(Andrés Beltramo/Notimex/InfoCatólica) «¿Es verdad que en la primera celda en la cual estuvo en aislamiento no tenía espacio ni siquiera para alargar los brazos?», le preguntó su abogada Cristiana Arru. A lo cual el imputado respondió: ‘Sí, es verdad’.
El ‘promotor de justicia’ (fiscal), Nicola Piccardi, interrumpió para aclarar que él intervino inmediatamente para solicitar que se buscase una celda más grande donde ubicar a Gabriele, sobre todo porque en ese momento había otro detenido de nombre Claudio Sciarpelleti.
La abogada Arru señaló que fueron unos 20 días de permanencia en la celda pequeña, a lo cual Piccardi replicó que fueron menos de 20.
«¿Es verdad que por 15 o 20 días se mantuvo con la luz encendida en su celda las 24 horas del día, sin que hubiese dentro un interruptor para apagarla?», cuestionó una vez más la abogada.
«Sí, es verdad, la luz estuvo encendida las 24 horas y esto me provocó una disminución de la vista», fue la respuesta del exmayordomo, que puso en alerta al equipo de comunicación del Vaticano como a la Gendarmería, que respondieron inmediatamente a la acusación, confirmando que se mantuvo encendida la luz «para evitar posibles actos de autolesión del inculpado y por exigencias de seguridad».
Poco después de la audiencia de este día, en la cual atestiguó Gabriele, la segunda del juicio por el ‘vatileaks’ que comenzó el 29 de septiembre, el portavoz de la Santa Sede declaró que lo dicho por el exmayordomo es «su versión de los hechos».
Además anunció que, como lo había solicitado el juez Giuseppe Dalla Torre durante la audiencia al propio fiscal Piccardi, se abrió una investigación judicial aparte para constatar la existencia o no de abusos en contra del detenido.
Otra de las preguntas de la abogada al imputado, durante la audiencia, fue si sintió haber recibido ‘presiones psicológicas’ de algún tipo durante su detención.
Su respuesta fue: «Sí, la primera noche y los primeros días sufrí presiones psicológicas, sobre todo el hecho que la primera noche me fue negada la almohada».
Después del mediodía, la sala de prensa de la Santa Sedeemitió un largo comunicado de la Gendarmería Vaticana, en el cual precisó que la celda donde estuvo el detenido «sigue los estándares previstos en otros países, para situaciones análogas».
«Durante su tratamiento el detenido, según los estándares previstos, ha accedido cotidianamente a las comidas completas en compañía de los gendarmes que lo tenían en custodia, de su hora de aire, de los momentos de relax y socialización», indicó.
«Fue sometido continuamente a la visita médica declarando también al sanitario haber reposado serenamente e incluso haber solucionado algunos problemas de carácter nervioso».
«Tuvo constantes contactos con un asistente espiritual, participó en la Misa con la familia y tuvo coloquios con los familiares sin límite de tiempo», apuntó.
Precisó que después de 20 días en que fueron terminados unos trabajos de reestructuración de otra celda más amplia, fue transferida a la nueva.
«Como consecuencia de las declaraciones en el curso del debate en la mañana de hoy el promotor de justicia abrió el procedimiento número 53/12 con el fin de verificar la verdad o menos de las acusaciones de Gabriele. En el caso que resulten plausibles tendría lugar una contradenuncia», sentenció.