(Efe) El episcopado nicaragüense se ha mostrado crítico al Gobierno del presidente Daniel Ortega, quien sí mantiene buenas relaciones con el cardenal emérito Miguel Obando y Bravo, al que nombró presidente la Comisión Nacional de Verificación, Reconciliación, Paz y Justicia del Ejecutivo sandinista.
«Los pobres no tienen que pagar las consecuencias ni se puede jugar con el hambre del pueblo», respondió Mons. Sándigo al ser preguntado sobre si se trata de una represalia por criticar al gobierno.
Lo que más lamentó el obispo, quien también es presidente de Caritas, es que «tenemos contenedores de medicinas, de productos alimenticios, muchos de los cuales ya los perdimos».
«Una persona necesitada de Nicaragua ya dejó de comer ese alimento porque no se ha querido dejar salir», advirtió.
El prelado advirtió que este problema no debería existir, ya que las donaciones de este tipo están libres de impuestos.
«Basta avalar una carta para que esos donativos salgan de Aduana y lleguen a su destino final, amortiguaríamos el hambre y la necesidad de muchos nicaragüenses», expresó el prelado, sin mencionar el costo de los productos retenidos.
La decisión de la DGA no sólo está afectando las donaciones actuales de Caritas, sino también las futuras.
Sándigo afirmó que un grupo de donantes que enviarían camas y equipos de un hospital de Canadá empezaron a dudar de su apoyo al ver que Nicaragua impide la entrega de donaciones, mientras hay necesitados en Honduras y Haití.
Caritas está presente en Nicaragua desde 1965. Sus voluntarios trabajan en centros hospitalarios, familias pobres y zonas de riesgo, según esa institución.