La estructura fundamental de la fe católica

La Profesión de Fe muestra claramente que la estructura fundamental de la fe católica contiene los siguientes cuatro pasos básicos:

  1. Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
  2. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
  3. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
  4. Creo, también, con fe firme, todo aquello que se contiene en la Palabra de Dios escrita o transmitida por la Tradición, y que la Iglesia propone para ser creído, como divinamente revelado, mediante un juicio solemne o mediante el Magisterio ordinario y universal.

La Profesión de Fe incluye también la aceptación de las doctrinas católicas que no son (o no son planteadas como) verdades de fe (divinamente reveladas) pero que son propuestas por la Iglesia de un modo definitivo (irreformable) o no definitivo (reformable). Empero, dejemos de lado por ahora esos otros dos puntos y concentrémonos en los primeros cuatro, que son los más importantes.

La apologética o teología fundamental procura principalmente la fundamentación racional de los primeros tres pasos expuestos. Por lo tanto tiene tres partes principales, que solían ser denominadas así: “demostración religiosa” (que conduce a la fe en Dios), “demostración cristiana” (que conduce a la fe en Cristo) y “demostración católica” (que conduce a la fe en la Iglesia Católica). Una vez dados estos tres primeros pasos, el cuarto paso está plenamente justificado: si Dios existe, si Cristo es Dios y si la Iglesia Católica es la Iglesia de Cristo (en otras palabras, si la Iglesia Católica es lo que dice ser y tiene las características que dice tener) entonces es necesario creer todo lo que la Iglesia Católica propone para ser creído, como divinamente revelado. Es decir, supuestas las tres premisas fundamentales (fe en Dios, en Cristo y en la Iglesia Católica), se deduce fácilmente la credibilidad de los dogmas de la fe católica. No es racional creer en Dios, en Cristo y en la Iglesia y no creer en uno cualquiera de los dogmas proclamados por la Iglesia (Trinidad, Encarnación, Gracia, Cielo, Purgatorio, Infierno, etc.).

Un dogma de fe no es una restricción impuesta por la Iglesia, que aprisiona la inteligencia de los fieles, sino un don de Dios, de Cristo y de la Iglesia, una ventana que mira hacia el Cielo y nos permite contemplar un aspecto del infinito misterio de Dios. Todo dogma es un contenido explícito o implícito de la Palabra de Dios, escrita en la Santa Biblia o transmitida en la Sagrada Tradición de la Iglesia, interpretada auténticamente por el Magisterio de la Iglesia.  

En mi humilde opinión, el mayor peligro que enfrenta hoy la religión católica es la herejía llamada “modernismo” o “liberalismo teológico”. San Pío X enseñó que el modernismo es como un compendio de todas las herejías. Pienso que esto se debe a su rechazo de la noción católica del dogma de fe. Para el modernista, el dogma es sólo una obra humana, un paradigma teológico cambiante mediante el cual el creyente intenta expresar su inefable experiencia religiosa subjetiva, única fuente del conocimiento religioso.

Ahora bien, si el modernista rechaza el cuarto paso de la estructura fundamental de la fe católica, es porque también rechaza o distorsiona los tres anteriores. Me limitaré aquí a considerar lo referente al tercer paso. El modernista niega la noción católica del dogma de fe porque antes niega la fe católica en la Iglesia. Para él la Iglesia no es un verdadero misterio o sacramento, una institución divina y humana a la vez, un gran Nosotros que abarca a Dios y a sus hijos, sino una mera institución humana. Según él, Jesucristo no fundó ni quiso fundar una Iglesia. De ahí que el modernista niegue la infalibilidad y la indefectibilidad de la Iglesia, dones fundamentales de Dios a su Pueblo.

Por lo tanto, para combatir el liberalismo teológico (que quiere “liberar” a la teología de la supuesta “tiranía” de los dogmas de la Iglesia) debemos ante todo predicar la auténtica fe católica sobre la Iglesia, como brilla en la doctrina de los Concilios Vaticano I y Vaticano II.

Daniel Iglesias Grèzes


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9 comentarios

  
Ionah
Muy bueno, verdadero, claro y conciso. ¡Gracias!
Quisiera formularle una pregunta, que tal vez también más personas se hagan, y como yo no han encontrado aún la respuesta: ¿Por qué se eliminó en la Iglesia el juramento antimodernista?
Tal vez, si hubiera permanecido vigente, los daños hubieran sido menores. O quizá los modernistas no hubieran tenido problema en perjurar... En fin, si considera atendible mi pregunta, le agradezco desde ya su atención.

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DIG: No conozco los motivos del Papa Pablo VI, pero me parece importante destacar que el Juramento Antimodernista no fue suprimido sin más, sino sustituido por otra Profesión de Fe (casi igual a la actual). Supongo que se consideró más apropiada a esta última. En realidad, desde un punto de vista teórico y lógico, la actual Profesión de Fe es más satisfactoria, porque aborda de un modo sistemático la estructura fundamental de la fe católica y presenta claramente los tres niveles de adhesión requeridos por los tres grados de la doctrina católica: los dogmas de fe, las enseñanzas definitivas no dogmáticas y las enseñanzas no definitivas. Es una Profesión de Fe más general y abstracta, por así decir. Pero quizás desde un punto de vista práctico era más eficaz el Juramento Antimodernista, porque estaba completamente enfocado en rechazar unos errores particulares y concretos que son probablemente los más comunes y nocivos en nuestra época.
10/12/15 3:33 PM
  
Casimiro Lonaza, dijo
Habla Vd. de permanecer fiel a la doctrina del CVII.
Estoy sorprendido. Habrá que permanecer fieles a la doctrina católica, digo yo. A la doctrina enseñada por todos los Concilios, incluidos los específicamente doctrinales (como el de Trento).
La doctrina no se muda con el tiempo.


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DIG: Por supuesto, debemos permanecer fieles a toda la doctrina católica, lo cual incluye la doctrina de todos los Concilios Ecuménicos aprobados por los Papas. Mencioné en particular dos Concilios (Vaticano I y Vaticano II) porque son los únicos dos cuyos temas centrales pertenecen a la eclesiología, es decir la rama de la teología dogmática dedicada al misterio de la Iglesia. El Concilio de Trento no se refirió directamente a la eclesiología, sino (entre otros temas) a los sacramentos, un tema muy ligado al de la Iglesia. Y eso no es extraño porque, aunque la doctrina católica sobre la Iglesia no ha cambiado en sustancia, la eclesiología en cuanto disciplina teológica "distinta" (no digo "autónoma") es relativamente nueva.

10/12/15 10:12 PM
  
José María Iraburu
Muy oportuno y claro tu artículo, Daniel.
Gracias. Hará mucho bien, que es lo que siempre pretendemos en InfoCatólica.
11/12/15 7:00 AM
  
Pez
Pero el mundo ve que la iglesia ha cambiado mucho a lo largo de los siglos.
Ya no hay cruzadas animadas por los papas, ya no hay Inquisición que condena a la hoguera (el "no matarás" entra dentro de la doctrina?), ya no hay guerras religiosas (por parte de la iglesia) , ya no se consiente la esclavitud, ahora parece que a la iglesia no le interesa el poder terrenal, etc.
También se han añadido cosas como el purgatorio, la Inmaculada Concepción de María, etc
El mundo ve en la iglesia una contante adaptación a los tiempos. Una adaptación interesada que contradice su supuesta doctrina principal.

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DIG: La doctrina católica se desarrolla en el tiempo, pero permaneciendo sustancialmente idéntica a sí misma. La Iglesia nunca ha desechado ninguno de sus dogmas. Las cosas que usted menciona no son ni nunca fueron dogmas, sino actuaciones prácticas. Veamos un solo ejemplo, porque responder detalladamente a todas sus objeciones requeriría escribir un libro. "No matarás" es el quinto mandamiento de la Ley de Dios. Según la doctrina católica de siempre, este mandamiento prohíbe el homicidio. Pero, ¿qué es un homicidio? ¿Qué actos concretos son homicidios? La misma doctrina da respuesta a estas preguntas. La Iglesia ha enseñado siempre (y sigue enseñando) que existe un derecho (tanto individual como social) a la legítima defensa, que en determinados casos puede justificar la eliminación de un agresor injusto. Esto no es una excepción al quinto mandamiento, porque la legítima defensa no es un homicidio. De allí surgió también la doctrina de la "guerra justa", que en esencia se mantiene hasta hoy. Todo esto no quita que haya una evolución o desarrollo doctrinal (como lo ha habido, por ejemplo, en el tema de la pena de muerte).

El mejor libro que conozco sobre este tema es el "Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana" de John Henry Newman. En 1845, al terminar de escribir ese libro, Newman se convirtió al catolicismo. Allí Newman demuestra que las supuestas "añadiduras romanas" (como las doctrinas sobre el Purgatorio o sobre María) a la doctrina cristiana son desarrollos legítimos y no corrupciones de esa doctrina. Jesús mismo promete en el Evangelio que el Espíritu Santo guiará a su Iglesia hasta la verdad completa.
11/12/15 7:23 AM
  
Pez
Dice: "Todo esto no quita que haya una evolución o desarrollo doctrinal (como lo ha habido, por ejemplo, en el tema de la pena de muerte)"

Entonces el modernista le preguntará...por qué no ha de haber un desarrollo o evolución en temas como el aborto, el matrimonio homosexual, etc? El modernista piensa que él es la vanguardia de la iglesia, como en su día eran los que condenaban la esclavitud o la pena de muerte en las épocas en las que éstas prácticas eran consentidas.


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DIG: El auténtico desarrollo doctrinal es homogéneo. Si la Iglesia, durante 2.000 años, enseñó unánimemente que el aborto voluntario es un homicidio, no puede pensarse en un desarrollo doctrinal que lleve a afirmar lo contrario. Algo análogo puede decirse con respecto a la ilicitud moral de las relaciones homosexuales. En cambio, la evolución doctrinal sobre la pena de muerte es de un signo muy distinto. La Iglesia aceptaba la pena de muerte para algunos crímenes graves y la sigue aceptando, pero de un modo más restrictivo. La novedad reciente ha sido la integración (digamos) de la pena de muerte dentro de la doctrina general de la legítima defensa. En esa perspectiva, la pena de muerte es el último recurso de la sociedad para defenderse de un criminal, cuando no puede asegurar esa defensa (contra crímenes muy graves, por supuesto) de un modo no-violento. La doctrina católica sobre este punto no ha cambiado sustancialmente, pero se ha perfeccionado, se ha desarrollado.
11/12/15 1:26 PM
  
Antonio L
Buenos días:
Muchos católicos tenemos el problema de desconocer qué enseñanzas pertenecen a la Sagrada Tradición de la Iglesia. Lo que está en la Biblia lo sabemos porque lo leemos, lo podemos consultar; tenemos una Biblia a mano. Pero cuando queremos ver si tal o cual cosa está en la Sagrada Tradición de la Iglesia el acceso es un poco complicado.
Agradecería que alguien enumere tales aspectos y dónde están definidos y descritos, diferenciando lo que son meras opiniones y comentarios.
Dios les bendiga.

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DIG: Los Padres de la Iglesia son testigos privilegiados de la Tradición eclesial en lo referente a la doctrina, es decir de lo que la Iglesia ha creído siempre y en todo lugar. También la Liturgia es un vehículo importante de la Tradición. El Magisterio de la Iglesia es el que, a partir de la Biblia y de la Tradición, formula los dogmas de fe. Las distintas formulaciones del Magisterio se van a su vez incorporando al cuerpo doctrinal tradicional. Un libro llamado popularmente "el Denzinger" (por el compilador de sus primeras ediciones, un jesuita del siglo XIX) reúne todos los textos magisteriales de alto valor dogmático. Es un libro muy conocido y utilizado por los estudiantes de teología y por los teólogos (mejor dicho, por algunos teólogos). Hay muchas ediciones del Denzinger, algunas sólo en latín y otras bilingües. Las ediciones de los años '60 son llamadas DS (Denzinger-Schoenmetzer). Las últimas ediciones son de Hünnermann.

11/12/15 1:28 PM
  
Ionah
Escribo este segundo comentario principalmente para agradecerle su respuesta a la pregunta que le formulé en el primero y para manifestar que cuanto Ud. en su artículo expresa diciendo: "En mi humilde opinión, el mayor peligro que enfrenta hoy la religión católica es la herejía llamada “modernismo” o “liberalismo teológico”. San Pío X enseñó que el modernismo es como un compendio de todas las herejías. (...)" no me cabe duda que es la pura verdad sin vueltas, exactamente así mismo.
El mayor peligro no como una amenaza solapada acechando para atacar en algún momento oportuno, sino operante, metido hasta los tuétanos en la Iglesia.
El modernismo es pésimo, es destructivo, es letal. ¿Habrá alguien que habiendo sucumbido a esta hiperherejía después se haya recuperado? ¿Habrá alguien que pueda decir 'fui modernista pero ahora soy católico'? Pienso que uno de los ingredientes del engendro modernista -corríjame si yerro- es el pecado contra el Espíritu Santo, que hace al alma refractaria a la gracia. Sin el santo temor de Dios, principio de la sabiuría; sin fe, sin la cual es imposible agradar a Dios, ¿qué arrepentimiento y conversión puede esperarse?
Ese monstruoso compendio de todas las herejías está más difundido y activo que cuando horrorizaba a San Pío X. Sus síntomas y efectos catastróficos los encontramos por doquier, ni la púrpura lo repele. El P. Alfredo Sáenz, por ejemplo, en sus conferencias sobre el modernismo, ha reseñado sucintamente todo el proceso histórico, a partir de los antecedentes en tiempos del P. Lammenais hasta mediados del siglo XX, enfatizando que fue desde el inicio un movimiento de élite y que muchos seminarios fueron y han seguido siendo sus focos de irradiación. Esto explicaría en buena medida lo que padecemos al presente.
(...) Sería bueno para quienes, sedientos de verdad en estos tiempos recios abrevamos en Infocatólica, abundar en la cuestión así planteada, a saber, el modernismo como el mayor peligro que enfrenta hoy nuestra religión.
Quisiera animarlo a publicar más artículos sobre diferentes aspectos de esta problemática gravísima, tremenda, compleja y candente. Dios mediante, le aseguro tener presente en mis oraciones a Ud. y a toda la querida 'Infofamilia', a cuyas oraciones también me encomiendo. Que María Santísima, Madre de la Iglesia y Trono de Sabiduría, interceda por nosotros.

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DIG: Muchas gracias, Ionah. La herejía modernista, como todas las herejías, puede ser material o formal. Es probable que quien ha tenido una formación teológica modernista incurra en esa herejía sólo materialmente, no formalmente; lo cual no quita que su error haga mucho daño, en primer lugar a sí mismo, y en segundo lugar a otros, tanto más si el hereje es un ministro ordenado.

Por otra parte, no hay que desesperar de la posible conversión de los modernistas. La gracia de Dios es capaz de convertir a los pecadores, aunque sean modernistas. No podemos identificar el "pecado contra el Espíritu Santo" con un pecado particular contra la fe, que como todo pecado particular puede ser perdonado. El "pecado contra el Espíritu Santo" no es un pecado particular (por así decir; perdón por la terminología improvisada) sino el rechazo firme y perseverante (hasta el fin) del amor y el perdón de Dios.
12/12/15 6:11 AM
  
Gabriel B.
Como para tenerla de permanente recordatorio...
¡Y con la facilidad con que varios venden barata su fe!
Saludos
12/12/15 4:20 PM
  
Chimo de Valencia
Pez, ningún dogma definido por la Iglesia a lo largo de la historia ha contradicho lo afirmado por ningún otro dogma o definición dogmática realizada previamente. Y las verdades de fe no se definen de una vez y para siempre en el principio. Como indica Jesucristo a los apóstoles, "vuelvo al Padre pero el Espíritu Santo os conducirá al pleno conocimiento de la Verdad", y esa asistencia a la Iglesia es hasta el fin de los tiempos. Hay definiciones dogmáticas definitivas que nosotros nunca conoceremos porque se formularán dentro de varios siglos pero que no contradecirán en absoluto el depósito de la Verdad revelada.
Respecto a los modernistas, muchas veces se nos vende como novedades lo que son viejos errores. Siempre ha habido legislaciones civiles que han defendido el divorcio, el adulterio, la homosexualidad, el "sacerdocio femenino", - no es cosa de los últimos 50 años, precisamente -, e incluso sacerdotes y obispos heréticos que las secundaban y siempre ha habido una Iglesia Católica que ha permanecido y permanece fiel en la Verdad de Cristo, refutando esos errores, aún a costa de perder para la Cristiandad a regiones y países como sucedió con la ruptura protestante.
17/12/15 12:42 PM

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