InfoCatólica / Que no te la cuenten / Archivos para: Enero 2015

31.01.15

Aprendiendo a pensar: lógica de los sofismas (5-21)

A) Sofismas de premisa falsa o dudosa

 

      Consisten en tomar como premisa cierta para un razonamiento una proposición que en realidad es falsa, o que no ha sido sufi­cientemente demostrada. Se denominan también “sofismas a priori”, porque el defecto está en el comienzo, antes de empezar a razonar, y “sofismas de prejuicio”, pues parten de la asevera­ción de algo que se da por cierto sin que esté comprobado[1].

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30.01.15

Aprendiendo a pensar: lógica de los sofismas (4-21)

B) Sofismas de anfibología

 

      Cuando la ambigüedad no está encerrada en un término deter­minado, sino que afecta a toda una proposición, el paralogismo que de allí puede resultar se llama “falacia de anfibología”. Sea el siguiente ejemplo:

 

[12]      Puedo caminar y no caminar,

             pero caminar y no caminar es imposible.

 

Puedo lo imposible.

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29.01.15

Aprendiendo a pensar: lógica de los sofismas (3-21)

            2. Sofismas de distinta suposición

 

          Dentro de los sofismas por homonimia están aquellos que pro­vienen de la distinta “suposición” que en cada premisa tiene el término común[1]. La falla consiste en razonar como si el término mantuviese constante su suposición, cuando en realidad ella va­ría. Una de las maneras como puede ocurrir esto es cuando un mismo término una vez “supone” por un concepto (por el concepto mismo), y otra vez “supone” por un individuo que corresponde a ese concepto:

 

[5]      Hombre es especie.

            Juan es hombre.

 

            Juan es especie.

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28.01.15

Aprendiendo a pensar: lógica de los sofismas (2-21)

CLASIFICACIÓN DE LOS SOFISMAS

  

I. SOFISMAS VERBALES

 

«La más natural y extendida causa (de los sofismas) es el uso torcido de las palabras. Efectivamente, como no es posible enta­blar una discusión trayendo las cosas mismas a ella, usamos en su lugar palabras, como en el caso de las piedras del que cal­cula. Pero no es igual, porque las palabras y el número de las locuciones son limitadas, mientras que las cosas son ilimitadas en número. Es, por tanto, forzoso, que una locución y que una palabra, signifiquen varias cosas».

Aristóteles, Arg. Sof., I, 165 a).

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27.01.15