Coronavirus y preparación para la muerte

No creo, Padre, que comente mucha gente aquí porque la muerte, que antes se tenía tan asumida, ahora resulta atemorizante. Han sido muchos años de silencio de la Iglesia sobre el tema y de avance del "estado del bienestar" para que las palabras de su abuelita, que la mía suscribiría, encuentren eco. Es la parte que se reprochaba tanto a la Iglesia, siempre tétrica, siempre asustando, y la Iglesia ha preferido ocultar los Novísimos. Conozco personas mucho mayores que yo, que ya es decir, que no quieren pensar en ello. Incluso a mi me cuesta, no voy a negarlo, pero lo afronto ya sin ayuda de nadie-porque los curas de hoy no hablan como usted-y apoyada en la Tradición y la Doctrina, que sí hablan de la muerte. Me confesé, sin saberlo, dos días antes del confinamiento y comulgué por última vez, ahora me pregunto si podré volver a hacerlo. No le oculto que, como siempre he tenido temor de Dios, mis pecados, aún confesos, me abruman, pero por otro lado hay una virtud muy consoladora: la Esperanza. Yo espero en Dios y en su misericordia, espero volver a ver a mis queridos difuntos, pero lo que más me asusta es ver a Dios. Mi madre decía que esperaba ir al Purgatorio para quedar totalmente limpia antes de ver a Dios porque pensaba que esa visión inefable era demasiado para ella, y a mi me pasa un poco lo mismo. Por otra parte confío en que Dios haya previsto ese tránsito que hacemos los humanos, hijos de Dios por el Sacrificio de su Hijo, pero muy pequeñitos, y tal vez no sea tan abrumador (en este mundo hasta lo mejor tiene un límite pero en el otro no podemos ni imaginar lo que será). La consciencia de las imperfecciones y el que lo oculto salga a la luz abruma un poco pero la Justicia y la Misericordia no pueden separarse en el Señor, así que conservaré esa esperanza que, aún amando esta vida, porque la amo y no soy depresiva, me haga, cuando deje este cuerpo mortal, entrar en el otro con Dios y la Comunión de los Santos. En eso tengo algunos amigos, como el Mayordomo Infiel que condonó las deudas de su amo para no verse en la calle, porque no hay nadie que haya vivido tanto con los muertos como yo, que haya recordado los nombres de los justos y los santos, en vez de dedicarme a la prensa amarilla que gusta tanto. Por lo tanto, estoy aquí confinada y en manos del Señor para que se haga su Voluntad. Siempre su Voluntad y que Dios tenga piedad de mi pobre alma ahora o cuando me toque. Muchas cosas buenas me ha dado el Señor en este mundo, mucho ha actuado la Providencia, mucho me ha ayudado. ¡Cómo voy a apartar el tema de la muerte si ésta me puede llevar hasta Él!

Palas, me parece que a medida que uno se hace mayor pensar y aceptar incluso la muerte no es tan poco común, aún en los no creyentes.
Padre, ayer lei que la Iglesia Ortodoxa Rusa admitió la confesión por Skype y por FaceTime en condiciones de emergencia. (referido a una entrada anterior que escribiste)

Totalmente de acuerdo, Padre.
El problema es ¿donde encontrar un sacerdote para poder confesarte?. En mi ciudad, solo en caso de peligro de muerte, por la situación del coronavirus. Y en el resto de España, igual oficialmente, con sus más y sus menos.
Así que con todo el dolor de mi corazón, este jueves, viernes y sábado primeros de mes, no he podido confesar. Y esta Semana Santa , más de lo mismo. Aquello de confesar y comulgar por navidad y pascua pues en este momento va a ser que no. Así nos va.

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Ud no sabe cómo me rompe el alma todo esto... En serio. PJOR

Animo querida Palas! Un abrazo en Cristo.

Padre Jorge Loring sobre la contrición .


https://www.youtube.com/watch?v=4NQKOufCrTo

Gracias por plantear el tema y dar ocasión al comentario de Juan Pablo B.
Inefable Padre Loring, con su curiosa mentalidad espiritual y práctica al mismo tiempo.