(EP) En una entrevista concedida a Radio Euskadi, recogida por Europa Press, monseñor Munilla reclama al Ejecutivo, «sea cual fuere el Gobierno que se conforme, que entienda que hay valores que son prepolíticos y que debemos de servirlos todos».
La Iglesia y el IBI
El obispo de San Sebastián ha indicado que la Iglesia está dispuesta a «pagar todo lo que tenga que pagar», en referencia al IBI, «siempre y cuando se entienda que se habla, no de una cuestión de la Iglesia, sino de todas las fundaciones y asociaciones sin afán de lucro, entre las cuales están también los partidos políticos, los sindicatos, los equipos de fútbol, etc».
En este sentido, ha considerado que hay «una especie de fijación» con la institución eclesiástica. «A mí me hace gracia que este tema se circunscriba a la Iglesia. Quiero recordar que, por ejemplo, en datos de Madrid que están contrastados, la exención del IVA que tiene la Iglesia, es un 5 por ciento de la exención del IVA total de todas las instituciones. ¿Por qué no se fijan en el 95 por ciento y se fijan en el de la Iglesia, que, por cierto, además, tiene una finalidad altruista que no la tienen muchos del otro 95 por ciento?», se ha preguntado.
Mons. José Ignacio Munilla asegura que la institución eclesiástica «cumplirá toda la legislación cuando se cambie, pero tiene que cambiarse globalmente no por lo que a la Iglesia respecta».
A los jóvenes
El prelado manifiesta también que la Iglesia ofrece a los jóvenes, en estos momentos, «lo que necesitan para ser feliz». «Se sufre mucho en esta vida porque no se encuentra sentido», ha indicado. Por ello, ha manifestado que la Iglesia «ofrece todo un planteamiento de voluntariado, de entrega a los más necesitados, diciendo: 'para que tu seas feliz, olvídate de ti mismo'».
Además, ha destacado que, detrás de la crisis económica, «hay una crisis espiritual, de valores, detrás de la cual hay una crisis de fe». «Yo creo que esta crisis ha dejado patente que tenemos una sociedad construida sobre una carrera frenética por el tener, por el consumismo absolutamente artificial, que es vivir para tener y no tener para vivir», ha apuntado.
El prelado ha advertido de «la falsedad del materialismo» y ha señalado que, «cuando la economía está sustentada en unos niveles de crecimiento que supone fomentar el consumismo para que la gente consuma lo que no necesita, entonces, al menor catarro o estornudo, todo se viene abajo».
«Pero se viene abajo porque había un planteamiento desequilibrado, totalmente falso, ficticio, de lo que son las necesidades del hombre», ha añadido.