(BLes/InfoCatólica) Estas donaciones se han realizado de parte de su fundación, de la cual se encarga una de sus tres hijas, siguiendo las directivas que Packard dejó antes de fallecer en 1996, en las cuales explicaba su preocupación por las «vertiginosas tasas de natalidad» y su deseo de colaborar con el «control poblacional».
El multimillonario con raíces republicanas dejó como punto de partida la intención de frenar el crecimiento poblacional mundial, puesto que, según él, en caso de ser excesivo podría generarse un verdadero caos en la humanidad, informa el Washington Free Beacon.
Las inversiones realizadas han logrado con éxito la misión para las que fueron destinadas, promoviendo así la agenda antinatalista de la cultura de la muerte. Según las investigaciones de Beacon, el mayor porcentaje de estas ha sido dedicado a incrementar y facilitar el acceso al fármaco abortivo mifepristona.
La Fundación Packard fue instrumento clave en las luchas realizadas durante el último año para la desregulación de estas píldoras abortivas, jugando un importante papel al dirigir millones de dólares a grupos de defensa liberales que lideraron el impulso legal y político que logró eliminar las barreras creadas anteriormente para el consumo de las pastillas por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos).
La mifepristona es utilizada para abortar fetos de hasta 10 semanas de gestación, su función es inhibir la producción de la hormona progesterona en el cuerpo de la madre, lo que causa que el bebé muera de hambre.
Anteriormente y durante décadas, por orden de la FDA, para adquirir este medicamento era necesario que la usuaria recibiera exámenes médicos previamente, puesto que posee numerosas contraindicaciones. Sin embargo, en diciembre de 2021, la administración de Biden eliminó dichos requerimientos, por lo que ahora cualquier persona puede realizar la compra de la píldora por correo y sin receta médica.
Una de las empresas más beneficiadas por al aporte monetario de la fundación de Packard fue GenBioPro, la cual desarrolló una forma genérica y más accesible de la píldora, según Beacon.