InfoCatólica / Scriptorium / Archivos para: Enero 2017

23.01.17

La casulla que bordó Sor Patroicinio

Como cada último sábado de mes, el próximo día 28 de enero se celebrarán los Cultos de la Virgen de la Virgen del Olvido en el convento de las Concepcionistas Franciscanas de la madrileña calle Blasco de Garay número 51. Y este mes de enero hay dos novedades que destacar. Los cultos comenzarán a las 8,30 de la mañana con la adoración del Santísimo, que estará expuesto todo el día, hasta que por la tarde concluyan los Cultos de la Virgen del Olvido con la celebración de la Santa Misa y el canto de la Salve. La segunda novedad es que al haber descubierto unos ornamentos bordados por Sor Patrocinio, el sacerdote celebrará la Santa Misa revestido con ellos. Merece la pena que hablemos de estos ornamentos.  

En 1835 comenzó la injusta persecución a la que fue sometida Sor Patrocinio por los gobiernos liberales, instigada por Salustiano Olózaga. La sacaron del convento, la llevaron a una casa particular, de ahí la encerraron en la cárcel de mujeres, de donde fue desterrada, primero a Talavera de la Reina y luego a Torrelaguna.

Como he escrito, en la primavera de 1839, sin que podamos precisar día exacto, la condujeron al convento de Concepcionistas Calzadas de Torrelaguna, de donde salió para incorporarse a su Comunidad de Caballero de Gracia que estaba entonces en el convento de La Latina de Madrid (25-IX-1844), al que algunas veces los documentos nombran como Concepción Jerónima y otras como Concepción Francisca. En febrero de 1849 fue elegida abadesa de la Comunidad del Caballero de Gracia y, siete años después, salió para Torrelaguna con un grupo de diez religiosas, pero esta vez, no como desterrada, sino para hacer su primera fundación.

Y fue en Torrelaguna donde bordó una casulla. Nunca como en este caso las imágenes valen más que miles de palabras del amor y la delicadeza con los que Sor Patrocinio trataba a Jesús Sacramentado, que se hace presente cada día en el Sacrificio de la Santa Misa. Por eso, además de la casulla, Sor Patrocinio bordó una estola, un manípulo, una palia y una carpeta de corporales.

No era la primera vez que daba muestras de ser una excelente bordadora. En mi libro Las llagas de la monja publiqué la foto de la túnica que bordó en plata para el Niño Jesús de las Comendadoras, cuando era una adolescente. Tuvo una buena maestra, pues como cuenta Sor Isabel de Jesús en la Vida Admirable: “Tendría unos cuatro años de edad, cuando, apareciéndosele la Santísima Virgen, la enseñó a leer, escribir, coser, bordar y otras labores, conforme a su edad, para que su madre, que siempre era muy exigente con Dolorcitas, no la castigara, como solía hacerlo frecuentemente, llevada del ningún cariño que la tenía; permitiéndolo Dios así, para acrisolar a esta niña, desde el principio, en los trabajos que habrían de ser su pan cotidiano durante su atribulada y larga vida”.

Como he dicho, recientemente he descubierto los ornamentos que bordó Sor Patrocinio. Tenemos que agradecer a la Comunidad de Concepcionistas de Torrelaguna que nos hayan permitido fotografiar y sobre todo que nos hayan dejado estos ornamentos, con los que se revestirá el sacerdote el próximo día 28 de enero de 2017 para celebrar los cultos de la Virgen del Olvido en la iglesia de la Comunidad del Caballero de Gracia, que en la actualidad reside en la madrileña calle de Blasco de Garay números 51 y 53.

Javier Paredes

13.01.17

Iglesia y masonería

Después de toda una vida trabajando detrás de la barra del bar, a aquel hombre nunca le habían hecho una petición tan disparatada y, lógicamente, puso cara de reproche, por pensar que le estaban tomando el pelo:

- ¡Camarero! ¡Póngame un bocadillo de jamón, pero sin jamón…!

Pues eso es exactamente es la historia de los tres últimos siglos, cuando se escribe sin tener en cuenta la actuación de la Masonería: un bocadillo de jamón pero sin jamón. Es decir, una tomadura de pelo, en el mejor de los casos, y una gran manipulación casi siempre.

El historiador Alberto Bárcena viene demostrando en los últimos años que es de la casta de los valientes, de los que dan la espalda al discurso dominante y se salen del sistema para correr en busca de la verdad. Hace unos años, el profesor Bárcena puso las cosas en sitio cuando contó lo que de verdad sucedió en la construcción del Valle de los Caídos, después desmontó el mito de la Revolución Francesa narrando el genocidio de La Vendée y ahora se apunta una tercera diana al resumir magistralmente los tres siglos de la historia de la Masonería desde su fundación en 1717 hasta el día de hoy. En definitiva, el profesor Bárcena con este libro nos ha servido un bocadillo de jamón…, ¡pero con jamón…!

Este es el primer acierto de este libro: saber explicar y hacer comprensible tres décadas de protagonismo histórico de la Masonería en una síntesis clara y sencilla de trecientas páginas. Y este trabajo no es nada sencillo porque a lo dilatado del período -trecientos años- se viene a añadir la diversidad de la actuación masónica, que hace muy difícil descubrir el hilo argumental por debajo de los múltiples y distintos episodios.

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