13.03.20

Coronavirus y comunión espiritual

Un periodista italiano ha dicho hace unos días lo siguiente, hablando de su país natal: "La iglesia en salida y como hospital de campaña se ha evaporado… Se perdieron los rastros… No más puentes, sino muros…  El país que es el centro de la cristiandad permanecerá totalmente, y por días, sin misa” (Antonio Socci).

Es que el famoso Coronavirus ha traído, entre otras cosas, no sólo la reflexión acerca de la comunión en la mano, sino también una reflexión acerca del mismo papel de la Iglesia en estos tiempos de pandemia.

Con el objeto de continuar con lo de la comunión en la mano (donde se ha ido desde la imposición a libertad e ida y vuelta), nos parece necesario aclarar un tema que no siempre se toca y es que, en realidad, aunque sea muy recomendable y conveniente la comunión sacramental (mientras se esté dispuesto), la Iglesia manda hacerlas ni todos los días, ni todos los domingos ni todos los meses, sino una vez al año, en Pascua de Resurrección o en peligro de muerte (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2042 ). 

Esto no significa que no haya que hacerlas cuantas veces se pueda (si se está debidamente preparado, claro), sino simplemente esto: que la Iglesia no lo manda hacer en cada Misa.

Por ende, si alguien se encontrase en algún lugar del mundo con un sacerdote que quisiese imponerle la comunión en la mano contra lo que manda el derecho de la Iglesia, bien podría, si quisiese, hacer una comunión espiritual y así, sin recibir el sacramento, recibir los frutos del mismo (que quizás hasta sean más y mejores por el sacrificio implicado).

Para el buen entendimiento de la comunión espiritual entonces, resumimos aquí abajo un post que publicamos en 2016 acerca de lo que es la “comunión espiritual” para,

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE

PD: la edición castellana de este libro, que no posee el prólogo que aquí tradujimos, se encuentra aquí con el permiso de su autor.

La edición italiana y la edición inglesa puede adquirirse en los siguientes links:

- Mons. Rodolfo Laise, Comunione sulla mano. Documento e storia

- Mons. Rodolfo Laise, Communion in the Hand: Documents and History

 


13/6/2016

Acaba de ser publicado en italiano el excelente trabajo del capuchino argentino, Mons. Laise, Obispo emérito de San Luis, Argentina, titulado Comunione sulla mano. Documenti e storia[1], con prefacio de Mons. Athanasius Schneider, Obispo auxiliar de Astana, Kazakhstan.

A partir de las discusiones suscitadas luego de la publicación de la exhortación postsinodal Amoris laetitia nos ha parecido interesante traducir el apéndice de este libro que lleva por título “Algunas reflexiones sobre la comunión espiritual”, donde se analizan con enorme claridad no sólo esta práctica bimilenaria de Iglesia, sino también las condiciones y disposiciones para que tanto la “comunión de deseo” como la sacramental, lleven un verdadero fruto a las almas.

Para ello presentamos aquí nuestra propia traducción[2] con permiso del autor, esperando que sea de utilidad.

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi

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9.03.20

Los enigmas de Ariel Álvarez Valdés, un autor no confiable. Textos

El nombre de Ariel Álvarez Valdés puede ser desconocido para el público en general; aunque no para todos. Sus libros y panfletos se encuentran en varias librerías “católicas” del mundo hispánico (ejemplo de ello son las que se hallan en ediciones de la “Editorial San Pablo”, editorial “católica” (católica sociedad anónima, claro…).

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6.03.20

El Brasil de Bolsonaro: evangélicos = católicos defraudados

Eligen gobernantes, extienden su presencia por todos los poderes del Estado, dirigen empresas, tratan enfermos, educan y se encuentran en el deporte, en la cultura, la música, etc.

Viven y trabajan en barrios ricos y pobres y hasta llegan a centenares de localidades desperdigadas por la Amazonia, sin tener que rendir culto a la Pachamama.

Sus templos brotan de norte a sur, de este a oeste; tanto en territorios rurales como en áreas metropolitanas.

No, no son los católicos de la Edad Media, sino los evangélicos brasileños, es decir, los católicos defraudados de la Iglesia, hartos de la “teología de la liberación”, del progresismo y del “no proselitismo”.

Así lo señala el mismísimo diario Clarín en un reciente artículo.

Crecemos porque predicamos, sin ninguna timidez y sin miedo. Predicamos en la calle, en la TV, en la radio. Predicamos para el vecino. Hablamos del amor de Dios para nuestros parientesCuando te conviertes a la fe evangélica, somos estimulados a cumplir el camino de Jesús, que dice ‘id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura’. Entonces predicamos, por eso el crecimiento vertiginoso del movimiento evangélico”, dijo el influyente pastor y diputado Marco Feliciano, interlocutor habitual del presidente Bolsonaro.

Se trata de un fenómeno que se cuadruplicó en los últimos 40 años.

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5.03.20

Galileo, su caso y la Leyenda Negra. Capítulo 1/4

Galileo, su caso y la Leyenda Negra. Capítulo 1/4

P. Javier Olivera Ravasi, SE

”Mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas que superan mi capacidad”

Salmo 130

Texto: En la universidad, en un profesorado cualquiera e incluso en un colegio católico es difícil no haber oído jamás el nombre de Galileo Galilei, sin asociarlo a las palabras “intolerancia”, “persecución” o “caza de brujas”.

santa_inquisicionSegún narra el famoso periodista italiano Vittorio Messori, a mediados de la década del ‘90, una encuesta realizada entre los estudiantes de ciencias de todos los países de la Comunidad Europea, marcaba que casi el 30 de ellos tenía el convencimiento de que Galileo había sido quemado vivo en la hoguera por la Iglesia mientras que casi todos (el 97 %)

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2.03.20

Murió Ernesto Cardenal: sacerdote marxista

Ernesto Cardenal murió ayer, domingo 1 de Marzo de 2020 en Managua, Nicaragua, a la edad de 95 años. ¡Si hasta parece que Dios se esmera para que algunos se salven a toda costa, dándoles larga vida!

Sacerdote, poeta, teólogo y guerrillero marxista fue educado por los jesuitas -aunque luego se hiciera trapense- como uno de los tantos botones de muestra que la Compañía de Jesús (¡qué compañía, Señor!) significó para la Iglesia Católica del siglo XX: en muchos casos, una milicia indigna de San Ignacio de Loyola.

(Nota: para los más jóvenes que aún no saben qué papel jugó la Compañía en el siglo pasado, remitimos al excelente libro de Malachi Martin, SJ, un clásico sobre el tema: “Los jesuitas. La Compañía de Jesús y la traición a la Iglesia Católica”. También son altamente recomendables, del mismo autor, “Vaticano” y “El último Papa”).

Murió sin pedir perdón y hasta despreciándolo, a pesar de haberlo recibido, motu proprio, de parte de Roma, después de haber estado suspendido a divinis durante décadas por Juan Pablo II (es famoso el vídeo en el que el polaco reprende al sacerdote que lo mira riéndose, en 1983).

Tanto él como su hermano Fernando (este sí, jesuita también suspendido) fueron referencia obligada en el campo cultural y social de los revolucionarios sandinistas nicaragüenses que tomaron el poder en los años ‘70, para instaurar el “paraíso comunista” en la tierra por medio de la “teología de la liberación". .

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