(Zenit/InfoCatólica) Como casi todos los años no falta alguien que pide la abolición de los símbolos religiosos en nombre de un mal entendido concepto de laicidad, que lo confunde lo el de laicismo. Además sobre el pesebre, que habla de paz, de amor entre los hombes, y de esperanza.
Mientras por laicidad se entiende la sana separación entre la Iglesia y Estado, permitiendo la autonomía de cada uno de ellos, el laicismo es la hostilidad hacia la religión.
«Si vamos a otros países con diversas tradiciones culturales - explicó el presidente de los obispos italianos - a nadie se le ocurriría sentirse ofendido delante a los símbolos religiosos, culturales o de las tradiciones de los diversos continentes. Me parece que esto sea un concepto desviado de respeto y tolerancia».
Integrar, no anular
De acuerdo con el cardenal Bagnasco «la integración no significa anular la identidad y los rostros, pero el recíproco conocimiento, valorización y entendimiento». Aunque precisó «No digo que signifique aceptación inmediata de los símbolos y de las tradiciones».
El cardenal concluyó recordando lo que escribió en la carta de Navidad para los niños del catequismo de la diócesis de Génova. «Les he dicho –ha afirmado– que sean una sonrisa para sus familias, para sus papás, en la propia escuela, en los propios ambientes de vida».