(A. Méndez/FarodeVigo) –¿Cómo se encuentra después de sufrir el infarto cerebral que lo ha tenido de baja?
–Soy consciente de que fue algo serio, pero me voy recuperando bien. En estos momentos no percibo secuelas negativas de la enfermedad. Lo habitual es que los pacientes presenten problemas de comunicación, movilidad o memoria, pero me he recuperado del todo. Lo único es que estoy cansado y no me siento con fuerzas para realizar mi trabajo como lo vine haciendo hasta ahora. Estoy alegre por lo que pudo haber sido.
–¿Ven los médicos posibilidades de una recaída?
–Ninguna parte del cuerpo se ve directamente y menos el cerebro. Cómo está el cerebelo o si puede repetirme el infarto son interrogantes. Lo que tengo claro es que en este momento no estoy para llevar una actividad como antes de la enfermedad.
–¿Tiene que ver su enfermedad con su renuncia?
–Son cosas distintas. La presentación de mi renuncia obedece a las directrices recogidas en el artículo 401 del código de derecho canónigo. Simplemente acepto la realidad. Cuando uno cumple 75 años presenta ante la Santa Sede la petición para que le admitan la dimisión. Y creo que es una medida sabia, ya que con 75 años es difícil estar en plenas facultades para dirigir una diócesis en condiciones.
–¿Ha redactado ya la carta dirigida al Papa Benedicto XVI?
–Tengo escrita la misiva de renuncia pero no la he enviado. Cumplo el sábado -hoy- los años y será después el momento de remitirla a Roma a través de la nunciatura apostólica.
–¿Cómo es el proceso para elegir a su sucesor?
–El proceso es bastante largo. El nuncio o representante del Papa ante un Gobierno es el que se encarga de hacer una terna para presentar ante la Santa Sede, pero debe realizar informes, estudiar a cada uno y luego trasladar su propuesta a la congregación de obispos, que deciden si son válidos y se elevan al Papa, que es quién decide.
–¿Cómo ve su paso por la Diócesis de Tui-Vigo?
–Prefiero que opinen los que me han visto. Nadie es buen juez en su propia causa.
–¿Se ha sentido a gusto?
–Eso sí. Porque quienes me rodean son buenas personas y me han hecho la vida muy cómoda. Ahora toca preparar el relevo.