Mayo en el blog: Aurora siempre hermosa
Frendense nos ofrece un bello texto, impregnado de amor a María. Ella es la “Aurora", la Madre, que obtiene de su Hijo signos del mundo nuevo, donde ya no habrá luto, ni llanto, ni dolor. Me ha emocionado el recuerdo que el autor hace de la Jornada Mundial de la Juventud, celebrada en Polonia en 1991, con el Papa Juan Pablo II - ¡la historia interior de muchos de nosotros debe tanto a esas iniciativas, que en absoluto se reducían a la espectacularidad externa! - . El 15 de agosto de 1991, yo era un sacerdote recién ordenado que, por primera vez, concelebraba la Santa Misa con el Papa en esa solemnidad de la Virgen.
AURORA SIEMPRE HERMOSA
(por Fredense)
Escribirle a la Virgen María me da vértigo. Al principio, porque la mente se me queda en blanco. Más tarde, porque cuanto más lo pienso más me doy cuenta de que Ella ha estado presente siempre, en cada instante de mi vida. ¿Cómo contarlo? ¿Cómo merecerlo?
Probablemente el recuerdo más antiguo que conservo es el de mi abuela rezando conmigo al ir a dormir. Era invierno, hacía frío y en la mesilla de noche había una figurita fosforescente de la Virgen de Fátima. Si le dabas cuerda, sonaba el famoso Avemaría de los pastorcillos. No sé por qué he empezado a contar esto, porque si sigo a este ritmo no voy a acabar nunca.