InfoCatólica / La Puerta de Damasco / Archivos para: Mayo 2016, 30

30.05.16

Las iglesias siempre abiertas

“La Iglesia ‘en salida’ es una Iglesia con las puertas siempre abiertas”, dice el Papa. Y añade: “Uno de los signos concretos de esa apertura es tener templos con las puertas abiertas en todas partes” (Evangelii gaudium, 46-47).

Tiene razón el Papa. El deseo de cualquier párroco, o de cualquier responsable de una iglesia, es que las puertas estén abiertas durante el mayor tiempo posible. Recuerdo al párroco de mi parroquia natal, que se negaba a cerrar, durante el día, la iglesia: “No soy el carcelero de Dios”, decía.

Pero los deseos, por buenos que sean, no siempre equivalen a la realidad. La realidad, lo que es, se impone con una contundencia absoluta. Y esa realidad nos dice que lo ideal no siempre es lo más prudente; lo que, de modo razonable, podríamos llevar a cabo aquí y ahora.

Durante el día, durante bastantes horas del día, es posible acceder a la Basílica de San Pedro. Pero no sin pasar unos controles de seguridad muy parecidos a los de los aeropuertos. ¿Justificados? Sin duda. Justificadísimos. No se trata solo de velar por la integridad de la Basílica, sino también por la de quienes la visitan.

Otros templos del mundo – la Iglesia es muy grande – no corren, quizá, tantos riesgos, pero tampoco tienen los medios de seguridad de los que dispone la Basílica de San Pedro. Y una norma de prudencia, a mi modo de ver, aconseja no dejar la iglesia abierta sin nadie que vigile. Y los sufridos feligreses no pueden vigilar durante todo el día.

El ideal es claro: la iglesia abierta. La realidad habrá de moderar ese ideal en el plano de lo razonablemente posible. Y todos, o muchos, tenemos experiencias desagradables de lo que puede pasar si la iglesia está abierta sin nadie que vigile. La peor posible, pero, por desgracia, no extraña, es la profanación de la Eucaristía.

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