(InfoCatólica) Mons. López Marañón estuvo durante 40 años en la provincia amazónica de Sucumbíos, al noreste del país, en la frontera con Colombia, hasta que a finales del año pasado Roma aceptó su renuncia por edad. Durante este tiempo, los Carmelitas descalzos construyeron un modelo de iglesia con un fuerte enfoque social, con activa participación de indígenas, afrodescendientes y mujeres, según dijo a Efe el obispo.
Lo cierto es que ese modelo también incluía el abandono sacramental casi absoluto del pueblo católico, que en su mayor parte vio con esperanza la llegada de los Heraldos del Evangelio a Sucumbíos. De hecho, al comunicar a Mons. López Marañón la aceptación de su renuncia, el Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos indicó en su carta que “el nuevo Administrador Apostólico tendrá que organizar el Vicariato e implantar de manera diferente todo el trabajo pastoral”.
Boicot de los Carmelitas al relevo por los Heraldos
Tras su retiro como Vicario Apostólico de Sucumbios, la designación como Vicario apostólico de Mons. Rafael Ibarguren, de los Heraldos del Evangelio, fue resistida por integrantes y seguidores del movimiento ISAMIS, fundado por los Carmelitas Descalzos, orden a la que Mons. López pertenece. Otros grupos de fieles de la diócesis apoyaron la presencia en Sucumbios de Mons. Ibarguren y los Heraldos, habiéndose llegado a producir graves enfrentamientos. El Papa nombró como Delegado Pontificio a Mons. Ángel Polibio Sánchez.
El boicot contra la decisión vaticana por parte de los Carmelitas y el ISAMIS, recibió el apoyo del presidente Correa, que advirtió a la Santa Sede que podía vetar el nombramiento de cualquier obispo, aunque luego se desdijo al afirmar que su gobierno respetaría el nombramiento para Sucumbíos.
El 2 de mayo pasado el Santo Padre Benedicto XVI llamó urgentemente al General de los Carmelitas Descalzos a una Audiencia Privada y le dio la orden de retirar inmediatamente a los carmelitas del Vicariato de Sucumbíos.
Solicitan la vuelta de los Heraldos
Finalmente los Carmelitas se fueron del Vicariato, el prelado emérito protagonizó una huelga de hambre, que él y sus seguidores llamaron ayuno por la paz, y los Heraldos también salieron, desistiendo de la misión que les había sido encomendada.
En las últimas semanas se han celebrado manifestaciones, e incluso procesiones, prácticamente diarias por parte de los fieles católicos de Sucumbíos, que solicitan a la Iglesia el retorno de los Heraldos, que en su breve periodo al frente del vicariato volvieron a implantar el catolicismo basado en la administración correcta y abundante de los sacramentos y prácticas de piedad popular.
Regreso a España
Mons. López Marañón ha asegurado que el hecho de que no pueda volver a Sucumbíos "es chistoso en el sentido amargo de la palabra", pero no "traumático" porque él es "libre y feliz". El prelado regresará a España, al convento que tienen los carmelitas en Ávila, donde pasará un año sabático y de reflexión, en el que dice que se acordará de Sucumbíos y de su gente.