(EP) Sumada esta medida a los recortes presupuestarios en comunidades autónomas y entes locales, situará la cooperación al desarrollo española en niveles inferiores a 2005. Además, según ha apuntado, el 55 por ciento del total de la AOD no estaría gestionada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación sino fundamentalmente por los Ministerios de Hacienda y Economía, persiguiendo objetivos, según ha añadido, «que no siempre sitúan a las personas como prioridad frente a mercados o intereses económicos».
En este sentido, ha lamentado que el imperativo económico haya llevado a «rupturas en muchos procesos de desarrollo» pues, según apunta Cáritas, las «drásticas» reducciones presupuestarias afectan no solo a las cantidades, sino a los espacios de debate para el futuro rol de la cooperación y «debilitarán las capacidades institucionales y ciudadanas de todos los actores de la cooperación reduciéndolos a meros ejecutores de una mínima financiación».
Peiro ha destacado que «no deberían existir diferencias en las condiciones de dignidad» entre quienes viven en países empobrecidos y la ciudadanía española, más aún cuando los primeros no tienen acceso a los derechos más básicos. «Sus hijos, como los nuestros, tienen el mismo sueño de felicidad al nacer», ha remarcado.
Así, Peiro ha subrayado que, aunque pueda parecer «contradictorio» por la situación económica que se vive en España, «ahora más que nunca», los países en vías de desarrollo necesitan la ayuda de los españoles.
Tal y como ha explicado el secretario general de la Cáritas Diocesana de Maki (Etiopía), el padre Temesgen Kebede, en países como Etiopía, donde el Gobierno no puede atender las necesidades de los 82 millones de etíopes que allí residen, no se habla de «desempleo» como en España sino directamente de «pobreza».
Temesgen Kebede ha indicado que el objetivo de Cáritas en su país es satisfacer necesidades básicas de alimentación, saneamiento, salud, prevención del Sida, agua potable y escolarización, entre otros, y ha subrayado que no exagera si dice que cada semana recibe al menos 25 solicitudes de ayuda no sólo de personas concretas o comunidades sino de los gobiernos locales.
En el año 2011, Cáritas invirtió 29,3 millones de euros en cooperación al desarrollo, de los que 20,4 millones procedían de fondos privados y 8,9 de fondos públicos. La cifra, extraída del total de 250,6 millones invertidos, ha ido creciendo desde 2008, cuando la labor social de la Iglesia invirtió en cooperación 24,2 millones de euros.