InfoCatólica / Que no te la cuenten / Categorías: De pluma ajena, Enrique de Zwart

2.11.20

De judía a católica. Testimonio de conversión para QNTLC

Publicamos aquí el testimonio de uno de nuestras lectoras que, nacida en el judaísmo, terminó convirtiéndose a la Fe católica.

El testimonio es largo, pero vale la pena.

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE


Quería conocer la verdad de lo que me pasaba y LA VERDAD salió a mí encuentro

 

A mi hijo

 

Mi nombre es Gabriela, nací el 6 de diciembre de 1960, en Rosario, Pcia de Santa Fe, Argentina, en el seno de una familia judía. Aunque mis padres no fueron practicantes, yo desde toda la vida tuve total conciencia de que era judía, era como si de las mismas paredes de la casa emanara en cascadas de Agua Viva el perfume de Jesús y María. Íbamos a la Sinagoga para las fiestas más importantes, para las bodas que nos invitaban y los Bar Mitzvah (rito por el cual el varón a los 13 años ya es considerado adulto y puede comenzar a participar de la liturgia) en Pesaj siempre comíamos matze, en la sopa o también con dulce de leche estaba muy bueno y aunque mi familia no era muy unida, nos sentábamos juntos en la Sinagoga (los hombres abajo y las mujeres en la platea) para nuestras fiestas más importantes y celebrábamos el Año Nuevo todos juntos y nos visitábamos. Fui al preescolar a la escuela judía y aunque la primaria la hice en la pública, para la secundaria volví a la escuela judía. Además concurría al club judío, mis amigos lo eran y ésto era muy importante, pues llegada la época en que los chicos y las chicas comienzan a pensar en un noviazgo, lo peor que podría haberle hecho a mí madre, hubiera sido tener un novio goy (no judío), aunque también tuve amigos en el barrio. El único abuelo que conocí, el padre de mi madre, vivía en Buenos Aires y cada tres meses más o menos nos venía a visitar, hacía defiltefish (comida típica) y se la pasaban hablando en idish (dialecto de los judíos en Europa) todo el tiempo y como yo no sabía, no me enteraba de nada…. Todas éstas cosas las cuento para dejar claro, que aunque mis padres no fueron practicantes, el hecho de pertenecer al pueblo judío, lo aprendí desde siempre, estaba tan arraigado a mi personalidad como ser mujer, por ejemplo.


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8.10.20

Ante la muerte de Quino, el inventor de Mafalda

Hace apenas unos días ha pasado a rendir cuentas al Buen Dios Joaquín Salvador Lavado Tejón o, más conocido como “Quino", el inventor de Mafalda, esa niña inteligente, perspicaz y a su vez profunda que muchos de nosotros hemos leído cuando chicos con admiración y deleite.

Sin embargo, en honor a la verdad y para conocer un poco más acerca de su autor, hay un aspecto interesante que uno de nuestros lectores nos ha hecho llegar y que ahora ponemos a disposición del público en general para,

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE


Ha muerto Quino

Por Pablo Marini

 

       Ante la avalancha de elogios de parte de todo el espectro “bienpensante” y cultor enfermizo de lo “políticamente correcto” a lo largo y ancho del país y más allá de nuestras fronteras, dedicados a Joaquín Salvador Lavado, que se hacía llamar “Quino”, es bueno recordar que este señor “deformó” a generaciones de argentinos con su humor ácido, cínico y escéptico.

       Nadie discute su genialidad y su pericia artística, pero hay que entender que un genio no implica que se sea un sabio. Y su cinismo y escepticismo profundo se expresó con gran claridad, no tanto en su personaje Mafalda (y que, de paso sea dicho, hay que recordar que la dibujó solo unos pocos años), sino especialmente en las viñetas a toda página que dibujaba para otra basura ideológica que ha envenenado el alma de millones de argentinos como es el diario Clarín, en su suplemento “Viva”.

       Allí, Quino se explayó con comodidad para mostrar su profundo aborrecimiento de la noción de un Dios amoroso y providente.

       Hemos seleccionado aquí unos pocos pero claros ejemplos de lo afirmado, subtitulándolos para destacar qué es lo que más llama la atención en cada una de ellas y cómo subyace el oscuro desprecio por la noción de un Dios redentor. No por nada en ninguno de los chistes que hizo, aparece precisamente la clave de bóveda para entender el infinito amor que Dios tiene por los hombres y el total rechazo al pecado: Nuestro Señor Jesucristo.

       Tampoco debe sorprender que la masonería haya cantado la elegía de “su hermano”. Es la satánica noción de “deísmo”, un dios que da el puntapié inicial a toda la realidad, pero que inmediatamente se desentiende de ella para mostrarnos el rostro de un dios indiferente al sufrimiento y el dolor humano. Y en el peor de los casos (como quiere mostrar Quino), como un sádico observador.

       Por eso repetimos lo que pensamos y dijimos al conocer la noticia de su muerte: que Dios se apiade de su alma.

Prof. Pablo Marini

Filósofo y teólogo

 

Burla a los milagros y apariciones 

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5.10.20

Católicos en el Sistema Penitenciario del GULAG

Por Mª Jesús Echevarria

Después del triunfo de la Revolución Rusa y durante el periodo leninista (1917-1924), que fueron años de largas guerras civiles, la víctima principal de la represión fue la Iglesia Ortodoxa sobre la que cayó una destrucción total. Quedó totalmente desorganizada y la mayoría de sus autoridades, así como los monjes y los popes fueron asesinados o enviados a los primeros establecimientos del Gulag para los que se escogió, precisamente, un monasterio ortodoxo que se hizo tristemente famoso porque lo convirtieron en el primer campo de prisioneros, el Monasterio de Solovetsky, en el archipiélago del mismo nombre, en el Mar Blanco. El hecho de que un monasterio del S. XV con amplias instalaciones y una gran basílica, la joya del Báltico, fuera elegido para ser prisión y sala de torturas ya indica el componente anticristiano del régimen. Esta decisión fue de Lenin y funcionó de los años 20 al 30. Por él pasaron desde el místico ortodoxo Pável Florenski (ejecutado allí) hasta el exarca greco católico Leóniv Feodorov, beatificado por San Pablo II, y sobre el que ya he hablado en otro artículo.

Pero durante el leninismo la mayor parte de los católicos, con excepción de los greco-católicos rusos que no eran demasiados, quedaban en territorios fuera de la URSS y, por lo tanto, la represión de los católicos se debe, fundamentalmente, al periodo estalinista. Estos católicos se situaban en territorios lituanos, polacos o moldavos. Con carácter excepcional a las orillas del Volga había un componente de alemanes-católicos y luteranos-de los que hablaré más tarde.

1939

Como resultado del Tratado Ribbentrop-Mólotov

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22.05.20

De Sansón y Dalila. En defensa de la sotana

A los curas que todavía usamos sotana muchas veces se nos pregunta:

- Padre, ¿por qué usa “eso", si, como dice el refrán “el hábito no hace al monje"?

A lo que respondo:

- Porque el hábito no hace al monje, pero lo identifica; y lo defiende…  

Es que, lo que muchos no saben, es que la sotana o el hábito religioso, amén de ser un signo de contradicción frente a este mundo mundano, es una coraza de protección para el mismo sacerdote, quien, al llevarla, no puede mirar, hablar o gesticular como cualquier seglar… ¡Porque está a la vista de todos que es cura! Y ese signo meramente externo, le proporciona, a su vez que su identidad, ese no-sé-qué que lo obliga, desde afuera, a ser un “distinto".

Quien tenga oídos para oír, que oiga.

Publicamos aquí, con permiso de su autor, un texto excelente sobre el tema para,

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE


De Sansón y Dalila

P. Christian Ferraro

A quienes conocen el valor de los signos,

a quienes aún saben distinguir

lo principal de lo secundario

y las tácticas variables de los principios inmutables.

Y a quienes ya no lo saben,

si bien tuvieron alguna vez la fuerza de Sansón.

 

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8.05.20

"Ser Juana de Arco hoy”. Por la Hna. Marie de la Sagesse Sequeiros

A pesar del confinamiento francés, queremos rendir los debidos honores a la “Doncella de Orléans” en un año especial por el centenario de su canonización (1920-2020). Misas, peregrinaciones, fiestas y desfiles estaban previstas en todas las ciudades por donde Juana de Arco estuvo, pero será imposible. Al menos vayan estas líneas como un ramo de rosas para ella, la heroína celestial.

Hna. Marie de la Sagesse Sequeiros, S.J.M.

Autora del libro: Santa Juana de Arco. Reina, virgen y mártir: Primer estudio documental en español a la luz de sus procesos", adquirible en formato papel y versión digital, en Amazon, AQUÍ

 

PD: un excelente documental, recién terminado de producir, estará disponible desde y de manera gratuita (8/5/2020) hasta el 30/5/2020. Puede verse AQUÍ. No se lo pierdan. Vale la pena totalmente.


“Ser Juana de Arco hoy”

 

¡Liberación!

¡Liberación!

El 8 de mayo de 1429, día glorioso en que santa Juana hizo su entrada triunfal en Orleáns liberándola de un prolongado asedio inglés, se realizó en acción de gracias una procesión por las calles de la ciudad que fue sellada con la Santa Misa y un solemne Te Deum en su majestuosa catedral.  

A partir de ese momento, el hecho se repitió cada año para conmemorar la milagrosa liberación, y ni siquiera pudo ser interrumpido durante el Terror revolucionario, lo cual no es poco decir. En 1440 las marchas fueron encabezadas por la propia Isabelle Romée, madre de Juana, quien se había instalado con sus hijos, Jean y Pierre, en los alrededores de la ciudad, gracias al generoso ofrecimiento de los orleanenses enterados de sus penurias: casa y pensión incluida hasta el fin de sus días.  

Recién en 1884, un senador de izquierda, Armand Fabre, presentó un proyecto para declarar el 8 de mayo como fiesta nacional, apropiándose de la doncella como una especie de ‘santa laica’, independiente de la Iglesia: “que la República francesa celebre anualmente la fiesta de Juana de Arco como fiesta del patriotismo[1]. Si bien la iniciativa no tuvo eco por entonces, el senado la convertiría en ley cuando, aprovechando la euforia de la canonización, el republicano Maurice Barrès resucitó el proyecto en el Parlamento y propuso el 8 de mayo como fiesta nacional de la República en recuerdo de la liberación. La aprobación se dio con la unanimidad de católicos y liberales en ambas cámaras, el 24 de junio de 1920, sin necesidad de debate.

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