InfoCatólica / No sin grave daño / Etiquetas: castigo

18.01.24

El infierno una vez más

Signorelli

Además de las recientes declaraciones del Papa Francisco acerca de su deseo personal de que el infierno esté vacío, hay un video del P. Fortea donde, sin decir que el infierno está vacío, atenúa considerablemente las penas infernales y hace otras afirmaciones que no parecen consonantes con la doctrina católica.

Con ese motivo se nos ha ocurrido, para empezar, reseñar brevemente lo que dice el Evangelio según San Mateo, nada más, sobre el castigo infernal. Luego analizaremos algunas afirmaciones del P. Fortea.

Como siempre, todos los resaltados en negrita son nuestros.

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26.11.23

Un diálogo sobre el pecado original

Pecado original

-          La doctrina del pecado original es injusta, porque implica que alguien es culpable por un pecado que él no ha cometido.

-          Sería injusta  si dijese que se es personalmente culpable del pecado que otro ha cometido, pero no dice eso la doctrina del pecado original, sino que el pecado original originado (es decir, heredado) es un estado de culpa no personal.

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15.05.20

Los profetas de desgracias y los falsos profetas

IsaíasUn reciente artículo de la “Civiltá Cattolica” habla de los que sostienen que el coronoavirus es un castigo divino como de “profetas de desgracias”.

Normalmente los profetas bíblicos anuncian desgracias futuras, que vendrán si el pueblo no se convierte de sus malos caminos.

Véase por ejemplo el libro de Amós (2, 6 – 16):

 “Así ha dicho Yahveh: Por tres pecados de Israel, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque vendieron por dinero al justo, y al pobre por un par de zapatos.  Pisotean en el polvo de la tierra las cabezas de los desvalidos, y tuercen el camino de los humildes; y el hijo y su padre se llegan a la misma joven, profanando mi santo nombre.  Sobre las ropas empeñadas se acuestan junto a cualquier altar; y el vino de los multados beben en la casa de sus dioses.  Yo destruí delante de ellos al amorreo, cuya altura era como la altura de los cedros, y fuerte como una encina; y destruí su fruto arriba y sus raíces abajo.  Y a vosotros os hice subir de la tierra de Egipto, y os conduje por el desierto cuarenta años, para que entraseis en posesión de la tierra del amorreo.  Y levanté de vuestros hijos para profetas, y de vuestros jóvenes para que fuesen nazareos. ¿No es esto así, dice Yahveh, hijos de Israel?  Mas vosotros disteis de beber vino a los nazareos, y a los profetas mandasteis diciendo: No profeticéis.  Pues he aquí, yo os apretaré en vuestro lugar, como se aprieta el carro lleno de gavillas; y el ligero no podrá huir, y al fuerte no le ayudará su fuerza, ni el valiente librará su vida.  El que maneja el arco no resistirá, ni escapará el ligero de pies, ni el que cabalga en caballo salvará su vida.  El esforzado de entre los valientes huirá desnudo aquel día, dice Yahveh.”

Hoy día, en cambio, las desgracias son presentes y palpables. 

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20.04.20

La condenación eterna como autoexclusión del pecador

Juicio Final

Dice el Catecismo de la Iglesia Católica:

1033 Salvo que elijamos libremente amarle no podemos estar unidos con Dios. Pero no podemos amar a Dios si pecamos gravemente contra Él, contra nuestro prójimo o contra nosotros mismos: “Quien no ama permanece en la muerte. Todo el que aborrece a su hermano es un asesino; y sabéis que ningún asesino tiene vida eterna permanente en él” (1 Jn 3, 14-15). Nuestro Señor nos advierte que estaremos separados de Él si omitimos socorrer las necesidades graves de los pobres y de los pequeños que son sus hermanos (cf. Mt 25, 31-46). Morir en pecado mortal sin estar arrepentido ni acoger el amor misericordioso de Dios, significa permanecer separados de Él para siempre por nuestra propia y libre elección. Este estado de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios y con los bienaventurados es lo que se designa con la palabra “infierno”.”

Este texto del Catecismo es interpretado por algunos en el sentido de la siguiente tesis:

La condenación eterna depende exclusivamente de la decisión del pecador de cerrarse definitivamente al perdón divino”.

Esta tesis es la que queremos analizar en este “post”.

Entendemos que así formulada la tesis no es conforme con la fe católica.

Suele ir acompañada de expresiones tales como “Dios no envía a nadie al infierno”, “Dios no quiere la condenación del pecador impenitente, en todo caso la permite”, etc.

Intentaremos exponer en lo que sigue lo que se debe pensar de ellas. 

Todos los resaltados en negrita son nuestros.

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11.04.20