¿Aniquilación sin castigo?

Como es sabido, el periodista Scalfari ha atribuido al Papa recientemente las palabras queInfierno aparecen entrecomilladas dentro la cita siguiente, que marcamos en negrita para más claridad:

“(…) ¿Pero y las almas malas, dónde son castigadas? “No son castigadas, las que se arrepienten obtienen el perdón de Dios y van entre las filas de las almas que lo contemplan, pero aquellas que no se arrepienten y no  pueden por tanto ser perdonadas desaparecen. No existe un infierno, existe la desaparición de las almas pecadoras”. “

Esto está tomado de una reproducción fotográfica que figura en el sitio de Facebook de Antonio Socci.

Luego de esto, la oficina de prensa del Vaticano ha emitido el siguiente comunicado:

“El Santo Padre ha recibido recientemente al fundador del diario La Repubblica en un encuentro privado con ocasión de la Semana Santa, pero sin dar ninguna entrevista. Lo que publica hoy en el artículo su autor es el resultado de su reconstrucción, en la que no se reproducen las palabras textuales pronunciadas por el Papa. Por tanto, ningún entrecomillado del mencionado artículo puede considerarse una transcripción fiel de las palabras del Santo Padre”. 

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Dejando de lado el lamentable suceso mismo, me interesa señalar el carácter contradictorio de la expresión atribuida por Scalfari al Papa.

Por supuesto, partimos de la base de que el Infierno existe y es eterno, como dice la fe católica.

Pero en cuanto al texto en cuestión,  vemos que dice por un lado que los que mueren sin arrepentirse no son castigados, y por otro lado, dice que “desaparecen” (scompaiono).

Pero ¿porqué “desaparecen”? Sólo Dios puede aniquilar lo que Él mismo ha creado, y si lo hace, y lo hace precisamente con los que no se arrepienten de sus pecados y por eso mismo no pueden ser perdonados, y a causa de ello, ¿no es eso un castigo?

El perdón consiste justamente en la renuncia a ejercer el derecho de aplicar o exigir  la pena. Si estas almas no pueden ser perdonadas, entonces quiere decir que sigue vigente sobre ellas el juicio que las condena al castigo. Y si en esa situación son aniquiladas, y precisamente por la razón de que no se arrepienten, entonces es que son castigadas, efectivamente.

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La aniquilación por el poder divino no es contraria a la inmortalidad del alma, porque la inmortalidad es una propiedad natural del alma espiritual, o sea, que la tiene el alma en tanto que existe y posee su naturaleza o esencia; pero justamente, tiene su naturaleza o esencia en tanto tiene, de Dios, el don del ser; porque toda naturaleza creada depende, para existir,  del don del ser en el que consiste la creación divina.

De modo que en tanto existe y tiene su naturaleza propia, el alma humana es naturalmente inmortal, pero puede dejar de existir si Dios retira a esa naturaleza finita el acto de ser.

Dice en efecto Santo Tomás en I, q. 75, a. 1, ad 2um, explicando por qué el alma humana no es corruptible, a pesar de que puede ser aniquilada por Dios:

“Así como al decir que algo puede ser creado se está haciendo referencia no a una potencia pasiva, sino a la potencia activa del Creador, que puede producir algo de la nada, así también al decir que algo puede volver a la nada no se está diciendo que en la criatura está la potencia para no ser, sino que en el Creador está el que deje de infundirle el ser. Se dice que algo es corruptible porque en él está la potencia para no ser.”

Dicho de otra manera, no es lo mismo “naturalmente inmortal” que “metafísicamente inmortal”, o sea, inmortal en forma absoluta, que le corresponde solamente a Dios, pues los mismos ángeles, en tanto que creaturas, pueden ser aniquilados por Dios.  

O más precisamente aún, el alma humana sí es absolutamente inmortal, porque la aniquilación no es una muerte, ya que la muerte es la separación del alma y el cuerpo.

Aclaran los teólogos que si bien “de potentia absoluta” Dios puede aniquilar el alma humana, porque ello no implica contradicción, “de potentia ordinata”, o sea, mirando a la Omnipotencia divina en relación con los otros atributos divinos como la Sabiduría, Bondad, etc., Dios de hecho no lo hace, porque sería contrario a su Sabiduría crear una naturaleza inmortal para luego aniquilarla.

Lo que nos dice la fe es que el castigo para el que muere en pecado mortal es el Infierno eterno.

Pero sin duda que una tal aniquilación, a consecuencia de no arrepentirse de sus pecados mientras se pudo hacerlo y no poder ser por tanto perdonado, sería también un castigo.

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Si se quiere pensar esa “desaparición” sin relación alguna con el castigo, ello implicaría el absurdo de pensarla como un proceso meramente físico, como la muerte que sobreviene al organismo cuando hay una falla en la aorta o algo así.

Como si hubiese en el alma alguna válvula que entrase a fallar cuando no se da antes de la muerte el arrepentimiento por los pecados mortales, provocando así la “desaparición”.  

Agregando el absurdo, además, de que ello ocurriría por fuera de la Providencia divina, porque de lo contrario ya sería inevitable relacionarlo con la culpa de estas almas, volviendo por tanto al tema del castigo.

O bien, siempre en esa vena fabulatriz, como si Dios aniquilase estas almas, no para castigarlas, sino por “misericordia” ¡para evitarles el Infierno eterno!

Lo cual sería el colmo de los absurdos, porque si Dios no quiere que los pecadores sean castigados eternamente, en primer lugar no instituye el Infierno mismo.  

41 comentarios

  
Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
Excelente artículo, Néstor. Me has clarificado totalmente el tema. Dios te ha dotado de una gran capacidad para darte a entender, a pesar de lo dificultoso del asunto del que tratas.
Te lo agradezco infinitamente. Que el Espíritu Santo te siga iluminando, para nuestro bien.

¡Muy feliz Pascua de Resurrección, extensivo a tu familia y a todos los que participan de InfoCatólica!

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¡Muchas gracias y muy felices Pascuas!
03/04/18 8:17 PM
  
Residente en Fátima
Muchas veces coloquial mente se habla de la muerte como un dejar de sentir, pensar o sufrir. Se muere alguien que padece una grave enfermedad y se dice que ya está descansando. Así se vende también la eutanasia. Es una premisa falsa pero la tenemos presente como tentación o como un no saber que decir ante un misterio tan grande que nos da tanto miedo.

En ese sentido entiendo las controvertidas palabras. Supuestamente Dios te adormeceria para siempre antes que permitir un sufrimiento sin fin de su criatura. Una especie de coma eterno donde dejas de existir o de ser consciente de que existes. Evidentemente todo esto implica un abandono de la revelacion y es fruto del callejón sin salida en que se convierte la vida cuando se rechaza a Dios.

Hay que rezar mucho por quien vive en estas tinieblas al mismo tiempo que afirmamos la Verdad.

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Como digo en el "post", eso implicaría el absurdo de un Dios que al mismo tiempo que decreta la condenación eterna de los pecadores, impide que la sufran. Lo lógico en esa hipótesis sería más bien la "salvación universal" o "apocatástasis", sin importar cómo se haya vivido en este mundo.

Porque vamos, ya puestos en que Dios no quiere que sus creaturas sufran por la Eternidad ¿no tendría el Omnipotente otro recurso que aniquilarlas? ¿A quién tiene que darle cuentas Él? ¿Porqué entonces no las mandaría a todas de entrada al Paraíso sin más trámites, y ya?

Saludos cordiales.
03/04/18 8:39 PM
  
eleazar
buen artículo. no todos tenemos estas capacidades. menos mal que alguien sale al quite. por lo menos alguien orienta

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Gracias sean dadas a Dios, y Feliz Pascua!
03/04/18 9:13 PM
  
Jordi
El pecado mortal es ahora pecado desaparicional...

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Todo evoluciona :)

Saludos cordiales.
03/04/18 9:47 PM
  
Jordi
"Como digo en el "post", eso implicaría el absurdo de un Dios que al mismo tiempo que decreta la condenación eterna de los pecadores, impide que la sufran. Lo lógico en esa hipótesis sería más bien la "salvación universal" o "apocatástasis", sin importar cómo se haya vivido en este mundo."

Creo que eso de la desaparición de las almas malvadas la dijo el difunto cardenal Martini: "los pederastas y Hitler verían cómo desaparecen sus almas por culpa de su maldad".

Evidentemente, se plantea de forma clara y palmaria, un cambio de la Iglesia en su doctrina, su moral y su culto: un giro revolucionario. Más claro el agua, y blanco y en botella, leche es.

Lo que se crea es un infierno con demonios pero sin almas condenadas [editado] las cuales, si y sólo si realmente malvadas y perversas (Hitler, pederastas), simplemente desaparecen, tal como le gustaría al pueblo mundano, que lo ve bueno: sólo hay castigo y sólo en forma de desaparición, sólo para los muy escasos malos con dolo total y absoluto, sin remisión.

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No sé si esa frase es de Martini, pero daría para otro "post".

Porque parece que al menos los ojos no desaparecerían de entrada, para poder ir viendo cómo desaparece el resto. Porque si todo desaparece junto, se complica: no queda nada que pueda verlo.

Y si encima pensamos que las almas son inmateriales y por tanto no tienen ojos, nos quedaría un "ver" intelectual de la propia progresiva desaparición, que tampoco se entiende que sea progresiva si no hay cuerpo, porque el alma espiritual, inmaterial, es simple y si desaparece, lo hará en un instante.

En fin, cuánto más lógica, coherente y sencilla es la verdad de la fe.

Por otra parte, hace tiempo que vengo protestando por la discriminación de los demonios.

Porque si los humanos han de ser aniquilados para que no sufran ¿los ángeles no?

Y finalmente, siempre que en esos contextos se nombra a Hitler echo en falta a Stalin.

Saludos cordiales.
03/04/18 9:56 PM
  
Luis Fernando
La aniquilación de los condenados, que entre otras cosas niega la afirmación de Cristo de que el castigo no será igual para todos los infieles, es sostenida por Testigos de Jehová y Adventistas del Séptimo Día.

Eso es lo que hay.

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Aquí sí se cumple eso del "opio de los pueblos", sólo que aplicado a la herejía, no a la ortodoxia. Porque de lo que se trata aquí es de calmar el miedo a la condenación eterna, por otra vía distinta de la única que hay, que es el arrepentimiento y la confesión sacramental. Es el ateo el que ilusiona pensando que no hay Infierno.

Saludos cordiales.
03/04/18 10:56 PM
  
Horacio Bojorge
Gracias Néstor por clarificar tan bien, como siempre la verdad y el error.
Oficium sapientis, labor del sabio. Agradezco al Señor habernos dado en estos tiempos un talento filosófico como el tuyo. Decía San Ignacio que la teología patrística era apropiada para fomentar la fe. Y la especulativa para señalar y corregir el error.
Leer tus escritos luminosos es un deleite del Espíritu. Santa Pascua y que el Señor te colme de sus bienes
Horacio Bojorge

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Gracias Padre, es muy bondadoso de su parte. Oremos los unos por los otros en esta Pascua del Señor que hace tiempo que es también Pascua de la Iglesia.

Saludos cordiales.
04/04/18 12:27 AM
  
Sancho
Aclaración sobre el infierno y la condenación eterna para quien precise de ella:

El infierno es el lugar intraterrestre donde moran los demonios y las almas de los condenados. No hay que confundirlo con el estanque o lago de fuego destinado al castigo eterno de cuerpo y alma, tras la resurrección de la carne y la desaparición de esta tierra: "El Diablo, que los había seducido, será arrojado al estanque de azufre ardiente donde están también la Bestia y el falso profeta. Allí serán torturados día y noche por los siglos de los siglos"…. "Y los que no estaban inscritos en el Libro de la Vida fueron arrojados al estanque de fuego" (Ap 20,10.15).

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En ninguna parte de la doctrina católica dice que el infierno sea un lugar intraterrestre y además, tratándose solamente de las almas de los condenados, pues aún no se ha producido la resurrección de la carne, lo del "lugar" no tiene mucho sentido.

En cuanto al estanque de azufre ardiente, es otra imagen del Infierno mismo, pues lo que no están inscritos en el libro de la vida y los condenados son los mismos.

Saludos cordiales.
04/04/18 12:39 AM
  
Quirós Serván Trevejo
Buen razonamiento pero Dios no se puede desdecir a sí mismo. La sola aniquilación por parte de Dios de un alma o cualquier otro ser sería incurrir en que Dios se ha dado cuenta de que eso no es bueno y entonces ahora tiene que corregirse. Por lo que de un plumazo caemos en la cuenta de que nos cargamos la Omniscencia divina y la perfección divina. Asímismo vendría a decir que Dios no respeta la libertad de lo seres dotados de razón que libremente escogen su porvenir eterno. La aniquilación de las almas por parte de una "supuesta misericordia" o "calidad de vida" por y de las almas no es más que el interasado dogma de los ilustrados para poder acallar el pavor de la eterna reprobación de uno mismo contra la Caridad divina. Y del mismo modo, poner en alza el dogma de los mismos ideólogos de que Dios es un malvado opresor que cuando no sebsale con la suya se salta hasta su Palabra para amargar y destruir lo que no quiere. El mismo razonamiento pidriamos hacerlo con más seguidad para los Ángeles caídos que tampoco existirían ya que haría tiempo que Dios los habría hecho desaparecer y claro está que las tentaciones sólo seruan comeduras de tarro. En fin be water my friend

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Exactamente. Saludos cordiales.
04/04/18 12:41 AM
  
Ricardo de Argentina
A la fabulación de Scalfari se le ve el plumero: que no existe el infierno, por un lado, y que no hay nada del hombre después de la muerte, por el otro, es parte inescindible e indiscutible del depósito de fe de los ateos.

Si no crees eso no puedes ser ateo.

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¡Es que para todo hay requisitos! :) Gracias y Felices Pascuas.
04/04/18 1:30 AM
  
Eiztarigorri
Esta idea [editado], procede del paganismo griego y se refiere a la edad dorada en que los hombres supuestamente vivían en la eterna juventud se alimentaban de néctar y ambrosía y cuando se cansaban de vivir se dormían debajo de los árboles y desaparecían disueltos en el eter. [editado]

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En efecto. En cuanto a la autoría de esas afirmaciones, nadie hasta hoy ha salido públicamente a reclamarla.

Saludos cordiales.

04/04/18 6:36 AM
  
Esron ben Fares
Estimado Néstor, tengo una consulta.
¿"esse" se traduce por acto de ser?

De ser así,
¿Porqué se le cataloga como acto? Porque en la vida, veo que una persona tiene primero que existir para poder realizar actos. En cambio, esse primero sería acto y luego el ser.

Entiendo por ejemplo que nosotros amamos lo que existe pero Dios ama lo que no existe y por eso lo llama a la existencia. Más con lo del acto aún no me queda claro.
Muchas gracias anticipadamente por su respuesta.

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La idea de "acto" procede, en efecto, de nuestras operaciones, pero lo que de ahí toma la Metafísica es la contraposición entre lo actual y lo potencial, porque antes de obrar, podemos obrar, y es clara la diferencia entre ambas cosas, que es la diferencia entre lo imperfecto y lo perfecto, lo potencial y lo actual, y así, conocemos nuestras potencialidades (nuestras facultades) a partir de nuestras operaciones.

A partir de ahí, la idea de "acto" significa "perfección", o "el ente plenamente realizado", y se traslada también al plano entitativo, donde no hay "actos" en el sentido de operaciones, pero sí en el sentido de las perfecciones ontológicas fundamentales.

Tampoco es que en el "esse" el ser venga después del acto, sino que el "esse" es justamente el acto de ser, la actualidad en cuestión allí es el ser mismo. El ser no es el ente, que es el sujeto del acto de ser, sino que es el acto de ese sujeto, como el cantar es el acto del cantante, y recordando lo ya dicho sobre la diferencia entre los actos operativos y los actos entitativos.

Saludos cordiales.
04/04/18 6:46 AM
  
J.C
Bruno, esta idea sobre la desaparición de las almas la expone como posibilidad o creencia el cardenal Martini q.e.p.d. en el libro "Coloquios nocturnos en Jerusalén".De hecho este libro parece un programa de los "cambios de paradigma" posteriores

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Habrá que ojear ese "opus", entonces.

Saludos cordiales.
04/04/18 9:19 AM
  
J.C.
Perdón, quise decir Néstor.

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Bien, saludos cordiales.
04/04/18 9:21 AM
  
Carmen
Yo sólo digo que de la existencia del infierno sabemos porque Cristo nos lo fijo, Nuestra Madre se lo mostró a los pastorcitos de Fátima. Eso que dicen que ha dicho el papa y que Francisco no ha desmentido, no sé de dónde lo han sacado.
Sería muy de agradecer que algún Cardenal saliera a recordar "a todos" las palabras de Cristo acerca del infierno.
04/04/18 9:44 AM
  
YH
Esto sería una noticia "maravillosa" para todo aquél perverso y protervo que quisiese hacer en vida toda clase de maldades horribles sin pagar justicia humana mientras vive, ni Divina tras su muerte.

¡El "Edén" de toda maldad y corrupción!....lástima para ellos que no sea así, y les espere, en verdad, la muerte segunda con su eterno tormento si no se arrepienten a tiempo de sus crímenes....Pues así está escrito.
04/04/18 9:55 AM
  
Jesus Pereira
Pero abogan la extinción de la pena de muerte mientras esa es la imagen y semejanza del que dicen hará Dios.

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Al menos admiten que Dios tiene poder para dar la vida y quitarla sin pedirle permiso a nadie, y entonces es esperar que dejen de tener un juicio tan negativo sobre ciertos pasajes del Antiguo Testamento.

Saludos cordiales.
04/04/18 2:30 PM
  
claudio
Y qué hacemos con el Juicio Final ?, destruimos la Sixtina, vendemos la pintura de Miguel Angel a una ONG, prohibimos la Divina Comedia y condenamos a Dante por mentiroso, suplantamos el italiano inferno por inverno y cambiamos el uniforme de la Guardia Suiza y le colocamos los colores del Arco Iris, borramos el capítulo 16 de Lucas especialmente los versículos 19 a 31.
Por otra parte advierto que con todas estas cuestiones mucha parte del mundo laico católico esta haciendo lo que debieran hacer los pastores y algunos no lo hacen o callan. Los "desordenados" haciendo el trabajo de los "ordenados".
Seguimos camino al próximo Concilio Dogmático para regresar al griego ἀνάθεμα, «maldito, apartado».
04/04/18 3:59 PM
  
Ricardo de Argentina
Editado. Recordar que el tema del "post" no es el Papa ni lo que dijo o no dijo el Papa, sino lo que dice Scalfari que dijo el Papa.

Saludos cordiales.
04/04/18 5:34 PM
  
Jordi
Esta aparente extraña doble herejía mixta parcial [editado] he observado que tienen su origen en la doctrina modernista del Cardelnal Carlo María Montini, sobre todo procedentes de su libro-entrevista "testamento espiritual" titulado "Coloquios nocturnos en Jerusalén":

"Io nutro la speranza che presto o tardi tutti siano redenti. Sono un grande ottimista. Ammetto che in molti casi non riesco a comprendere. Vi sono anche fasi della mia vita in cui non ho sentito di essere redento. Però, la mia speranza che Dio ci accolga tutti (apocatastasis de Orígenes: DIos nos recibirá/salvará a todos, almas de condenados y demonios), che sia misericordioso, è diventata sempre più forte».

"...non riesco a immaginare come Hitler, o un assassino che ha abusato di bambini, posano esseri vicini a Dio. Mi riesce più facile pensare che gente simile venga semplicemente annientata (aniquilacionismo: el alma de los condenados será aniquilada)".

Conversazioni notturne a Gerusalemme

...

[editado]

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En realidad, los dos pasajes se contradicen: en uno dice que espera que todos se salvarán (lo cual va contra la verdad de la fe) y en el otro da a entender que algunos no se salvarán, sino que serán aniquilados (lo cual también va contra la verdad de la fe).

Lo que sí tienen ambos pasajes en común es que niegan el infierno eterno, que es verdad de fe.

Saludos cordiales.
04/04/18 6:20 PM
  
Pablo
"Sólo Dios puede aniquilar lo que Él mismo ha creado".

Si así fuere, Dios se aniquilaría a sí mismo. Y eso no es posible. Todo lo que existe o haya existido, existirá por siempre al existir primero en la mente divina. Y Dios es Inmutable "ad intra", donde no hay potencia alguna de cambio, y Omnipotente "ad extra", donde todo puede cambiar.

Algunos resucitarán para la vida eterna y otros para el juicio condenatorio, definitivo o temporal. Otros no resucitarán y morirán para siempre como aquellas piedras de las que se "podrían sacar hijos de Abraham". La esencia y sus potencias desaparecen pero no la existencia. Como si el alma humana siguiese existiendo petrificada en la eternidad sin padecer ni lo bueno, ni lo malo. Es decir, desnaturalizada.

Si como decía Castellani "el alma es el sentido del cuerpo -es el alma, que conoce a través del cuerpo, quien determina el cuerpo- y el cuerpo la aparición del alma", el alma sin cuerpo (no hay ideas innatas) aniquila sus potencias como un galgo sin patas las suyas o un coche sin ruedas su velocidad. En ese estado no puede adquirir méritos (esos méritos que sí se acrecientan entre los bienaventurados cuando es solicitada su intercesión).

Ése es el destino de los que siendo naturalmente buenos rechazan creer. El temor a la muerte es aquel desasosiego o angustia por el que el moribundo teme "dormirse" con el miedo de no despertarse jamás y su miedo, su intuición, de no despertarse ya más es una intuición real y verdadera. Nadie puede sustraerse al designio de Dios porque nadie decide si cree sólo por sus fuerzas. Quien dice creo, sabe lo que dice, pero quien dice no creo, no sabe lo que dice.

En cualquier caso, esto es sólo una opinión si el sentir y enseñanza de la Iglesia es la de que todos resucitaremos. Porque la Fe no trata de la intelección personal sino de la creencia común. No todos creyeron en Jesús resucitado aquél domingo de Pascua pero todos acabaron finalmente creyendo que había resucitado.

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Las Ideas divinas, mediante las cuales Dios conoce eternamente todas las cosas, están en Dios y son inmutables como Dios mismo, pero las cosas creadas a semejanza de esas Ideas divinas son mudables, y así como reciben de Dios el ser, Dios se lo puede también retirar o dejar de conservar, y entonces volverían a la nada, sin que las Ideas divinas sean afectadas en ello por nada.

El católico no puede tener opiniones personales contrarias a lo que él sabe que es la enseñanza de la Iglesia, eso es justamente la herejía, que es la puesta en duda o negación pertinaz de algo que la Iglesia enseña como verdad de fe, y "pertinaz" quiere decir que se sabe que la Iglesia así lo enseña, y con todo se pone en duda o se niega.

Es de fe que todos, salvo los que estén vivos en la segunda venida del Señor, obviamente, resucitarán, unos para la salvación y otros para la condenación.

El alma sin su esencia ya no sería alma, porque la esencia es lo que hace que las cosas sean lo que son.

Por eso mismo, como enseña la Iglesia, el alma separada del cuerpo sigue existiendo, sigue teniendo inteligencia y voluntad, y sigue siendo consciente, y de ahí que el Cielo, el Purgatorio y el Infierno existen ya para las almas tras la muerte y antes de la Resurrección del último día.

Con la muerte termina el tiempo de merecer, y eso vale también para los bienaventurados, pero no porque el alma pierda su esencia o sus potencias, sino porque ha llegado al estado de término y ya no se encuentra en camino hacia la meta.

Saludos cordiales.

04/04/18 7:04 PM
  
Daniel Riquelme
Es que no tiene sentido pensar en una aniquilación de las almas de los réprobos porque si Dios te aniquila, no es que queda "algo (o alguien)" que pueda decir "fiuu, me salvé de la condena eterna, que suerte, estoy feliz, estoy aniquilado", es que ya no te enteras de nada, ni del castigo ni de la misericordia, ni se calma miedo alguno o se exalta alguna alegría. Es que dejas de ser, te disuelves en la nada. "La eterna noche de la nada", como cuenta santa Teresita del Niño Jesús que el diablo le tentó.

No puede haber aniquilación de las almas de los réprobos, no porque no sea posible a la Omnipotencia Divina, sino que sería una limitación a su Justicia.

Saludos.


04/04/18 7:21 PM
  
antonio
Una duda y disculpe mi ignorancia ¿El infierno es un estado o es un lugar?
el Catecismo de la Iglesia católica, en el número 1035, «consiste en la separación eterna de Dios en quien únicamente puede tener el hombre la vida y la felicidad para las que ha sido creado y a las que aspira». El magisterio de la Iglesia enseña que existe después de la muerte un estado, no un lugar, que espera a quien fallece en pecado grave y ha perdido la gracia santificante con un acto personal. Este estado implica la privación dolorosa de la visión de Dios. gracias, saludos.

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Lo que dice el Catecismo es lo siguiente:

"1035 La enseñanza de la Iglesia afirma la existencia del infierno y su eternidad. Las almas de los que mueren en estado de pecado mortal descienden a los infiernos inmediatamente después de la muerte y allí sufren las penas del infierno, "el fuego eterno" (cf. DS 76; 409; 411; 801; 858; 1002; 1351; 1575; Credo del Pueblo de Dios, 12). La pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios en quien únicamente puede tener el hombre la vida y la felicidad para las que ha sido creado y a las que aspira."

O sea que menciona dos penas distintas, una, que es "la principal", la pérdida de la visión de Dios. Y otra que es "el fuego eterno". Es decir, lo que tradicionalmente se llama la pena de daño y la pena de sentido.

Sin duda que el Infierno es un estado, caracterizado por esas dos penas que mencioné recién.

En cuanto a las almas separadas del cuerpo después de la muerte y antes de la resurrección, parece claro que no cabe hablar de "lugar", porque el alma, al ser inmaterial, es también inespacial.

Tras la resurrección del último día, sin embargo, el alma estará unida nuevamente al cuerpo, el cual sí es espacial. Y si bien los cuerpos gloriosos están en un estado distinto del que tienen los cuerpos en esta vida, los cuerpos de los condenados sin duda que no serán gloriosos.

Así que ahí sí tendría más sentido hablar de un cierto "lugar".

De hecho, el "estado" y el "lugar" no es que sean contradictorios entre sí: se puede estar en un estado determinado, porque se está en determinado lugar, y viceversa.

Saludos cordiales.
04/04/18 7:23 PM
  
Jordi
PUes me he puesto unas hermosas modernistas gafas progresistas y leo otra cosa:

1035 La enseñanza de la Iglesia afirma que la existencia del infierno y su eternidad depende de la conciencia de cada persona: si uno cree que existe, existe sólo para él; si no cree, entonces no existe para él.

No nos entendemos... vamos mal...
04/04/18 7:49 PM
  
antonio
Gracias por su esclarecedoras respuestas, saludos

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Saludos cordiales.
04/04/18 11:00 PM
  
Esron ben Fares
Muchas gracias por la explicación.
Y haber si entendí:
El sujeto (ente) realiza un acto (ser) porque tiene una potencia (esencia).


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Lo que pasa es que en esa hipótesis el ser sería un acto operativo, y no entitativo, como es.

Más bien, el ser es lo que actualiza la esencia, y a partir de ahí, el ente, que existe, como compuesto de esencia y ser, puede operar, puesto que de su esencia derivan sus facultades operativas.

Saludos cordiales.
05/04/18 12:13 AM
  
Juan Sebastián
Scalfari nos cree idiotas!!!

Sería bueno que alguien le recomiende que se lea Mateo 25!!!

Si el infierno no existe, entonces no se de que se habla en Mateo 25, 31-46; o en la parábola de lázaro y Epulón.

Lo que sucede es que el infierno es un estado (pero ojo que es muy distinta esta afirmación a la del periodista Scalfari)

05/04/18 12:35 AM
  
Luis López
Hay algo terrible en todo esto. El ateo más convencido, pero no tonto (esto es, aquél que en alguna fibra de su mente y su corazón se pregunta ¿y si es Verdad...?) desea en el fondo de su alma que sea cierta la herejía aniquilacionista. Porque saber con certeza que hay Dios (belleza, bien y bondad infinitas) al que jamás podrá ver por estar en el infierno para siempre es algo tan espantoso, que es lógico que hablen de que con nuestra muerte se acaba todo.

Esa es una de las razones por la que el "aniquilicacionismo" es contrario a los planes de Dios, porque es en el fondo el gran deseo que busca todo ateo, para no enfrentarse a la Verdad.
05/04/18 9:31 AM
  
claudio
Estimado Néstor, de absoluta buena fe y no como una trampa, pregunto: el Infierno pertenece a la creación ?, la existencia del infierno luego de la resurrección y su contenido en cuerpo y alma requieren el impulso creativo o existen por si mismos ?.
Recuerdo que en la campaña se decía "el infierno no existe pero que lo hay lo hay". Desde otro punto de vista si el infierno deja de serlo será necesario modificar el lenguaje usual, ya que decir "vete al infierno", o "estamos en el infierno", "esta situación es infernal", dejarán de tener el sentido de hoy. Que diremos ?.

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Ante todo, el único que existe por Sí mismo es Dios, es más, ésa es la "definición" filosófica de Dios, el "ens a se", el ente que existe por sí mismo, porque tiene en su misma Esencia la razón suficiente de su existencia.

Por otra parte, el mal es un no ente, no un ente, porque es la carencia de algo que se debería tener. Por tanto, no puede ser directamente creado, aunque sí puede ser causado indirectamente, al causar un bien que conlleva ese mal, al ser incompatible con algún otro bien. Y en todo caso, ha de ser al menos permitido por Dios, porque lo que Dios no permite, no existe.

El mal físico es causado indirectamente por Dios como Causa Primera, al causar, como Causa Primera, un bien que es incompatible con otros bienes y los destruye.

El mal moral es solamente permitido por Dios y causado indirectamente por la creatura, al causar directamente un acto que va contra la ley divina.

El Infierno es un mal físico, pero es un bien moral, porque es expresión de la justicia.

En tanto mal físico, entonces, es causado indirectamente por Dios, pero en tanto bien moral es querido y causado directamente por Dios. No puede haber bien, en efecto, que no proceda del Bien Supremo, que es Dios.

Otra cosa es que ese acto divino que causa el Infierno deba llamarse "creador", porque no se trata de una creación "ex nihilo", al menos en el sentido de que se presupone algo, a saber, el condenado mismo, que es como la "materia" de la pena eterna.

Saludos cordiales.
05/04/18 1:52 PM
  
Jordi
Editado, por la misma razón: el tema del "post" no es el Papa ni lo que dijo o no dijo el Papa.

Saludos cordiales.
05/04/18 4:24 PM
  
Adrián Ferreira
Dios no le niega la gracia de la existencia a ninguna criatura con alma espiritual. Sobre el castigo hay que darse cuenta de quién ha sido el creador de este orden quien decidió que determinado pecado conllevará determinada pena ...esta enfermiza misericordia falsa sigue haciendo mucho daño. La gracia santificante se recibe en el bautismo se pierde en el pecado grave y se recupera ordinariamente en confesión. Así de simple y nuestra meta es vivir y morir en gracia santificante estando muy atentos porque en cualquier momento...

05/04/18 5:25 PM
  
Luis López
Editado.

Me parece que no ha entendido Ud. que Jordi habla ahí irónicamente.

Saludos cordiales.
05/04/18 10:02 PM
  
keparoff
Unos cuantos comentaristas atribuyen el deseo de que el Infierno no sea un castigo eterno a la mala conciencia de los ateos, que quieren librarse de sus merecidos castigos.

Yo creo que no es así. El infierno como castigo eterno por nuestros crímenes temporales nos resulta incomprensible a muchos que no somos ateos, y que intentamos llevar una vida según los mandamientos de la ley de Dios y de la Iglesia.

El infierno eterno, con su pena añadida de dolor físico, es irreconciliable con un Dios Padre amoroso, que nos ama más que lo que nosotros amamos a nuestros hijos.

A mi, al menos, me resulta imposible compaginar ambos conceptos: si creo en el Dios amoroso que es nuestro padre no puedo creer en el infierno terrible, y viceversa.

Lo cual no quiere decir que no sea posible, pero supera por completo mi capacidad de entendimiento.

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Nada impide que haya distintas clases de personas que por distintas razones se resisten a aceptar la eternidad de las penas del Infierno. Sin duda que lo que se ha dicho de los ateos es verdad en muchos casos.

Y una cosa es que algo nos parezca irreconciliable con el Amor divino, y otra que lo sea. Decir que lo es es negar lo que la Iglesia enseña respecto del Infierno, y ponerse fuera de la fe católica.

Por otra parte, todos los misterios sobrenaturales que Dios nos ha revelado superan la capacidad de nuestro entendimiento, y eso no es óbice para que debamos afirmarlos con total certeza basada en la fe en la Palabra de Dios.

Y es que si el Infierno no fuese eterno, no tendría sentido . En efecto, comparada con la eternidad, cualquier duración temporal finita es como nada. Por tanto, si la pena de los condenados no fuera eterna, en el fondo no existiría , porque al final todos irían al Cielo por toda la Eternidad, y frente a eso, lo demás simplemente no existe.

Saludos cordiales.
06/04/18 1:03 AM
  
Horacio Castro
El artículo no deja duda. Obviamente la aniquilación (que Dios puede realizar libremente) siempre sería castigo. Y así como la gloria es eterna, la aniquilación puede llevar la eternidad. O será para toda la eternidad. Se encuentran varios pasajes bíblicos sobre aniquilación o destrucción como castigo eterno. --"Pues el salario del pecado es la muerte; pero el don gratuito de Dios, la vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 6:23). --"El que peque, es quien morirá" (Ezequiel 18:4, 20). -- “La muerte segunda” se define en Apocalipsis 20:14; 21:8. – Al final del Antiguo Testamento se describe la consecuencia definitiva para los impenitentes y para arrepentidos: “pues he aquí que viene el Día, abrasador como un horno; todos los arrogantes y los que cometen impiedad serán como paja; y los consumirá el Día que viene, dice Yahveh Sebaot, hasta no dejarles raíz ni rama. Pero para vosotros, los que teméis mi Nombre, brillará el sol de justicia con la salud de sus rayos, y saldréis brincando como becerros bien cebados fuera del establo. Y pisotearéis a los impíos, porque serán ellos ceniza bajo la planta de vuestros pies, el día que yo preparo, dice Yahveh Seboat” (Malaquías 3:19-21). -- Además varios salmos refieren la destrucción de los impíos. -- En el Nuevo Testamento también algunos pasajes describen una aniquilación total: “Mateo 13:30, 40”, “Mateo 15:13”, “Lucas 13:6-8”, “Lucas 20:16”. Como sea la aniquilación ‘es un infierno’. Si fuera el caso, el Infierno. Néstor: feliz Pascua de Resurrección para Ud. y todos sus seres queridos.

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Pero Jesús habla del fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles, y es claro que la nada no puede arder. Habla del gusano que no muere y del fuego que no se apaga, y eso no se entiende en la hipótesis de que lo único "eterno" sea la inexistencia de los "condenados".

Habla de que habrá llanto y rechinar de dientes, y eso no es posible para lo que no existe. Habla de que algunos verán a los gentiles con Abraham, Isaac y Jacob en la mesa del Reino de los Cielos, mientras que ellos estarán fuera, etc. Lo mismo la parábola del pobre Lázaro y el rico.

El Apocalipsis dice:

"10 El Diablo, que los había seducido, será arrojado al estanque de azufre ardiente donde están también la Bestia y el falso profeta. Allí serán torturados día y noche por los siglos de los siglos .

11 Después vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. Ante su presencia, el cielo y la tierra desaparecieron sin dejar rastros.

12 Y vi a los que habían muerto, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Fueron abiertos los libros, y también fue abierto el Libro de la Vida; y los que habían muerto fueron juzgados de acuerdo con el contenido de los libros; cada uno según sus obras.

13 El mar devolvió a los muertos que guardaba: la Muerte y el Abismo hicieron lo mismo, y cada uno fue juzgado según sus obras.

14 Entonces la Muerte y el Abismo fueron arrojados al estanque de fuego, que es la segunda muerte.

15 Y los que no estaban inscritos en el Libro de la Vida fueron arrojados al estanque de fuego."

Esto coincide con el evangelio de Mateo: "Apártense de mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles".

Y por eso dice el Catecismo:

"1035 La enseñanza de la Iglesia afirma la existencia del infierno y su eternidad. Las almas de los que mueren en estado de pecado mortal descienden a los infiernos inmediatamente después de la muerte y allí sufren las penas del infierno, "el fuego eterno" (cf. DS 76; 409; 411; 801; 858; 1002; 1351; 1575; Credo del Pueblo de Dios, 12). La pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios en quien únicamente puede tener el hombre la vida y la felicidad para las que ha sido creado y a las que aspira."

Saludos cordiales.
06/04/18 4:23 AM
  
Néstor
Como dice un comentario de Claudio, está también el tema del Juicio Final:

"1038 La resurrección de todos los muertos, "de los justos y de los pecadores" (Hch 24, 15), precederá al Juicio final. Esta será "la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz [...] y los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación" (Jn 5, 28-29). Entonces, Cristo vendrá "en su gloria acompañado de todos sus ángeles [...] Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha, y las cabras a su izquierda [...] E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna." (Mt 25, 31. 32. 46)."

Es falsa la tesis protestante que dice que la muerte es la aniquilación total y la resurrección una nueva creación "ex nihilo" del ya fallecido y "desaparecido". En efecto, el alma humana es naturalmente inmortal y no se destruye con la muerte.

Pero incluso en esa hipótesis protestante, no tendría sentido volver a crear a los condenados "aniquilados" para volver a aniquilarlos un ratito después, pasado el Juicio final.

Saludos cordiales.
06/04/18 1:31 PM
  
Pablo
En cualquier caso, la aniquilación de lo existente sí sería posible en aquellos entes creados pero no animados, seres no personales. A eso se referiría la consumación de los siglos o fin del mundo. La mencionada aniquilación de las potencias del alma no significa que dejen de existir sino que no pueden mutar. Quedarían inmóviles para toda la eternidad según su último acto que sería quien determinaría su estado definitivo.

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La aniquilación es posible para cualquier creatura, considerando solamente la Omnipotencia divina y el hecho de que la aniquilación misma no implica contradicción. Considerando los otros atributos divinos, podemos estar ciertos de que Dios no va a aniquilar a aquello que por naturaleza tiene una vida inmortal, como son los seres espirituales.

Tampoco es la fe de la Iglesia que la consumación de los siglos o fin del mundo consista en la aniquilación de las creaturas, sino más bien en su transformación a imagen del cuerpo glorioso de Cristo Resucitado, según algunos, o la destrucción por el fuego, según otros, que sin embargo no está dicho que sea aniquilación, porque normalmente el fuego lo que hace es transformar las cosas, no aniquilarlas.

Efectivamente, tras la muerte las almas quedan fijas en la opción libre que tenían en el momento de morir, pero no hay motivo alguno para llamar a eso "aniquilación" ni para negar que las almas sigan siendo conscientes ni que pierdan tampoco ese acto voluntario y consciente que tenían en el momento de morir.

Saludos cordiales.
06/04/18 6:34 PM
  
claudio
Con todo respeto me permití mencionar el Juicio Final ya que ahí es donde termina y empieza todo. Tiene que ver, en realidad, con el bien otorgado por Dios que es la libertad. De la misma forma que no es sencillo cometer un pecado grave a sabiendas que se lo hace, debiera ser sencillo elegir el bien y rechazar el mal. San Agustín lo planteaba en forma concreta, el que te creo sin ti no te salvará sin ti. Si creemos en el Juicio Final como lo hizo Miguel Angel (la Sixtina es un acto de Fe) no podemos reducirlo en forma alguna ya que la vida en el Reino pasará por allí. Ahora bien con qué reglas vamos a ser juzgados ?.
06/04/18 8:25 PM
  
Horacio Castro
Néstor. Por si fuera necesario aclararlo, comento sobre dichos exclusivos de Scalfari, y no del Papa, quien en sus catequesis habla reiteradamente del Diablo y de la necesidad de arrepentimiento y confesión. Sí. La aniquilación o destrucción sin duda significa castigo y el Infierno es eterno. Ahora bien, si buscamos precisiones encontramos que la eternidad del castigo fue (es) un tema controvertido en la historia de la Iglesia. Sabemos que nadie tiene- cuando menos- entendimiento para aplicar la justicia de Dios en cada juicio particular ni en el final. Tampoco nadie puede asegurar (ya hablando de los impenitentes y aún entendiendo que las penas eternas no son para su enmienda), que Dios no ‘proporciona’ la pena de daño y la pena de sentido con los pecados cometidos. Es evidente que muchos vemos la aniquilación, como un castigo abreviado para pecadores especialmente inmundos, más como ‘una expresión de piedad que de justicia’. Por otra parte, somos conscientes de que ‘sin Dios no somos nada’ y que “la pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios en quien únicamente puede tener el hombre la vida y la felicidad para las que ha sido creado y a las que aspira”. Un cordial saludo

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Es que la "aniquilación" de los pecadores es contraria a la fe de la Iglesia en la inmortalidad del alma humana.

Dice el Catecismo:

"366 La Iglesia enseña que cada alma espiritual es directamente creada por Dios (cf. Pío XII, Enc. Humani generis, 1950: DS 3896; Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 8) —no es "producida" por los padres—, y que es inmortal (cf. Concilio de Letrán V, año 1513: DS 1440): no perece cuando se separa del cuerpo en la muerte, y se unirá de nuevo al cuerpo en la resurrección final."

Saludos cordiales.
06/04/18 8:27 PM
  
Horacio Castro
Gracias Néstor; como siempre es un placer leerlo.

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Gracias a Ud. y saludos cordiales.
06/04/18 11:12 PM
  
Jorge
Es que la "aniquilación" de los pecadores es contraria a la fe de la Iglesia en la inmortalidad del alma humana.

Dice el Catecismo:

"366 La Iglesia enseña que cada alma espiritual es directamente creada por Dios (cf. Pío XII, Enc. Humani generis, 1950: DS 3896; Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 8) —no es "producida" por los padres—, y que es inmortal (cf. Concilio de Letrán V, año 1513: DS 1440): no perece cuando se separa del cuerpo en la muerte, y se unirá de nuevo al cuerpo en la resurrección final."

Más claro: agua.

Si la promesa de vida eterna, es una promesa divina, y por ello, una verdad necesaria (su opuesto, sería imposible), es una contradicción manifiesta afirmar que las almas puedan ser aniquiladas.

Si la aniquilación fuera posible, su verdad, sería contingente. Entonces, la vida eterna prometida, también.

Así, nada obstruirá la posibilidad de que Dios, habiendo aniquilado a todas las almas del infierno, pase luego a aniquilar a algunas de las almas que en el aberno no estuvieran, o de él no participaran.

Por lo tanto, no es posible la aniquilación de las almas.

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Las promesas divinas no son verdades necesarias en el sentido de que su opuesto seria contradictorio, puesto que dependen de elecciones libres de la Voluntad divina.

Sí es necesario que se cumplan una vez que Dios así lo ha prometido, obviamente.

Saludos cordiales.
07/04/18 7:16 AM
  
Eiztarigorri
Editado. Como dije, el "post" no es sobre el Papa ni sobre lo que dijo o no dijo el Papa.

Saludos cordiales.
07/04/18 7:23 AM

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