(VIS) La búsqueda de la unidad entre los cristianos es «una urgencia a la cual, hoy mas que nunca, no podemos sustraernos -ha proseguido el Pontífice- ¡En nuestro mundo hambriento de verdad y de amor, de paz, esperanza y unidad, es clave para nuestro mismo testimonio, poder finalmente proclamar con una sola voz la alegre noticia del Evangelio y celebrar juntos los Divinos Misterios de la nueva vida en Cristo! Sabemos que la unidad es, en primer lugar, un don de Dios por el que hay que rezar sin descanso, pero a todos nosotros nos corresponde la tarea de preparar las condiciones y de cultivar el terreno del corazón para acoger esta gracia extraordinaria».
Francisco ha elogiado la aportación fundamental en la búsqueda de la plena comunión de la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico que presiden el Metropolitano Joannis y el cardenal Kurt Koch. Ese órgano ha elaborado diversos textos en común y ahora estudia la relación teológica y eclesiológica entre primado y sinodalidad en la vida de la Iglesia. Al respecto el Papa ha comentado la relevancia de que hoy «se pueda reflexionar juntos en la verdad y en la caridad sobre estas temáticas comenzando por lo que nos une sin esconder, sin embargo, lo que todavía nos separa. No se trata de un mero ejercicio teórico, sino de conocer a fondo las tradiciones recíprocas para comprenderlas y, a veces, para aprender de ellas. Me refiero, por ejemplo, a la reflexión de la Iglesia Católica acerca del sentido de la colegialidad episcopal y a la tradición de la sinodalidad, tan característica de las Iglesias ortodoxas».
«Me conforta -ha añadido- saber que católicos y ortodoxos comparten la misma concepción de diálogo que no busca un minimalismo teológico sobre el que llegar a un compromiso, sino que se basa más bien, en la profundización de la única verdad que Cristo ha dado a su Iglesia y que no cesamos nunca de comprender mejor movidos por el Espíritu Santo. Por eso no tenemos que tener miedo del encuentro y del diálogo verdadero. No nos aleja de la verdad; al contrario, a través de un intercambio de dones, nos conduce, bajo la guía del Espíritu de la verdad a toda la verdad».
El Santo Padre se ha despedido de la delegación ecuménica, que asistirá mañana a la celebración eucarística presidida por el Papa, invocando la intercesión de los santos Pedro y Pablo, patronos de la Iglesia de Roma y del apóstol Andrés, patrono de la Iglesia de Constantinopla «por nuestros fieles y por las necesidades del mundo entero, sobre todo de los pobres, de los que sufren y de los que son perseguidos injustamente por razón de su fe».