salir, yo creo que ahora en el seno del tribunal habrá que plantearse qué se hace, pero eso no depende de mí en ningún caso; yo soy uno entre doce», ha dicho
Sobre el aborto en España, Andrés Ollero ha evitado detallar su opinión pues sostiene que además de que «los magistrados del TC no deben hablar demasiado de lo que tiene entre manos», lo que piensa «ya está escrito y por ahí anda». «Eso es lo que pienso, pero no estoy aquí para convertir en exigencia constitucional lo que yo piense», ha afirmado.
No obstante, el magistrado se ha quejado de que algún medio de comunicación le atribuya en esta cuestión «lo que no ha dicho», ya que sostiene que se le ha adjudicado la frase del Consejo de Estado sobre la ley de 1985 de que España se había convertido en «un paraíso del turismo abortista y el lugar donde más crece el número de abortos en la Unión Europea». «He cometido el inmenso pecado de citar esa frase en un artículo. Eso es todo», ha asegurado.
Recusado por opinar sobre el aborto
El magistrado no comparte la idea de que los magistrados del TC no puedan intervenir en temas sobre los que hayan opinado: «Eso es imposible porque tendríamos un Tribunal Constitucional formado por químicos, botánicos o expertos en geología. Aquí hay juristas. Si buscamos a juristas que no se hayan pronunciado sobre nada, no sé si daríamos mucha calidad a este tribunal».
Sobre ello, Ollero ha reflexionado: «Como ciudadano tengo libertad para expresarme y para decir lo que más me gusta. Pero cuando yo vengo aquí, no vengo a convertir en exigencia constitucional lo que a mí me guste, sino que soy suficientemente inteligente como para saber que, me guste o no me guste, hay cosas que son constitucionales perfectamente, que yo no las haría ni las defendería, pero son perfectamente constitucionales».
Y ha añadido: «Algunos dicen que soy antiabortista, pero eso es un prejuicio del que lo dice. Yo nunca he dicho que sea antiabortista; solo he estudiado lo que ha dicho el Tribunal Constitucional sobre el aborto y desafío al que me diga que he dicho algo que se salga de eso porque yo, como catedrático, no me dedico a montar soflamas, sino que estudio, trabajo y analizo».
A Ollero no le importan las críticas que pueda recibir. «Estoy aquí para cumplir la función que me ha encomendado mi país ha dicho, para procurar que no haya leyes en contra de la Constitución. Lo que un medio de comunicación pueda decir de mí a estas alturas no me va a quitar el sueño».