Objeciones contra la existencia de Dios (2)

En esta segunda parte del artículo plantearé otras dos objeciones usuales contra la existencia de Dios. Si bien ambas podrían ser consideradas como casos particulares de la “objeción lógica” (tratada en el numeral 3 de la primera parte), ameritan ser analizadas en detalle.

7) ¿Dios puede auto-aniquilarse?

Presentación: ¿Dios puede aniquilarse a Sí mismo? Si puede hacerlo, entonces Dios puede no ser y por lo tanto no es un Ser necesario; si no puede hacerlo, entonces hay algo que Dios no puede hacer y por lo tanto no es un Ser omnipotente. Por lo tanto, Dios no es necesario y omnipotente a la vez. O sea, no existe un Dios con los atributos del Dios de los cristianos. En suma, Dios no existe.

Refutación: Con respecto a cualquier ente X podemos plantear las siguientes tres preguntas:
• La pregunta acerca de su existencia: ¿X es o no es?
• La pregunta acerca de su posibilidad: ¿X puede ser o no puede ser?
• La pregunta acerca de su contingencia: ¿X puede no ser o no puede no ser?

Es fácil ver que cualquier ente puede ser clasificado en principio en una de las siguientes cuatro categorías (que luego reduciré a tres):
• Los entes que son y pueden no ser (entes contingentes).
• Los entes que son y no pueden no ser (entes necesarios).
• Los entes que no son y pueden ser (entes posibles en sentido estricto).
• Los entes que no son y no pueden ser (entes imposibles).

Nótese que, con respecto a los entes que son (contingentes o necesarios), la pregunta acerca de su posibilidad no aporta nada nuevo. Si un ente es, entonces puede ser. Análogamente, con respecto a los entes que no son (posibles o imposibles), la pregunta acerca de su contingencia no aporta nada nuevo. Si un ente no es, entonces puede no ser.

Nótese además que es posible simplificar las definiciones de los entes necesarios y de los entes imposibles: si un ente no puede no ser, entonces es; si un ente no puede ser, entonces no es. Por lo tanto los entes necesarios son aquellos que no pueden no ser y los entes imposibles son aquellos que no pueden ser.

Por consiguiente, los entes que pueden ser (entes posibles en sentido amplio) se dividen en entes que son (entes existentes) y entes que pueden ser y no son (entes posibles en sentido estricto). Los entes existentes se dividen a su vez en entes contingentes y entes necesarios. La filosofía tomista demuestra que existe un único ente necesario (Dios) y que todos los demás entes existentes son contingentes y creados por Dios.

Un ente puede ser si su esencia no implica contradicción. Los centauros y los unicornios son entes posibles (en sentido estricto) porque no existen, pero pueden existir, porque sus respectivas esencias no implican contradicción. Por lo tanto podrían existir en el futuro si Dios quisiere crearlos o podrían haber existido en el pasado si Dios hubiese querido crearlos.

Un ente no puede ser si su esencia implica contradicción. Un círculo cuadrado es un ente imposible porque no existe ni puede existir, dado que su misma esencia implica una contradicción. El principio de no-contradicción rige en cualquier mundo posible. Otro ejemplo de ente imposible: una posición del juego de ajedrez en la cual falte uno de los dos reyes. Una posición así es imposible porque contradice las reglas del ajedrez; si se da, entonces no se trata de ajedrez, sino de algún otro juego. En definitiva, los “entes imposibles” ni siquiera son entes, porque no son ni pueden ser. Son ideas absurdas, propiamente inconcebibles; es decir, son “nada".

Después de este breve análisis ontológico, estamos en condiciones de refutar la objeción planteada al principio. Dios no puede aniquilarse a Sí mismo, porque es el Ser necesario. Sin embargo, esto no implica que Dios no sea omnipotente, porque no hay “algo” que Dios no pueda hacer. La absurda idea de la auto-aniquilación de Dios no es “algo", sino que es “nada". Dios no puede hacer que algo que no puede ser sea, porque entonces ese “algo” podría ser y -a la vez y en el mismo sentido- no podría ser, lo cual es contradictorio. Dios puede crear cualquier ente posible de la nada, pero no puede hacer que la nada sea, porque la nada no es. Si la nada fuera, no sería “nada” sino “algo", es decir, no sería lo que es, lo cual es absurdo.

La omnipotencia de Dios abarca todo el ámbito de lo posible en sentido amplio (lo que puede ser) y excluye sólo el ámbito de lo imposible (lo que no puede ser porque es en sí mismo contradictorio). Esta exclusión, como es obvio, no limita en modo alguno la omnipotencia divina, porque lo excluido equivale a la nada.

8. ¿Quién creó a Dios?

Presentación: La doctrina cristiana acerca de Dios creador del mundo es inconsistente. A partir del principio de que todo ente tiene una causa, los cristianos deducen que el mundo ha sido creado por Dios. Pero entonces, ¿quién creó a Dios? Frente a esta pregunta sólo caben tres respuestas posibles, todas ellas inadmisibles:

• Dios fue creado por otro ser distinto de Él. En este caso Dios no sería el Ser Supremo de la religión cristiana.
• Dios se creó a Sí mismo. Esto es absurdo, porque nadie puede crearse a sí mismo.
• La creación de Dios es un misterio sobrenatural, incomprensible para el hombre. Esto equivale a eludir arbitrariamente la dificultad que supone dar una respuesta racional a la cuestión.

(Según los que plantean esta objeción, la respuesta cristiana oscilaría entre la segunda y la tercera alternativas).

De esto se deduce que la noción de Dios es absurda, por lo cual Dios no existe.

Refutación: Las pruebas clásicas de la existencia de Dios (las “cinco vías” de Santo Tomás de Aquino) están basadas en dos principios metafísicos evidentes: el principio de razón de ser y el principio de causalidad. Ninguno de ambos afirma que “todo ente tiene una causa", como suponen los objetantes. De hecho, la proposición “todo ente tiene una causa” es falsa.

Según el principio de razón de ser, todo ente (incluso Dios) tiene una razón de ser. Un ente puede tener su razón de ser en sí mismo o en otro ente. Si un ente tiene su razón de ser en otro ente (su causa) entonces es causado (por definición). Si un ente tiene su razón de ser en sí mismo, entonces no tiene ni necesita tener una causa. En este caso es incausado (por definición).

Según el principio de causalidad, en cambio, todo ente contingente tiene una causa.

Es fácil demostrar que:
• Todo ente incausado es necesario y todo ente necesario es incausado.
• Todo ente causado es contingente y todo ente contingente es causado.

Cada una de las “cinco vías” parte de un dato de la experiencia: existen entes con características tales que denotan su contingencia. A partir de este dato, aplicando sistemáticamente el principio metafísico de causalidad y excluyendo una regresión infinita en la sucesión de causas actualmente subordinadas, se deduce que existe un Ser necesario, al que llamamos “Dios", y que es la Causa Primera de todo ente contingente. Se demuestra además que este Dios es el Ser absoluto, el Ser que existe por Sí mismo, el Ser cuya existencia coincide con su esencia, que es único, que es el Creador del mundo, etc.

Dado que Dios es el Ser necesario, es también el Ser incausado. Puesto que Dios no es contingente, no se le puede aplicar el principio de causalidad. Dios no tiene ni necesita una causa porque existe por Sí mismo. Él es su propia razón de ser. Por lo mismo, es también el Ser increado.

Ahora podemos apreciar que la pregunta “¿Quién creó a Dios?” (o su versión más filosófica: “¿Cuál es la causa del ser de Dios?") admite una cuarta respuesta posible, la verdadera respuesta cristiana: Nada ni nadie creó a Dios ni causó el ser de Dios, porque Dios es el Ser incausado e increado.

Es verdad que Dios no pudo crearse a Sí mismo ni ser la causa de su propio ser (causa sui). La auto-creación y la auto-causación son conceptos contradictorios, absurdos. En términos tomistas, estos conceptos suponen que un mismo ente podría ser, a la vez y en el mismo sentido, un ser en acto y un ser en potencia, lo cual es imposible. Jean-Paul Sartre se equivocó totalmente al creer que la noción de Dios como causa sui era propia de la teología escolástica medieval. Él ignoraba que esta noción provenía de la teología racionalista del siglo XVII.

También es verdad que debemos dar una respuesta racional a la objeción presentada y no escudarnos en el misterio de Dios para eludirla. Pero la respuesta correcta no es que Dios fue creado quién sabe cómo, sino que no fue creado ni necesitó ser creado.

La pregunta-objeción “¿Quién creó a Dios?” (tan clásica y tan infantil a la vez) supone una profunda incomprensión de la teología cristiana. Quien objeta esto ni siquiera ha comenzado a comprender el significado cristiano de la palabra “Dios".

Daniel Iglesias Grèzes

El presente artículo es una versión retocada de: Daniel Iglesias Grèzes, Razones para nuestra esperanza. Escritos de apologética católica, Montevideo 2008, 3ª edición, Capítulo 2 – Objeciones contra la existencia de Dios, pp. 30-38.

Ese libro (prologado por Mons. Dr. Miguel Antonio Barriola, miembro de la Pontificia Comisión Bíblica) está disponible aquí.

16 comentarios

  
marcial

Daniel:

Es un gran placer encontrar argumentaciones rigurosas. Imagino que esas argumentaciones son como fragmentos de un cuerpo filosófico que, en algún lugar, ha de estar sistematizado y expuesto jerárquicamente. ¿Podría usted recomendar algún texto de Teología Natural? La cuestión es que, estando como está hoy la Iglesia infiltrada de "teólogos" extravagantes, sospechosos o directamente anti-católicos, los fieles interesados en la fundamentación racional pueden verse (como yo mismo) confundidos, sin saber adónde dirigirse.

Saludos.
12/05/10 11:03 AM
  
Luis Fernando
Desde luego este blog ha empezado con fuerza. Así da gusto.
12/05/10 1:32 PM
  
disenso
Del anterior artículo:
" Hay muchas realidades (por ejemplo, el conocimiento humano, la libertad humana, la información, las leyes naturales, etc.) acerca de las cuales no se puede alegar con algún sentido que sean materiales. Es decir, no existe ninguna noción válida de “materia” que abarque esa clase de realidades. "
Sería interesante enmarcar adecuadamente a qué llamamos materia, pero bueno, en todo caso me parece razonable aceptar que Dios es una realidad equiparable a los ejemplos que propone: un concepto, una ídea, un sentimiento, una interpretación, en resumen una construcción de nuestra mente.

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DIG: Materia es todo lo que puede ser objeto de conocimiento sensible o de medición. El conocimiento intelectual, por ejemplo, no puede ser percibido por los sentidos ni medido o pesado. No es, pues, material. Lo mismo vale para otras realidades.

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" Dios no es el autor del mal, pero permite el mal, por razones que Él, en su infinita sabiduría, puede juzgar muchísimo mejor que nosotros. Carece de sentido que el hombre pretenda erigirse en juez de la obra creadora de Dios."
En todo caso, lo que carece de sentido es la frase. Si Dios permite el mal pudiendo evitarlo, no puede decirse que posea bondad, misericordia y amor infinitos, más bien apunta una cierta maldad, por lo que sería imperfecto y si no puede evitarlo, no puede decirse que sea omnipotente. Recurrir a nuestra incapacidad para comprender las razones de Dios, no da ninguna respuesta ni aporta conocimiento sobre Dios ni sobre su existencia ( es como si yo le digo que puedo convertir cualquier cosa en oro sólo con desearlo, pero ante su petición de pruebas, contesto que lo hago únicamente con las cosas que están en un planeta situado en Alfa Centauri ), cosa que el argumento presupone, sin demostración de ningún tipo.

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DIG: No es evidente que Dios no tenga buenas razones para permitir el mal. Usted tendría que demostrar esa afirmación para que su objeción fuera válida. Dios es Padre, pero no es un Padre sobreprotector, que sofoca la libertad de sus hijos para evitarles todo riesgo. Los padres sobreprotectores no hacen bien a sus hijos. Hablando antropomórficamente (para explicarlo más fácilmente) Dios asumió el "riesgo" de crear seres espirituales libres, capaces de amarlo o de odiarlo.

Este artículo no busca probar la existencia de Dios, sino mostrar la ineficacia de las objeciones que se hacen habitualmente contra su existencia. No hay nada absurdo en la afirmación de que nuestra inteligencia finita no puede comprender exhaustivamente a Dios, el Ser Infinito.

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" A diferencia del agnóstico, el ateo afirma que Dios no existe. Por lo tanto, él debería tener una razón válida para hacer esa afirmación "

Más bien serían los creyentes lo que deberían ofrecer una razón válida y no subjetiva para afirmar que Dios existe.

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DIG: Todo autor tiene derecho a elegir su tema. Otro día escribiré sobre las pruebas de la existencia de Dios, pero aquí el tema es otro. Tengo derecho a exigir al ateo que fundamente racionalmente su negación de la existencia de Dios. Si se comprueba que ese fundamento no existe, el ateo debería dejar de ser tal.

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De este artículo:

" La omnipotencia de Dios abarca todo el ámbito de lo posible en sentido amplio (lo que puede ser) y excluye sólo el ámbito de lo imposible (lo que no puede ser porque es en sí mismo contradictorio). Esta exclusión, como es obvio, no limita en modo alguno la omnipotencia divina, porque lo excluido equivale a la nada."

Usted puede, por ejemplo, llenar un saco de arena hasta que le resulte imposible levantarlo, ¿ puede Dios hacer lo mismo ?. ¿ Puede Dios sentir dolor, placer, amor, odio, pena, alegría ?

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DIG: El punto 7 de mi artículo responde a una objeción similar. Dios no puede hacer que lo imposible sea posible, porque eso es contradictorio y la contradicción no es, es nada. No hay nada posible que Dios no pueda hacer.

El tema de los atributos de Dios lo dejo para otra ocasión. Sólo diré que Dios es inmutable e impasible y no hay en Él imperfección alguna. En cambio Él es amor infinito y goza de felicidad perfecta.

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" A partir de este dato, aplicando sistemáticamente el principio metafísico de causalidad y excluyendo una regresión infinita en la sucesión de causas actualmente subordinadas... "

¿ Porqué debemos excluir una regresión infinita ?

Por lo mismo que la suma de infinitos ceros no dará nunca uno, sino siempre cero; o que una cadena vertical de infinitos eslabones no se sostendrá a sí misma sin un primer eslabón agarrado a algo. ¿Cree usted que en un universo sin comienzo ni fin se puede transmitir un libro de generación en generación, sin que nadie lo haya escrito?

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" Puesto que Dios no es contingente, no se le puede aplicar el principio de causalidad. Dios no tiene ni necesita una causa porque existe por Sí mismo "

Sustituya Dios por Universo, ¿ para qué se necesita un Dios como el cristiano ( o cualquier otro ) ?.

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DIG: Porque el universo es contingente, como todo ente creado, y Dios es el Ser necesario, absolutamente incondicionado.

12/05/10 1:57 PM
  
marcial
"Sería interesante enmarcar adecuadamente a qué llamamos materia, pero bueno, en todo caso me parece razonable aceptar que Dios es una realidad equiparable a los ejemplos que propone: un concepto, una ídea, un sentimiento, una interpretación, en resumen una construcción de nuestra mente."

En primer lugar, puede empezar usted por definir qué entiende por materia. En segundo lugar, la inmaterialidad no es un atributo exclusivo de Dios, y por tanto no es el atributo determinante, aunque sea atributo necesario. Lo que usted hace es tomar implícitamente como definición de Dios al sujeto de un atributo, la inmaterialidad, que no es determinante. Se sigue de ahí que su equiparación de Dios con "una construcción de nuestra mente" es ilegítima. Primero, porque, como he dicho, su definición implícita de Dios es errónea. Y segundo, porque su definición implícita de "construcción de nuestra mente" también lo es. Porque no todo lo que es materia del intelecto es una construcción, sino que razona con abstracciones no arbitrarias, sino elaboradas a partir de realidades objetivas, cuya existencia es independiente del sujeto pensante.

Podemos empezar aclarando estos puntos, y luego seguimos con los otros.

Saludos.
12/05/10 2:16 PM
  
disenso
Decía el blogger :

" Mirando un cerebro con un microscopio, nunca verás un pensamiento ni una decisión."

dice marcial :

" Porque no todo lo que es materia del intelecto es una construcción, sino que razona con abstracciones no arbitrarias, sino elaboradas a partir de realidades objetivas, cuya existencia es independiente del sujeto pensante. "

¿ Conocen ustedes algún caso de decisión o pensamiento libre de creador, libre de una mente que lo haya pensado ?, ¿ donde pueden verse ?.

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DIG: Los pensamientos no se pueden ver ni oír ni tocar, etc; no se pueden medir, ni pesar, etc. Son pues inmateriales. La misma mente humana es inmaterial, aunque dependa del cerebro para ejercitar sus facultades.

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marcial, muestre usted algún ejemplo de lo que afirma, ¿ una abstracción no es una construcción de la mente ?, defina, por favor, que entiende usted por realidades objetivas.

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DIG: Objetiva es toda realidad independiente del sujeto. El conocimiento, si es verdadero conocimiento, es objetivo. La verdad, como dice Santo Tomás de Aquino, es la conformidad del intelecto humano con la realidad objetiva. La verdad no se construye; se descubre o desvela.
12/05/10 2:27 PM
  
marcial

Por abstracción se pueden entender varias cosas. Una, la intuición (de intueor, ver) de un atributo de un sujeto, como cosa separada de ese sujeto. Es el primer paso tras la percepción sensorial. Otra, como modelo de un ente que reproduce mediante operaciones lógicas las operaciones naturales de la cosa (p. ej. los modelos matemáticos de entes físicos, como la mecánica de Newton). Otra, como propiedad de un conjunto de entes, similares o no, común a todos ellos (p. ej. el número, la cantidad). Otra, como la combinación no arbitraria, sino sometida a las reglas de la lógica, de abstracciones de orden inferior (p. ej. la teoría de números, que versa sobre abstracciones previas). Otra, el propio lenguaje, que no indica entes concretos, sino entes abstractos (el árbol, la casa = todos los árboles, todas las casas).

En todos esos casos, esas abstracciones son construcciones de la mente sólo en sentido instrumental: la mente, como herramienta, forja las abstracciones. No lo son en sentido ontológico, pues la mente no puede crear abstracciones de forma arbitraria, sino que ha de someterse a unas reglas que le son impuestas. Como es así, estas abstracciones son independientes de todo sujeto: y si no lo fuesen, no podríamos decir que son o representan una "verdad".

¿De verdad que necesita usted una definición de lo real? Me temo que eso es previo a toda discusión. ¿Cómo sabe usted entonces si esta discusión es real?
12/05/10 2:59 PM
  
Andrés
¿ Porqué debemos excluir una regresión infinita ? (disenso dixit)

Porque hablar de una regresión infinita de causas es decir que nada de lo existente tiene un origen y afirmar eso es decir lo mismo que "existe porque sí" y “porque sí” es la más irracional y anticientífica de las respuestas.
12/05/10 4:22 PM
  
Andrés
" Puesto que Dios no es contingente, no se le puede aplicar el principio de causalidad. Dios no tiene ni necesita una causa porque existe por Sí mismo "

Sustituya Dios por Universo, ¿ para qué se necesita un Dios como el cristiano ( o cualquier otro ) ?.
(disenso dixit)


El hombre de ciencia sabe que idénticos efectos, en idénticas circunstancias, presuponen idénticas causas. Por esto, para definir la relación que existe entre contingencia y racionalidad, el primer paso consiste en establecer las condiciones por las cuales un elemento, un ente, es consecuencia de una causa que le precede.

Si observamos un elemento cualquiera de la naturaleza, digamos, un mamífero, veremos que este animal es finito, cambiante en el tiempo, o lo que es lo mismo, “contingente”. Los mamíferos en general, y cada uno de ellos en particular, necesitan para existir de múltiples factores que están más allá de ellos mismos. Por ejemplo: sus progenitores le dieron la vida, necesitan alimentos y agua para vivir, necesitan aire para respirar, etc. Todo mamífero para poder ser depende de otros elementos que le preceden y que hacen posible su existencia. Esto es lo que quiere decir ser “contingentes”.

De este modo, si todos y cada uno de los elementos de la naturaleza son interdependientes unos de otros (de ahí el fino y frágil hilo que hilvana su equilibrio), siguiendo el principio causa-efecto, al extremo de la cadena es imprescindible la existencia de un elemento que no sea condicionado por el exterior, ni dependa de otros elementos para existir. Este elemento no podría ser, como es lógico, un elemento mutable en el tiempo (contingente); de modo que sea, no solo soporte de todo cuanto existe (elemento “necesario”), sino también, al no depender de otros elementos para poder ser, posea en sí mismo la razón de su existencia (elemento “absoluto”).

Así pues: “contingente es (usando palabras de Santo Tomás de Aquino), lo que puede ser o no ser… Necesario es, en cambio, lo que no puede no ser”. Ahora bien, si el espacio y el tiempo no son absolutos, sino que llegan a ser, este elemento “absoluto” no puede ser nada que exista dentro de las categorías espacio-temporales: necesariamente ha de trascenderlas. Lo anterior es válido lo mismo para un insignificante mamífero, que para un cúmulo de galaxias.
Por consiguiente, lo que hace ser o existir al Universo no puede ser algo igual al Universo mismo (o parte alguna de él); pues, dada la mutabilidad y continua evolución del Universo, ello implicaría contingencia y no necesidad (el Universo es, pero bien pudiera no ser). De este modo, si la realidad en su conjunto es un ente que “llega a ser”, la causa necesaria que justifique su origen debe ser una realidad que esté más allá de él, pues lo que sí es cierto es que el Universo no pudiera (aún en sus etapas más primitivas) operar sin antes existir.
12/05/10 4:28 PM
  
Néstor Martínez
El punto de partida es el principio de causalidad, que dice que "todo ente contingente tiene causa". "Contingente" es lo que puede existir y también puede no existir. Una silla, por ejemplo, es contingente. Tiene que tener una causa, porque algo debe haber determinado que exista, en vez de no existir. Pero el Universo material es el conjunto de todos los entes que son contingentes como todos los que se dan en nuestra experiencia. Y un conjunto de entes contingentes, es contingente, como una muchedumbre de ciegos, es ciega, y una suma de ceros, da cero. No siempre la unión hace la fuerza.

Pero recordemos que la "tercera vía" de Santo Tomás no exige partir del Universo en su conjunto. Alcanza con que exista 1 ente contingente (una silla o una lapicera, por ejemplo). Tiene que tener causa, y como no se puede retroceder al infinito, al final tiene que tener una causa no contingente, y por tanto, necesaria, y por tanto, distinta de todos los entes de nuestro Universo material y de ese Universo material mismo.

12/05/10 7:44 PM
  
Néstor Martínez
Perdón, en cuanto a textos de Teología Natural uno de los mejores que conozco es el de Grison, del Curso de Filosofía Tomista de Ed. Herder, Barcelona. Como base y complemento le puede servir un texto de Metafísica u Ontología: el de Grenet en la misma colección es muy bueno, e igualmente el de Tomás Alvira en EUNSA. Y no vendría mal tampoco uno de Gnoseología o Teoría del conocimiento, allí Verneaux, en esa colección de Herder, es muy completo, y también el de Llano en EUNSA.
12/05/10 7:51 PM
  
marcial
"Tiene que tener causa, y como no se puede retroceder al infinito..."

Añado al comentario de Andrés: una regresión infinita exige un número infinito de entes. Pero el número de entes del universo es finito. Eso excluye la regresión infinita. El caso circular queda fuera, porque en ese caso un ente del ciclo sería a la vez causa y efecto de sí mismo.

Néstor: veré la forma de hacerme con el libro de Grison. Gracias.
12/05/10 8:17 PM
  
Andrés
"¿ Conocen ustedes algún caso de decisión o pensamiento libre de creador, libre de una mente que lo haya pensado ?, ¿ donde pueden verse ?.

marcial, muestre usted algún ejemplo de lo que afirma, ¿ una abstracción no es una construcción de la mente ?, defina, por favor, que entiende usted por realidades objetivas."

(disenso dixit)

A lo que yo añado un fragmento de una ponencia de Manuel Carreira (El P. Manuel Carreira S.J., es doctor en Física por su tesis sobre rayos cósmicos con el Dr.Clyde Cowan, y descubridor del neutrino. Su formación también es filosófica y teológica por la Loyola University, Chicago. Miembro del Observatorio Astronómico del Vaticano, ha hecho compatible su magisterio con su labor de profesor de la John Carroll University, Cleveland (Estados Unidos) y de Filosofía de la Naturaleza en Comillas (Madrid).



El Origen de la Inteligencia
Una vez más, el modo común de presentar el problema del origen del Hombre consiste en
plantear una alternativa sin matices: o existimos por simple evolución biológica a partir de un
primate, antecesor común de monos y hombres, o por creación directa a partir de barro
inerte del cual se formaría el cuerpo (sin relación con el resto del mundo viviente) en el cual
se introduce luego el espíritu. Y esto se supone que significa también la negación del alma
en la primera respuesta (que solamente admitiría una estructuración mayor de la materia)
mientras el alma se afirma como el elemento específico de la naturaleza humana, por el cual
el Hombre es “Animal Racional” y también “Imagen y Semejanza” del Creador.
La base para encontrar una resolución razonable al problema debe hallarse en los conceptos
de materia e inteligencia, ambos usados frecuentemente sin el paso inicial necesario de
establecer una definición adecuada de cada uno. No es posible una discusión seria si antes
no dejamos claro lo que significa cada término, y el punto de partida no puede ser una
posición filosófica a priori que sólo acepta la existencia de la materia y explicaciones de la
realidad basadas sobre sus actividades.
Como se indicó ya en este ensayo, la materia se define en Física en términos de sus
interacciones. No tenemos una comprensión intuitiva de las esencias, aun para los objetos
más comunes de nuestra experiencia diaria, pero atribuimos la gama de actividades a la
naturaleza de las cosas, identificando así a objetos distintos por lo que hacen. Dicho en
lenguaje popular, “si tiene el aspecto de un pato, y se menea como un pato, y grazna como
un pato, es un pato”. En términos más científicos, si tiene la masa de un electrón, y la carga
de un electrón y el espín de un electrón, es un electrón.
Aceptamos cuatro modos de actuar de la materia que pueden comprobarse
experimentalmente, y especificamos sus efectos y su alcance y los objetos que son
afectados por cada uno. La totalidad de la materia –partículas, energía, el vacío físico,
espacio y tiempo- se ve afectada por la gravitación, que causa atracciones y distorsiones que
no es preciso detallar. Partículas que poseen un “algo” nuevo –“carga eléctrica”- reaccionan
entre sí con intensas atracciones y repulsiones que explican las propiedades comunes de
rigidez, dureza, reactividad química, estructuración inorgánica o biológica. Las dos fuerzas
nucleares explican los átomos de los elementos en el Sistema Periódico, su formación en
estrellas, la abundancia relativa de cada elemento a lo largo de la historia cósmica. No ha
sido necesario hasta ahora el introducir una quinta fuerza para explicar ninguno de los datos
que se obtienen del mundo real a nivel alguno. Y la ley más básica de la Ciencia afirma que
in cualquier interacción, “nada se crea ni se destruye; sólo se transforma” aunque el cambio
sea tan drástico como el que desaparezcan partículas en forma de pura energía, o al revés.
Otras “leyes de conservación” (de carga eléctrica neta, de momento lineal y angular…) son
también restrictivas con respecto a lo que puede ocurrir físicamente.
Si queremos explicar al Hombre, no podemos detenernos a este nivel. Lo más evidente para
cada uno de nosotros es nuestra propia consciencia, el darnos cuenta de que pensamos y
escogemos libremente. La Química, la Física y la Biología pueden dar una descripción
detallada de todos los cambios energéticos que tienen lugar cuando doblo mi brazo, pero no
pueden decir por qué el brazo se dobla cuando yo quiero, ni por qué soy consciente de que
lo doblo por una decisión libre. Esta consciencia, si se debiese a la actividad material de las
neuronas del cerebro, lógicamente debería contener -antes que nada- el darnos cuenta de
esa actividad como tal. Pero nadie sabe ni que existen las neuronas sin estudiar Biología y
Anatomía: la materia no es consciente de sí misma con respecto a ningún órgano interno de
nuestro cuerpo. En la visión, tengo conocimiento del objeto que veo, pero no de los cambios
que ocurren en la retina o del procesado de las señales en el cerebro. La consciencia no
puede atribuirse a la materia si nos ceñimos a su definición operativa: ninguna de las cuatro
fuerzas aceptadas por la Física dan indicación alguna de tener la capacidad de producirla.
¿Qué es la inteligencia? Hablamos a la ligera de la inteligencia de un perro o de un delfín,
porque pueden aprender trucos mediante un entrenamiento que lleva a una respuesta
específica –una manera de actuar- como reacción a un estímulo (una voz o un gesto).
Todavía más inexacto es el término cuando se aplica a ordenadores, que no tienen interés
en conocer nada ni satisfacción en realizar una tarea, que se determina en forma puramente
extrínseca por un programador. Pero la inteligencia no es un modo de actuar, sea por
instinto, por reflejos condicionados o por impulsos electrónicos: es una manera de conocer,
aun conceptos abstractos que no pueden entrar en la mente a través de los sentidos. La
Filosofía, la Matemática Pura, las teorías científicas más modernas, quedan tan lejos de
nuestros datos sensoriales que aun el imaginarse su contenido resulta imposible.
Estudiamos aspectos de la realidad que no pueden identificarse con nada de nuestra
experiencia diaria, y apreciamos su belleza lógica, su ilación necesaria en pruebas
abstractas, su pura racionalidad. Desde los teoremas de la Geometría Euclídea hasta los
misterios de la Teoría de Supercuerdas, la inteligencia verdadera se ocupa de algo muy
lejano de las cuatro interacciones de nuestros experimentos. Sería totalmente arbitrario e
ilógico el atribuir nuestros avances culturales en cualquier campo a la actividad ciega de
partículas y energías.
Ningún científico aceptará que alguien pueda controlar un experimento con su pensamiento o
la fuerza de su voluntad libre: prueba de que hay una profunda convicción de que nuestros
pensamientos y deseos no añaden nada al entorno material que describe la Física. Esa
misma actitud subyace aun a los esfuerzos –realmente equivocados- de reducir la
personalidad humana a su código genético –que no cambia desde la concepción hasta la
muerte- como si todos los logros de los mayores genios en ciencia, arte o literatura, no
fuesen nada que valga la pena considerar. Este es el resultado contradictorio de querer
reducir todo a la actividad de la materia, cuando es obvio que ni la ciencia misma puede
identificarse con una estructura atómica o una serie de cambios energéticos.
Estamos, en consecuencia, ante un innegable doble nivel en la actividad humana, que
requiere dos fuentes distintas, materia y espíritu, íntimamente unidas en una única realidad
personal que es el sujeto de ambas, con influencias mutuas profundas y misteriosas, pero
con funciones claramente distintas. Sería absurdo negar nuestra materialidad, pero podría
decirse que sería menos lógico todavía el ignorar nuestra consciencia inmaterial. La
búsqueda de Verdad, Belleza y Bien es lo que motiva lo que hay de más admirable en la
existencia humana, desde las cuevas de la Edad de Piedra hasta la actual era del espacio.
En los intentos de reducir la inteligencia a la materia, se afirma –sin prueba alguna- que
cuando la materia del cerebro está suficientemente estructurada, la inteligencia emerge
espontáneamente como un nuevo nivel de actividad, pero sin que haya una nueva causa
entitativa. Esto no explica nada, aunque quiera apoyarse en el ejemplo de la electrónica
moderna, donde corrientes eléctricas son la única realidad comprobable en una imagen de
televisión o en el monitor de un ordenador. El programa de TV no será entretenido o
aburrido como consecuencia de la calidad de las corrientes eléctricas: apreciamos o
despreciamos el trabajo de alguien que preparó el guión y el contenido del programa. Decir
que no hay más en la televisión que una corriente de electrones sería tan superficial como el
considerar que una tragedia de Shakespeare no es más que unas manchas negras en el
papel impreso.
Si la materia, aun en el grado sumo de orden y estructuración en el cerebro, no puede
producir pensamiento, será imposible atribuir la inteligencia humana al desarrollo, durante
épocas geológicas, de primates con creciente volumen cerebral. Esto es, además,
incompatible con el hecho de que delfines y elefantes tengan más cerebro que nosotros, y
que hay casos de personas hidrocefálicas, con corteza cerebral muy reducida, que no
muestran disminución alguna de la inteligencia. El Hombre no puede explicarse por simples
cambios materiales en la programación genética de un primate anterior: la teoría de la
evolución se presentaría falsamente como una respuesta suficiente para nuestra existencia.
Es verdad que la Biología debe proporcionar una base adecuada para el espíritu humano –y
no hay nada vergonzoso en usar tejidos vivientes en lugar de barro muerto para ese fin- pero
el espíritu humano solamente puede ser creado por el Creador espiritual que es también la
razón de que el Universo material exista. Decir lo contrario no sólo es inaceptable
filosóficamente, sino que también resulta ser muy pobre como Ciencia.



Perdondad por lo largo que es, muchísimas gracias por vuestra paciencia.

Andrés
12/05/10 10:16 PM
  
Daniel Iglesias
Doy una cordial bienvenida a este blog a Néstor Martínez, mi amigo y compañero de "Fe y Razón". Yo soy sólo un estudiante de filosofía, pero él es en verdad un excelente filósofo tomista. De hecho él fue mi profesor de Introducción a la Filosofía en el ya lejano 1991. Entre él y la difunta Prof. Cristina Araújo lograron hacerme prendar de la filosofía, hasta entonces bastante alejada de mis intereses principales.

Concuerdo con las recomendaciones de Néstor. La Teología Natural de Michel Grison es muy buena. Por supuesto, también se puede recurrir a los clásicos: La Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino o "Dios" de Garrigou-Lagrange.

Toda la Colección de la Editorial Herder que integra esa obra de Grison es excelente. Se llama "Curso de Filosofía Tomista". El manual de antropología filosófica de Roger Verneaux en esa colección es un prodigio de claridad didáctica.

12/05/10 10:17 PM
  
Andrés
¡Se me olvidaba!

"marcial, muestre usted algún ejemplo de lo que afirma, ¿ una abstracción no es una construcción de la mente ?, defina, por favor, que entiende usted por realidades objetivas."
(disenso dixit)

Para comenzar una conversación seria hay que hablar con propiedad y utilizar bien los términos...usted pregunta ¿una abstracción no es una construcción de la mente?

Bien, veámos lo que nos dice la RAE:

mente.

(Del lat. mens, mentis).

1. f. Potencia intelectual del alma.

2. f. Designio, pensamiento, propósito, voluntad.

3. f. Psicol. Conjunto de actividades y procesos psíquicos conscientes e inconscientes, especialmente de carácter cognitivo.


cerebro.

(Del lat. cerebrum).

1. m. Anat. Uno de los centros nerviosos constitutivos del encéfalo, existente en todos los vertebrados y situado en la parte anterior y superior de la cavidad craneal.


Si usted pretendía reducirlo todo a procesos electro-físicos (neuronales) como da a entender por el contexto de sus preguntas...utilice entonces el término adecuado (en su caso sería cerebro, no mente).
12/05/10 10:44 PM
  
jorge
Estimado Daniel

Efectivamente, es conforme a las verdades necesarias por las cuales Dios es, y simplemente no puede no ser, dado que esto implicaría contradicción. En este sentido no es que El no pueda aniquilarse, sino que de ser eso posible, Él no sería necesario, y por lo tanto, no sería Dios.

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DIG: Por ende, Dios no puede aniquilarse a Sí mismo, según lo dicho.

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Además el enunciado "si Dios es y no es, entonces es" es verdadero.

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DIG: No es verdadero, sino absurdo, sin sentido. Nada puede ser y no ser a la vez y en el mismo sentido.

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Salvando las distancias, la aritmética binaria ayuda en algo a comprender la idea: 1 es 1; 1 no es 0; 1 y 0 es 1.

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DIG: ¿Qué significa "1 y 0"? Si es 1 más 0, la proposición es correcta. Si es una identidad entre conjuntos (uno con dos elementos y otro con uno), entonces es falsa.

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Estimado Daniel discrepo respecto a que si los centauros o unicornios llegasen a existir o hubieren existido, lo fueran porque Dios quiso crearlos. Considero más bien que aquellos fueran porque Dios así lo permitiera. La razón de los mismos se ha de buscar más en la serie infinita de contigencias, que en la Voluntad de Dios. Creo que muchos creyentes caen en el error de que las cosas particulares son por que Dios las creó así. Esta postura debilita el ejercicio de la razón y la búsqueda de la verdad.

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DIG: Todo lo que existe ha sido creado por Dios, Causa Primera de todo ente real. La Causa Primera (estudiada por la filosofía) no excluye las causas segundas (estudiadas por las ciencias).

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Marcial, el número de entes en el universo no es finito. Cantor demostró bien que el universo es un conjunto infinito de conjuntos infinitos, unos infinitos más grandes que otros inclusive.

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DIG: ¿Cómo sabe eso Cantor? Si el universo se originó hace 15 mil millones de años en el Big Bang, no puede tener un radio mayor que 15 mil millones de años luz. En ese radio no cabe un volumen infinito de materia.

Además, si hubiera infinitas estrellas, ¿por qué de noche el cielo es oscuro? ¿No debería estar lleno de la luz de infinitas estrellas?

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Nestor, que el universo encierre la sierie infinita de contingencias no implica que él mismo forme parte de las contingencias que encierra. Al universo infinito (incluyendo existentes y posibles), sólo le cabe una contingencia discreta y binaria: el universo es o no puede ser; y está en la Sabiduría de Dios el haberlo creado.

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DIG: Luego, el universo es contingente, como dijo Néstor.

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disenso, es por esa contingencia que el universo no puede ser Dios.
13/05/10 4:23 AM
  
MH
"me parece razonable aceptar que Dios es una realidad equiparable a los ejemplos que propone: un concepto, una ídea, un sentimiento, una interpretación, en resumen una construcción de nuestra mente".

Nuestra mente es capaz de captar cosas que no tienen materia como sentimientos o ideas creados por otros, nuestra mente es creadora de emociones pero también es receptora de cosas inmateriales no creadas por nuestra propia mente, y una de ellas es Dios.

No todos los conceptos inmateriales han sido creados por la mente humana, por ejemplo los valores que le son comunes al género humano, la maldad, la bondad, el bien y el mal... la discriminación racial es mala, y el respeto a los de otras razas es bueno, la crueldad es mala y la generosidad es buena..etc. Estos conceptos ya existían antes de que el hombre los enunciar así en sus costumbres y leyes, no son una construcción de nuestra mente, nuestra mente sólo ha descubierto y descrito (en consenso) algo que ya existía. Por eso por ejemplo renegamos de la mentalidad de la humanidad de hace pocos siglos en que se discriminaba a los seres humanos en función de su raza. ¿Hace dos siglos cuando aún era legal la esclavitud era aceptable porque esa era la interpretación de las mentes de las personas de esa época? No, era una interpretación errónea, porque la verdad es que el concepto "el racismo es algo malo" es una verdad en sí misma, independientemente de la interpretación que haga la mente de los humanos en cualquier época.


"Si Dios permite el mal pudiendo evitarlo, no puede decirse que posea bondad, misericordia y amor infinitos, más bien apunta una cierta maldad, por lo que sería imperfecto y si no puede evitarlo, no puede decirse que sea omnipotente".

Si Dios no permitiese el mal en la tierra ni el hombre ni la naturaleza serían libres. Si suponemos que para Dios el bien es cumplir sus leyes, el mal sería no cumplirlas, entonces Dios para impedir el mal intervendría para no dejarnos incumplir sus leyes. Por ejemplo Dios no nos permitiría faltar el domingo a misa porque uno de sus preceptos es santificar las fiestas.
14/05/10 11:12 PM

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