(EP) Según la memoria de actividades correspondiente a 2010 presentada este jueves por los responsables de la entidad, el año pasado Cáritas atendió en total a cerca de 6,5 millones de personas, de las que 1,6 estaban en España, un 4,3 por ciento más que el año anterior. En atención primaria (acogida y asistencia), la cifra aumentó un 15 por ciento, pasando de 786.000 beneficiarios a cerca de un millón.
“Al no haber salidas las situaciones de pobreza se vuelven estables. Se ha producido un incremento de personas nuevas sin que hayan salido las que ya estaban siendo atendidas. Es un estancamiento de la pobreza“, ha señalado Mora, para incidir en que 2011 está confirmando esa tendencia porque mientras no descienda la tasa de paro en el país y siga habiendo medio millón de hogares sin ningún ingreso, se seguirán incrementando las personas en situación de pobreza “crónica“ en España.
Mora ha añadido como factor la reducción de la ayuda pública, que en las cuentas de Cáritas se ha traducido en una caída del uno por ciento; y la “pobre“ red pública de protección básica que, “ya era muy débil antes de la crisis y no se ha reforzado“ porque ni se han incrementado las rentas mínimas ni las ayudas a los necesitados.
Cáritas no puede sustituir al Estado
Sobre este asunto, ha recordado que el 67 por ciento de los atendidos por la entidad han sido derivados de los servicios sociales municipales, un diez por ciento más que antes de que empezara la crisis económica. Cáritas insiste en que no puede sustituir al Estado y le reclama que “cumpla con las obligaciones que tiene“ de ofrecer protección social, que es “básica para tener una sociedad mínimamente cohesionada y justa“.
En cuanto al perfil del beneficiario, con la crisis económica se ha equilibrado la presencia de inmigrantes y autóctonos. En 2007, los primeros eran el 70 por ciento y actualmente están en un 50 por ciento. Mora ha apuntado que también se ha producido un “rejuvenecimiento“ de los atendidos, porque los jóvenes se han convertido en un “colectivo muy vulnerable“, el 16,9% de las personas pobres en España. Además, se dan muchos casos de familias o numerosas o desestructuradas, también de padres jóvenes.
No obstante, ha incidido en que los inmigrantes siguen siendo un colectivo especialmente vulnerable ante los efectos de la crisis económica y ha asegurado que en ningún caso compiten con los autóctonos por acceder a la ayuda. “La solución a la crisis no pasa porque ellos se vayan“, ha destacado, para incidir en que “autóctonos e inmigrantes cooperan juntos para salir“ de la crisis.
Por programas, el más numeroso ha sido el de Acogida y Asistencia, con 950.000 beneficiarios, seguido del de Inmigrantes, que ha llegado a 160.923; y el de desarrollo, del que se beneficiaron 102.235 personas.
Asimismo, 83.952 personas participaron en programas de Empleo e Inserción laboral, se atendió a 74.787 personas sin hogar y a 21.044 en el programa de familias, entre otros. Los beneficiarios en la labor de cooperación internacional alcanzaron los 4,8 millones de beneficiarios.
En total, la organización destinó el año pasado a estas tareas 247,53 millones de euros, de los que 218,6 millones se gastaron en España, principalmente en primera acogida, empleo, mayores y personas sin hogar. Los fondos proceden en un 64,9 por ciento de manos privadas, fundamentalmente particulares, y el 35,11 por ciento son públicos.
Además, la entidad, que destina sólo 7 céntimos de cada euro donado a autofinanciarse, empleó el año pasado a 4.543 personas y contó con la labor altruista de 61.783 voluntarios.