InfoCatólica / La Puerta de Damasco / Archivos para: Octubre 2014, 03

3.10.14

Ayudar a la vida

La preciosa oración de San Juan Pablo II que concluye la encíclica “Evangelium vitae” nos debe animar a orar y a reflexionar.

En primer lugar, a orar, acudiendo a la intercesión de la Virgen María, la Madre de los vivientes: “Oh María, /aurora del mundo nuevo, /Madre de los vivientes, /a Ti confiamos la causa de la vida”.

Sin oración no conseguiremos nada. La cultura de la muerte es demasiado poderosa y solo Dios - solo pidiéndoselo insistentemente a Dios - podrá derrotarla. Y no cabe pensar en mejor intercesora que María, la Madre de Jesús.

La causa de la vida es una causa muy amplia. No se puede reducir al ámbito de la moral personal – y menos “privada”, que dirían algunos - ; es, más bien, una cuestión de justicia y de moral social.

“Mira, Madre, el número inmenso /de niños a quienes se impide nacer,/ de pobres a quienes se hace difícil vivir,/ de hombres y mujeres víctimas/ de violencia inhumana,/ de ancianos y enfermos muertos/ a causa de la indiferencia/ o de una presunta piedad”.

El arco de la defensa de la vida es amplio, enorme. Desprecio a la vida es impedir nacer a un número inmenso de niños, pero lo es también ser indiferente ante la pobreza que hace casi imposible vivir, o ante la violencia, o ante la opción por el descarte que deja en la cuneta a los ancianos o a los enfermos, so capa de piedad, de falsa piedad.

Todo este reto de la cultura de la muerte, y del descarte, nos tiene que llevar a los cristianos a anunciar, a acoger, a celebrar y a testimoniar el Evangelio de la vida; la buena noticia de que la vida debe ser respetada y promovida.

Leer más... »