(InfoCatólica) Por medio de su escrito semanal, titulado en esta ocasión «Vivir en una época neopagana», el Arzobispo de Toledo y Primado de España, Mons. Braulio Rodríguez, se pronunció sobre la «grotesca» exposición «Pederoclastia», que condena por atentar contra el honor de los sacerdotes de la Iglesia Católica.
«Ni yo, obispo de Toledo, soy un ‘obispóptero’, lleno de lujuria, ni los sacerdotes toledanos, de los que soy responsable, son lo que dice semejante exposición en un ¡Círculo de Arte!», resalta Mons. Rodríguez.
«No se trata de defender que los hijos de la Iglesia hacen todo perfecto, no pecan nunca y no haya conductas que rechazar con toda la fuerza de la que seamos capaces: conductas como la pederastia en algunos sacerdotes o personas vinculadas a las instituciones eclesiales», continúa el arzobispo, dejando claro que la pederastia «no es en absoluto admisible» en ningún ámbito.
Muestra anticatólica desagradable y técnicamente muy mala
La muestra se situa en la que fue la capilla del Santo Oficio, transformada hoy en el Círculo de Arte de Toledo. El 'artista' Fernando Barredo ha una muestra tridimensional con la que ha pretendido denunciar los casos de abusos sexuales acometidos por miembros del clero de la Iglesia católica.
La escenografía que ha sido duramente criticada por una gran parte de la población y muy duramente por el pastor de la diócesis:
Por ello, resulta insultante la grotesca exposición que se desarrolla actualmente en la ciudad de Toledo, y cuyos «argumentos» son de este tono: «quien se dice llamar santa madre iglesia no cuida de sus hijos, y ampara abusos y violaciones a niños tanto por parte de obispos, cardenales e incluso papas». O este otro: la Iglesia española «es una garrapata aún más grande que el perro Estado del que sigue chupando sin parar, y en el que sus clérigos ejercen derecho de pernada sobre niños de sus feligresías, cual auténticos señores feudales, sin que el resto de cristianos decentes ni la sociedad en general reacciones contra ellos con la contundencia debida».
Yo quisiera distinguir entre quienes no pertenecen a la Iglesia o están alejados de ella, pues nada o muy pococomparten con ella dentro del respeto normal en una sociedad plural, y quieres exhiben esta serie de insultos impresentables sin pruebas. A los primeros los respeto; a los segundos, tengo que decir sencillamente que se insultan a sí mismos, por mucho que crean que están en primera línea de pensamiento crítico. No lo demuestran.
Nosotros, los católicos y, entre ellos los sacerdotes y obispos, somos pecadores y muchas veces nos quedamos en los amores pequeños y egoístas, pero ni yo, obispo de Toledo, soy un «obispóptero», lleno de lujuria, ni los sacerdotes toledanos, de los que soy responsable, son lo que dice semejante exposición en un ¡Círculode Arte! La pederastia es problema de toda la sociedad española y sabemos en qué ámbitos abunda más: familia, centros deportivos y otros. El porcentaje de los que han abusado de menores es tan bajo respecto a toda la población española, que es un insulto a la inteligencia hacer afirmaciones que no son verdad, aunque haya sacerdotes pederastas, sí, pero en un nivel tan bajo respecto a la población española. No es en absoluto admisible la pederastia, tampoco la que hayan cometido algunos sacerdotes, si está probado, pero tampoco condenar sin tener seguridad y dejándose llevar de tópicos o lo que inventan determinados medios de comunicación.
Nosotros podemos aguantar insultos, calumnias hasta límites insospechados; también sabemos perdonar y no queremos reaccionar histéricamente con violencia, cuando, si esos insultos fueran dirigidos contra otra religión, tal vez se daría otro tipo de contestación. Lo estamos demostrando en tantos países donde los cristianos son perseguidos sólo por ser cristianos. Utilizando, además, para esas exhibiciones un antiguo templo. Nada de esto tiene que ver con la libertad de expresión y si con la responsabilidad en lo que se dice y acusa. También de esa responsabilidad participa el actual propietario del inmueble.
Neopaganismo
De acuerdo con el Arzobispo, muchas de las nuevas «culturas» que surgen en la sociedad de hoy «son muy activas y quieren en muchas ocasiones afirmar que la Iglesia Católica se ha convertido en enemiga, en todo caso opuesta, del mundo y de la vida».
Afirmó que estas culturas aparecen «como cántico al amor y a la belleza, a la juventud, al sexo libre, a la ideología de género (que no es, desde luego, igualdad entre los sexos), abiertas a las delicias del placer y a los deleites refinados». «Y con otro rasgo: los que piensan así se extrañan de que este ‘su credo’ no nos resulte aceptable a los católicos», expresó.
«Amar la vida, gozar del cuerpo y de la belleza del mundo, desarrollar la inteligencia y la sensibilidad, crítica de situaciones» son aspectos atractivos del programa que esta nueva cultura neopagana propone, dijo Mons. Rodríguez.
«Perfecto. ¿Hay quién dé más? Pero ocurre, no pocas veces, que estas maneras de ver el mundo y nuestra sociedad lanzan acusaciones inaceptables hacia la fe o la Iglesia Católica, que tiene muy poco de objetivas», aseveró.