(Agencias/InfoCatólica*) El Papa ha recibido hoy en Castelgandolfo a representantes de las órdenes franciscanas, quienes están reunidos desde el pasado miércoles y hasta el próximo lunes en la ciudad italiana de Asís con motivo del 800 aniversario de la aprobación de la Regla franciscana por el papa Inocencio III. Estas reuniones se denominan "Capítulo de las Esterillas", en memoria de la reunión de 1221, cuando san Francisco de Asís convocó a 5.000 frailes y todos durmieron en esterillas.
Tras hacer hincapié en que todo empezó con la conversión de Francisco, que siguiendo el ejemplo de Jesús, 'se anonadó a sí mismo' y asumiendo la pobreza fue testigo y heraldo del Padre que está en los cielos, Benedicto XVI ha recordado que al 'Pobrecillo' se le pueden aplicar literalmente algunas expresiones que el apóstol Pablo emplea para sí mismo. "San Francisco sigue perfectamente las huellas de Pablo" y, como recuerda precisamente el centro de este encuentro de los franciscanos con el Papa, elige el Evangelio como regla de Vida.
"Así, el Pobrecillo se hizo a sí mismo evangelio viviente, capaz de atraer hacia Cristo a hombres y mujeres de todo tiempo. En especial a los jóvenes, que prefieren la radicalidad en lugar de quedarse a medias. El obispo de Asís y luego el papa Inocencio III reconocieron en el propósito de Francisco y de sus compañeros la autenticidad evangélica y supieron alentar su compromiso en vista también del bien de la Iglesia universal".
Benedicto XVI, parafraseando el encargo hecho por Jesús a su fundador, San Francisco de Asís, animó a los franciscanos a seguir "reparando la casa" del Señor, su Iglesia. "Id y seguid 'reparando la casa' del Señor Jesucristo, su Iglesia. En los días pasados, el terremoto que ha golpeado Los Abruzos ha dañado gravemente muchas iglesias, y vosotros de Asís sabéis bien qué significa esto", dijo el Pontífice durante una audiencia en la residencia papal de Castelgandolfo, próxima a Roma. "Pero hay otra 'ruina' que es mucho más grave: ¡la de las personas y comunidades! Como Francisco, comenzad siempre por vosotros mismos. Somos nosotros siempre la primera casa que Dios quiere restaurar", añadió.
"Francisco podría no haber venido hacia el Papa. Muchos grupos y movimientos religiosos se estaban formando en esa época, y algunos de ellos se oponían a la Iglesia como institución, o por lo menos no buscaban su aprobación", afirmó Benedicto XVI. Según el Pontífice, entre los colaboradores de Inocencio III pudo haber alguno que aconsejara al entonces Papa no aprobar la Regla franciscana, "temiendo que ese grupito de monjes se pareciera a las otras organizaciones heréticas" de la época.
"Seguramente un comportamiento polémico hacia la Jerarquía habría procurado a Francisco no pocos seguidores. Por el contrario, él pensó enseguida en poner su camino y el de sus compañeros en las manos del Obispo de Roma, el sucesor de Pedro. Este hecho revela su auténtico espíritu eclesial", añadió. Ya en español, Benedicto XVI animó a los franciscanos de lengua castellana a que se den al mundo "un testimonio generoso de caridad, pobreza y humildad".
Son 2 mil los representantes de los 35 mil frailes franciscanos de las cuatro denominaciones (frailes menores, los frailes menores conventuales; los frailes capuchinos y la tercera orden regular), presentes en 65 países del mundo, que se han reunido en Asís.
El encuentro se inició el miércoles con la liturgia de acogida presidida por el padre José Rodríguez Carballo, Ministro general de la Orden de los Frailes Menores y presidente de turno de los ministrantes generales, seguida de una reflexión del padre Raniero Cantalamessa, una procesión y ofrenda a la Virgen de la Porziuncola y la misa presidida por el obispo de la diócesis, Mons. Domenico Sorrentino.
El jueves la jornada estuvo dedicada al testimonio de los franciscanos repartidos por todo el mundo, con una mesa redonda titulada “La Regla y la vida de los Frailes Menores es esta: observar” y sucesivamente la proyección de 5 videos sobre algunas experiencias misioneras más significativas. Ayer viernes hicieron una jornada de oración, penitencia y ayuno.
Hoy sábado, tras la audiencia con el Santo Padre, una delegación dirigida por los ministros generales ha visitado al presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano.